Canciones populares amorosas Francisco Gutiérrez Carbajo Editorial Cátedra, Colección Letras Hispánicas Madrid, 2021 |
A QUIEN CONMIGO VA
Catedrático de Literatura Española con una intensa dedicación docente y vértice esencial de la investigación literaria hispánica, Francisco Gutiérrez Carbajo ha desplegado en su ensayística un incansable semillero de intereses. El quehacer integra análisis sobre tradición e innovación del teatro español contemporáneo, María Zambrano y la hermenéutica del Quijote, las voces del 98 y el pensamiento regeneracionista, escritores raros y olvidados como Alejandro Sawa y, por atenuar más digresiones, la huella de César Vallejo en la lírica española de posguerra.
En Canciones populares amorosas el estudioso se remonta al cauce alto de nuestra tradición para intuir el origen del cancionero sentimental y su pervivencia en el tiempo. El difuminado de la epifanía ha postulado distintas teorías sobre el proceso de expansión popular de las canciones a través de la mensajería oral, hábito que facilita su divulgación colectiva. Estas formas de creación poética entroncan con la música y la danza y originan distintas modalidades formales, estudiadas por una continua estela de investigadores que aglutina empeños como los de Menéndez Pidal, Dámaso Alonso, José Manuel Blecua, Emilio García Gómez o Vicente Beltrán.
El hallazgo de las jarchas prodiga enlaces entre las canciones mozárabes, andalusíes, galaico-portuguesas y las canciones francesas; establece palpables semejanzas en el género de la poesía amatoria. Su implantación va adquiriendo en el devenir un continuo trasvase entre la poesía popular y la lírica culta, creando un acervo de esquejes argumentales y de identificación con el sentimiento de la colectividad. Además, estas manifestaciones de poesía popular serán núcleos generadores de abundantes obras del teatro clásico. De este modo, la poesía tradicional, resultado de múltiples elaboraciones, conforma un estilo; se convierte en una aportación dinámica que propende a la refundición y alteración de su estructura originaria. Las distintas denominaciones- poesía popular, poesía folklórica o poesía tradicional- exploran las rutas diferenciadas de un legado plural que se retroalimenta y fortalece como un organismo magmático. Así lo entienden creadores del 27, como Rafael Alberti, Luis Cernuda y Federico García Lorca y escritores contemporáneos como Luis Alberto de Cuenca o Luis García Montero que reconocen la validez artística de las canciones populares y su intacta presencia en la postmodernidad, con persistente voluntad creativa.
El profesor Gutiérrez Carbajo dedica un apartado completo al análisis de la copla flamenca como modalidad de la canción popular, una tesis arraigada en Manuel Machado, Federico García Lorca, Luis Rosales o Luis Alberto de Cuenca. El magisterio de lo popular en el cante es resaltado también por los modernistas y Dámaso Alonso y por significativos investigadores de la lírica popular andaluza como José Manuel Caballero Bonald y Félix Grande. El mismo editor, Francisco Gutiérrez Carbajo ha completado aportaciones básicas sobre el discurrir diacrónico de la copla y su proceso de regularización formal.
Desde su enfoque lírico, los temas que centran el espacio esencial de las canciones populares emanan del sentimiento. El amor se construye como un principio orgánico vertebrador en sus diferentes manifestaciones anímicas: impulso, deseo, exaltación del cuerpo, sublimación de la belleza o aspiración a la unidad con el otro. Esta concepción plural del amor cristaliza en las canciones, donde se recrean sus elementos esenciales. Resulta así visible en las composiciones una exaltación gozosa del amor y una implosiva fuente de sentimientos marcada por la presencia y la ausencia, la posibilidad de unión con el ser amado y la aspereza del desamor y sus manifestaciones negativas: la melancolía, las penas, la desesperación o la soledad, monólogos fragmentados de estados de ánimo que añaden a las canciones un tono trágico.
La edición recoge una amplia selección de canciones populares amorosas, extraídas de diversas fuentes del cancionero, libros de música de los Siglos de Oro y recopilaciones de los siglos XIX y XX, con una notable representación de las obras de contemporáneos. Se corrobora así el esplendor de una parcela lírica que se ha preservado en el tiempo, manteniendo su tensión vital y su estilo directo, con una clara superación de contrastes entre lo singular y lo colectivo, entre lo popular y la lírica culta. La plenitud del cancionero, con su aura sentimental, vuelve a la luz del día para asumir esa sensación de paisaje abierto que genera el vuelo pasional en su largo recorrido por el tiempo, en su feliz culminación de la belleza. Al cabo, el sentir amoroso no es deriva contingente sino mutación de la esencia del ser.
JOSÉ LUIS MORANTE
Gracias por comentar esta antología, tengo muchas pero no me importa comprarla,o regalarla, son siempre libros gozosos.
ResponderEliminarCuando cumplí 15 años, de regalo, recibí de mi madre "Las Mil mejores Poesías de la lírica castellana", luego yo me compré en el 78 la Antología de Poesía medieval de Alvar y así hasta ahora.
Había una de José Janés y hay tb otra de poesía amorosa española e Hispanoamericana.
Querida Ana María, son libros necesarios, que enlazan en el tiempo la evolución del sentimiento amoroso y sus tópicos más populares. El recorrido es muy ameno y se lee con enorme alegría. Yo también tengo esa edición de las mil mejores poesías, es un libro que he leído muchas veces y que se ha vuelto amarillo.
EliminarFuerte abrazo y muy agradecido por tu lectura. Feliz jornada.