Con mano alzada |
EL NÍSPERO SECO
Hace años que el níspero está seco, con ramas desgarradas y un rijoso tronco. Durante meses, el árbol muestra una atrofia cansada, dispuesta a ser leña. Pero le gusta cumplir su compromiso natural y en los días finales de junio ahuyenta el vacío de las ramas hojas con una intensa cosecha frutal. Con mano alzada, los pájaros y yo compartimos sus frutos, ilesos y dorados. Después el níspero recompone, paciente, su sequía. Cede ramas para que el largo invierno haga su nido en ellas.
(De Cuentos diminutos)
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