Pisadas Fotografía de EL ESPAÑOL |
Por alguna compleja lesión cerebral los pensamientos le hacían cosquillas. Ver tal desconcierto de contorsiones, muecas extrañas y risas era un espectáculo de asombro. El ruido de aquel calamitoso comportamiento convulsionaba también al nomadismo urbano. Era capaz de paralizar alguna arteria de la ciudad por la congregación de curiosos. Fue multado reiteradas veces por las incívicas alteraciones de orden público. Incapaz de resolver la patología optó por convertir el pensamiento en un andén sin nadie. Su existencia enfermó entonces de nadería expresiva y fueron muchos los que lamentaron el soplo baldío de aquel acantilado ante la nada. Una tarde satinada de lluvia mis ojos descubrieron su mirar cansado. Fui con él. No advirtió nada, como esas monedas que guardan un oscuro brillo entre la arena. Había anidado en la retina un alfiler frío, un punto ciego que llevaba su nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.