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El mentón vulnerable |
CRÍTICA CON GUANTES DE BOXEO
No entiendo la obsesión de
algunos lectores por exigir a la crítica que tenga la contundencia de los guantes de
boxeo; no entiendo la aversión por el juicio reflexivo y cordial. Parece que el hecho de eludir descalificaciones es solo un exceso de amiguismo, un
muestrario de subordinación, una invitación a la mentira. Según ellos, solo son
veraces las reseñas que crean efectos secundarios. Aquellas que golpean con dureza la piel formal, las vísceras argumentales o los riñones ortográficos…
Hay que ser un crítico de pelea,
de los que disparan el puño del teclado y aguardan el desplome en un rincón del cuadrilátero, bajo la toalla mojada de la suficiencia. Así que para el futuro debo ser menos pacífico y aceptar el reto de buscar los puntos vulnerables.
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