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sábado, 26 de septiembre de 2020

ATILANO SEVILLANO. ESQUIRLAS

Esquirlas
Atilano Sevillano
Alhulia / crisálida Narrativa
Salobreña, Granada, 2020

 
MEDITACIONES

 

   Desde su condición de género fronterizo entre el pensamiento y la poesía, el aforismo ha potenciado, casi de modo insólito, su presencia en el espacio literario actual. Se multiplican las panorámicas antológicas que ayudan a buscar el norte del momento, y las cartografías individuales, que añaden valor y relevancia al decir breve. Incisivo y lacónico, el texto mínimo es un meditado trasbordo de lo subjetivo hacia lo objetivo. Con esas premisas nos llega el compendio aforístico de Esquirlas, de Atilano Sevillano (Argusino de Sayago, Zamora, 1954), Doctor en Filología Hispánica y Licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. El escritor, con un amplio bagaje literario, como director de revistas, profesor de talleres literarios y cultivador de formas breves en poesía y en prosa, abre Esquirlas con una amanecida metaforística con definiciones sobre el aforismo. Ese dar forma exacta a la formulación concisa también alienta el liminar. El texto es una solvente indagación teórica en el propio pensamiento estético y en sus principales convicciones y registros. Extraemos del mismo, este rincón de lucidez: “El aforismo es el género propio de la madurez vital, intelectual y expresiva del escritor. En él caben las reflexiones angustiosas o paródicas y una mirada esclarecedora de la condición humana. El aforismo hace con el lenguaje una fiesta y en ocasiones se burla de las cosas serias o las parodia”. Desde esas premisas, nos adentramos en una senda organizada con tres enunciados que son claves de uso. El cuaderno primero, “Volátiles” alude al escaso peso conceptual del aforismo; una estrategia expresiva mínima que apenas tiene masa verbal. Esa condición etérea permite un vuelo alto, tanto en la elasticidad de sus argumentos como en la apariencia formal, siempre imprecisa y compleja en su definición. De entrada, atisbamos en la concepción parémica de Atilano Sevillano un notable esfuerzo de minimalismo expresivo: “Hay una grieta de luz que recorta azarosa el mundo entero”, “Mimo mi soledad para que no me deje solo”, “vivir suele acortar la vida”. Pero también hay espacio para el apunte sensorial, o la frase que muestra su tensión reflexiva: “Se debatía entre la realidad y la nada. Acudió a su psicoterapeuta, que le aseveró que en eso consiste el arte de vivir”. Es patente el homenaje del título de la segunda sección “Nótulas” a Cristóbal Serra, creador del neologismo y cultivador semiclandestino del decir breve. Serra definió la nótula como un texto intermedio entre la nota, libre y autónoma, y el aforismo; de este modo los textos integrados en este apartado acentúan su discurrir indagatorio: “Las apariencias engañan, nada es lo que parece, la máscara encubre y el espejo deforma”; “Morir no es nada del otro mundo”, “El aforismo da que pensar y mira de reojo”, “Lo esencial solo puede ser dicho desde el silencio”, “Quizá todo se reduce a que llegamos demasiado tarde y nos vamos demasiado pronto”.  El recuerdo de Rafael Sánchez Ferlosio y el humanismo crítico de sus pecios está presente en la última parte. En ella, prevalece la temática dispar, como si el recurso de la tradición o el afán meditativo sobre la propia razón de ser del aforismo fueran manantiales del texto. Pero, como sucede en los tramos anteriores, el avance nos deja diversidad y asuntos divergentes, en los que también aflora el decir paradójico, la ironía o el reflejo emotivo.  Cierra Esquirlas un breve epilogal que recuerda al apelativo baudelaireano del “Hipócrita lector, mi semejante, mi hermano”. Y así es, queda en el alero de quien cierra el abanico aforístico la última gota de lluvia, esa mínima claridad de sensación e incertidumbre de una esquirla tallada por el tiempo: “Ningún relato está completo si lo le falta algo”. El aforismo es eso también: el empeño tenaz para mirar el horizonte y ver donde se juntan cielo y tierra, el sueño y lo real.    


