En torno a Issa y otros difuntos Joan de la Vega RIL Editores Colección Aerea Carmenere Los Leones, Santiago de Chile, 2021 |
EL ROSTRO DEL TIEMPO
El bagaje de Joan de la Vega integra una decena de títulos en castellano y tres entregas en catalán. Es, por tanto, un poeta de obra abundante y sin fracturas, con un pensamiento estético marcado por la experimentación lingüística, la reflexión semántica y la búsqueda de una propuesta singular. En su bibliografía, la estrofa japonesa ha sido una estrategia expresiva cercana, a la que ha dedicado libros al completo como 365 haikus y un jisey.
Sirve como umbral de En torno a Issa y otros difuntos un haiku muy celebrado del japonés, hecho refrendo de la amanecida. Constata la importancia de la epifanía en el moldear de la identidad; el propósito de ser otro tras la demolición y la carencia: “Es primavera… / Atrás quedó Yataro / y nació Issa. “. La voluntad renace y su semántica marca una sensibilidad auroral, capaz de superar soledad y extrañeza. El tantear dubitativo transforma el cansancio en plenitud y conocimiento; proporciona la fuerza germinal de quien acepta la condición del ser como curso transitorio y búsqueda.
Ese clima poético propicia una crónica fragmentaria en la que una voz omnisciente va reconstruyendo un relato vital: “Issa avistó la soledad de los gorriones. / De los jirones del hambre hizo un nido / de palabras, que aún hoy nos da cobijo”. La geografía argumental suma percepciones, elementos al paso y pensamiento. Se escucha el fluir de la conciencia en el revuelo de las estaciones reconstruyendo un horizonte de esperanza: “A mis cincuenta años de edad / abro y reabro las sílabas / de esta nueva primavera”. El periplo biográfico de Issa sirve de ruta expresiva al reencuentro con la memoria. La situación familiar, los viajes, la presencia cercana de la muerte que nunca diluye sus huellas, los indicios de permanencia y las grafías de lo exterior conforman un tiempo de incertidumbre que, poco a poco, se vuelve inaprensible.
Joan de la Vega no se limita a emplear el habitual trébol versal en sus poemas y la cadencia de pentasílabos y heptasílabo. Emplea con frecuencia variaciones que conforman una polifonía. El molde clásico suma sílabas “A vista de pájaro / las copas de los pinos / hablan entre sí”, o ensaya la inclusión de haikus encadenados en un poema breve, como si la libertad formal propiciara una ventana comunicativa a la contemplación, nunca exenta de simbología y estratos reflexivos.
El lector sospecha que al amparo de la personalidad atemporal de Issa, se acoge también la misma identidad del autor dando aliento a un yo desgajado que camina hacia adentro en su afán de esclarecer el sentido de lo real: “Tres líneas al azar / son suficientes / para sostener mi mundo”. Así lo ratifica con pleno acierto la última composición del libro “Cuenta pendiente”: “Todo lo escribí para mí, / para acercarme a mí / y saber medir la distancia / entre la carne y sus noches”.
JOSÉ LUIS MORANTE
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