El amor a sí mismo Imagen publicitaria de internet |
ESPEJOS DEL YO
No necesita interlocutores en la conversación; sólo espejos donde admirar el alto grado elocutivo de su pensamiento.
Si el día deja un legado de sombras, consumo las últimas horas leyendo brotes lapidarios de los moralistas franceses. Y el sueño se demora. Acude tarde, tímido y vergonzoso, pidiendo permiso para intentar concederme un descanso reparador.
No puedo corregir la impuntualidad ajena; tampoco puedo soportarla.
Con los opacos, tener luz no es suficiente porque siguen caminando entre las sombras.
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