 

 

 

viernes, 3 de julio de 2020

RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO. CAMPO DE RETAMAS

Campo de retamas
Rafel Sánchez ferlosio
Literatura Random House
Barcelona, 2015

RELECTURA FERLOSIANA


   El día 1 de abril de 2019 fallecía en Madrid, ya nonagenario, Rafael Sánchez Ferlosio (Roma, 1927), con un abrumador currículo literario. Un año después la cuidada edición de sus pecios reunidos, preparada por Ignacio Echevarría, no ha encontrado sosiego en mi biblioteca. Llegó a mi mesa de trabajo el mismo día que desembarcaba en el mercado, gracias a las incansables gestiones de Jeremías,  añorado librero jubilado, lector y dueño entonces de “El Rincón de la Lectura”.
  Adquirí el libro renovando deslumbramientos antiguos como Alfanhuí y El Jarama, y paradas obligatorias en sus relatos, artículos y ensayos. Así que madrugué para tener entre las manos estos “naufragios de la voluntad” que bracean con fuerza en el mar de obsesiones de Rafael Sánchez Ferlosio, un espacio líquido grisáceo y convulso, con inquieto oleaje para sedentarios y conformistas que prefieren la quietud de la opinión formada.
   El volumen Campo de retamas reordena los pecios publicados hasta el momento y añade los espigados en sus páginas escritas que así adquieren autonomía y  singularidad. Además se reescriben algunos textos que adquieren en estas páginas su trazo más firme. El orden interno acoge cuatro tramos, cuyo sentido dirime de inmediato una nota aclaratoria. Así, en el apartado de inicio se dan cita los textos inéditos, a continuación se compendian los pecios de 2002, editados bajo el título La hija de la guerra y la madre de la patria; la obra editada en 1994 Vendrán más años malos y nos harán más ciegos forma el tercer conjunto y como cierre se agrupan textos varios escritos como cartas al director, junto al discurso de agradecimiento que escribiera en la entrega del Premio Mariano de Cavia de Periodismo. Pero no son compartimentos aislados sino estancias comunicadas entre sí con similares vistas exteriores: la vida social, el ejercicio de la literatura, la política, la religión y sus efectos secundarios, los desajustes orbitales de la realidad y esas observaciones de superficie que integran las fachadas al sol de lo diario son espacios de pensamiento que siembran opiniones reiteradas, taxativas o complementarias.
   Rafael Sánchez Ferlosio deja en Campo de retamas, con severa concesión y ajustado ojo crítico, el hilo de bramante de su pensamiento. No digo su filosofía existencial porque el escritor ha manifestado en distintas entrevistas que él no tiene filosofía, entendida esta como un sistema cerrado y orgánico. Sus pecios en su fragmentaria disposición dejan una marcada línea pensativa que en no pocas ocasiones abruma por su significado o por el extremo pulido de su expresión. Es un libro complejo, en las antípodas de la complaciente mirada de los titulares populistas. Un asidero seguro y firme para los que buscan la voz ronca y profunda de la exigencia. Un libro grave que a veces exagera el tono y enfatiza la hipérbole, que crea una respuesta inmediata en el ánimo, que marca el ritmo con pecios como este: “Lo más sospechoso de las soluciones es que se las encuentra siempre que se quiere”.





martes, 2 de abril de 2019

FOTOGRAFÍAS DEL YO

Tebeos
Fotografía de
Roger Mayne



FOTOGRAFÍAS DEL YO

No llorarán tus ojos,
porque ya no son ellos mismos

RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO

 El peregrinaje de los años llevó hasta la conformidad definitiva de no decir nada. Eran sus fotografías antiguas las que a diario cambiaban de gesto. Él consentía. Pensaba que las imágenes en blanco y negro eran zonas de paso entre pretérito y presente.
  Oía en ellas esa ternura triste del silencio que quiere recordar.

