sábado, 8 de junio de 2013

RICARDO VIRTANEN. CUADERNO DE INTERIOR.

Cuaderno de interior
(Diarios 2003-2004)
Ricardo Virtanen
Baile del Sol, Tegeste, 2013

CON LUZ NATURAL
 
    A la literatura autobiográfica le viene bien la luz natural, esa claridad justa para percibir una dimensión a la medida de las cosas sencillas que conforman el entorno cotidiano. El primer volumen de los diarios del poeta, músico y profesor universitario Ricardo Virtanen desprende esa sensación desde el comienzo. La escritura no compone el gesto; comparte los pormenores de una biografía al paso que tiende a caminar hacia dentro más que hacia fuera.
   En su ejemplar currículo profesional, Ricardo Virtanen conjuga dos facetas artísticas, la música y la escritura, abordadas con perseverancia. Nacido en Madrid e hijo de un músico de jazz profesional, Santiago Pérez, desde su infancia comenzó a tocar varios instrumentos y es una costumbre mantenida. Cuando las tareas docentes languidecen acude a los ensayos, o actúa en conciertos, en cualquier geografía que reclame a los grupos musicales en los que toca. Y además escribe poesía, novela, ensayo, reseñas y diarios, como si los días tuviesen un ritmo temporal distinto, más intenso y más pleno.
   Desde hace una década el autor se trasladó a vivir a Rivas-Vaciamadrid con su familia. La localidad es su reducto doméstico y está presente en el círculo relacional y en las inquietudes literarias del  momento vital en el que surge este diario. Esos años, la punta de lanza era Prima Littera y a los nombres que impulsaban la revista dedica variadas reflexiones; del mismo modo, están presentes algunos ciclos en los que participaron poetas reconocidos como Joan Margarit, Luis Alberto de Cuenca o José Cereijo. También se describen convocatorias de la capital o  encuentros con amigos del gremio, de modo que la sociología escritural ocupa un tramo grande de esta autobiografía.
  El cauce introspectivo del diario tiene por norma transcender la anécdota para apuntar una consecuencia moral. Cada sujeto lleva en su periplo preguntas claves como el sentido existencial, o la condición fugaz del ser: la desaparición de los seres queridos más próximos hace que lo transitorio marque cada amanecida. El ejercicio de vivir impone sus gravámenes. 
   Hay acontecimientos que convulsionan el solipsismo del yo y conminan a definirse desde el nosotros. El 11 de marzo de 2004 Madrid sufrió el mayor atentado terrorista de su historia. Fue un día para la mudez –el escritor deja esa fecha en blanco-:”el poeta –y no pienso en el escritor panfletario-tiene que reflexionar en voz baja, padecer lo ocurrido, tragarlo, y un día, cómo no, vomitarlo.” Junto a esas muertes del fanatismo totalitario emergen otras que separan de seres queridos o de figuras del jazz, y dejan un hondo hueco en el ánimo del escritor.
  Cuaderno de interior es la imagen fija de una soledad que sólo a veces se calma con los analgésicos del afecto, que tienen en la pequeña Sofía –la hija del escritor- el mejor remanso. Deja subrayados  y anotaciones que conforman una sensibilidad que casi siempre mira con melancolía. Es sabido que el diario no es más que una propuesta para deambular de un asunto a otro sin que se extravíen el interés y la complicidad del lector. Y eso sólo lo consigue el talento.
   De buena, de excelente literatura está hecho Cuaderno de interior. El libro, lo digo con enorme alegría, revela un diarista de estatura.  

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