(De Cuentos diminutos)






domingo, 30 de agosto de 2015

EN LA CASILLA UNO



VOLVER A EMPEZAR

   En la casilla Uno. Volver a empezar. Regreso al punto cero para seguir los pasos de una amanecida empeñada en la inquietud. Ahora todo urge y los asuntos pendientes reclaman el protagonismo voraz del primer plano. "Ya no asaltan dudas sino certidumbres " (dice Rafael Sánchez Ferlosio).
   Cada casilla confirma, prepotente, que en su habitáculo cabe una tarea. El tablero reclama voluntad y esfuerzo. La mano cerrada siente la mordedura del dado: de oca a oca, y tiro porque me toca.

jueves, 23 de abril de 2015

RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO. PECIOS REUNIDOS

Campo de retamas
Rafael Sánchez Ferlosio
Literatura Random House
Barcelona, 2015 
 
PECIOS REUNIDOS

   Sucumbo de inmediato a la mitología intelectual de Rafael Sánchez Ferlosio (Roma, 1927) y a su abrumador currículo literario. Compro la cuidada edición de sus pecios reunidos, preparada por Ignacio Echevarría. Llega a mi biblioteca el mismo día que desembarca en el mercado, gracias a las incansables gestiones de Jeremías,  librero, lector y dueño de “El Rincón de la Lectura”. No solo adquiero el libro por la eficaz propaganda de los suplementos; debo al escritor deslumbramientos antiguos como Alfanhuí y El Jarama y paradas obligatorias en sus relatos, artículos y ensayos. Así que madrugué para tener entre las manos estos “naufragios de la voluntad” que bracean con fuerza en el mar de obsesiones de Rafael Sánchez Ferlosio, un espacio líquido grisáceo y convulso con inquieto oleaje para sedentarios y conformistas que prefieren la quietud de la opinión formada.
   El volumen Campo de retamas reordena los pecios publicados y añade otros espigados en sus páginas escritas, que así cobran autonomía y  singularidad. Además se reescriben algunos textos que adquieren en estas páginas su trazo más firme. El orden interno acoge cuatro tramos cuyo sentido dirime de inmediato una nota aclaratoria. En el apartado de inicio están los inéditos, a continuación se compendian los pecios de 2002, editados bajo el título La hija de la guerra y la madre de la patria; la obra de 1994 Vendrán más años malos y nos harán más ciegos forma el tercer conjunto y como cierre se agrupan varios escritos como cartas al director, junto al discurso de agradecimiento del Premio Mariano de Cavia de Periodismo. Pero no son compartimentos aislados sino estancias comunicadas entre sí con similares vistas exteriores: la vida social, el ejercicio de la literatura, la política, la religión y sus efectos secundarios, los desajustes orbitales de la realidad y esas observaciones de superficie que integran las fachadas al sol de lo diario son espacios de pensamiento que siembran reflexiones reiteradas, taxativas, o complementarias.
   Rafael Sánchez Ferlosio deja en Campo de retamas, con severa concesión y ajustado ojo crítico, el hilo de bramante de su pensamiento. No digo su filosofía existencial porque el escritor ha manifestado en entrevistas recientes que él no tiene filosofía, entendida esta como un sistema cerrado y orgánico. Sus pecios en su fragmentaria disposición dejan una marcada línea que en no pocas ocasiones abruma por su significado o por el extremo pulido de la expresión. Es un libro complejo, en las antípodas de la complaciente mirada de los titulares populistas. Un asidero seguro y firme para los que buscan la voz ronca y profunda de la exigencia. Un libro grave que a veces exagera el tono y enfatiza la hipérbole, que crea una respuesta inmediata en el ánimo y marca el ritmo con pecios como este: “Lo más sospechoso de las soluciones es que se las encuentra siempre que se quiere”.