lunes, 19 de septiembre de 2022

ISABEL ALAMAR. BIOGRAFÍA DE OLAS

Biografía de olas
Isabel Alamar
Prólogo de Mila Villanueva
Olé Libro Editorial
Colección Poesía ITES
Valencia, 2022

 

SIEMPRE RECOMENZANDO

 

   La tibia serenidad del tiempo ha ido forjando el perfil literario de Isabel Alamar (Valencia, 1970), Licenciada en Filología Hispánica y en Filología Valenciana, artista plástica, poeta, crítica de publicaciones de ámbito provincial y nacional, y entrevistadora. Su amanecida poética se fecha en la primera década del dos mil, cuando su obra lírica, también la de carácter experimental, está presente en algunas antologías; sin embargo su primer poemario llega en 2017, cuando el catálogo de Playa de Akaba incorpora su libro Cantos al camino. Poco tiempo después la misma editorial publica la segunda entrega de la escritora A la intemperie de tu boca.
   De nuevo salen a la luz sus poemas en Biografía de olas, con hermosa ilustración de portada a cargo de la autora. Mila Villanueva sondea la sensibilidad del libro en el prólogo “El impacto de la sencillez", que clarifica de inmediato la naturaleza de su contenido poético. Isabel Alamar deja “un mar sereno de sílabas, de símbolos, de imágenes y cantos, un balbuceo de hermosísimas palabras, un océano desbordante de lirismo, un poemario escrito con aparente sencillez…”.
   La escritora pone en sus pasos para organizar el contenido poético la respiración de los cuatro elementos germinales, como si alzara una cosmogonía habitable mediante una estela de poemas. Las cuatro secciones se nutren del sustantivo olas como elemento uniformador del camino: “Olas de tierra”, “Olas de agua”, “Olas de fuego” y “Olas de aire”, pero en sus contenidos vislumbramos enfoques plurales.
  El apartado inicial opta por el tono confidencial autobiográfico. Quien escribe es consciente de su estar solo y de las contingencias que fragmentan el caminar al paso. La densa constancia de los días conforma una historia vital que aglutina percepciones y pensamiento. Ese viaje interior de quien se mira a sí mismo difunde grises y decepciones, esos bucles de pérdidas y derrotas que parecen alejar cualquier cielo. Se trata de vivir, estar y ser y cada mañana hay que remontar esperanzas para que permanezca la ilusión del vuelo y cicatricen las heridas. Nada hay más complejo que descubrir la arquitectura elemental sobre la que se alza la existencia: “No necesito / más que tierra, aire / sal y fuego / para ser como un gato / y vivir en libertad”. Desde esa sensación de despojamiento y entereza, el yo transita el tiempo y aguanta la intemperie.
    Hay un sostenido contraste entre la focalización del yo ficcional en los poemas de “Olas de tierra” y la materia verbal de “Olas de agua” donde el poema se convierte en vértice reflexivo. Hay una meditación sobre la escritura a partir de dos citas extraídas de un ensayo de Kepa Murúa. Quien escribe moldea soledad  en agua de palabras, en la búsqueda ontológica de la razón del canto: “Auténtica es la luz / que busca al poema / y lo despierta”.
    De inmediato aflora en el tercer apartado “Olas de fuego” la sensibilidad amorosa que alcanza su expresión en el deseo. La pasión transforma, es una voz interior que cruza los espacios de la noche. Todo se hace lumbre y melodía, capaz de interpretar el pentagrama de los cuerpos. Mediante el amor la vida se convierte en un transitar común que se llena de acordes.
   Isabel Alamar practica el haiku desde hace más de una década; ya en 2013 fue seleccionada para formar parte de la antología Un viejo estanque y conoce los trazos que vertebran el canon clásico japonés. En la parte final “Olas de aire” la estrofa monopoliza el molde formal convirtiendo al yo poético en mero testigo. La observación dicta los enunciados del poema: “Nada ni nadie / en este banco abandonado / salvo la lluvia”. Se despliega un horizonte visual de elementos diversos, capaces de velar lo autobiográfico para que resalte, pleno y fuerte, el horizonte, un entorno hecho para la contemplación que busca capturar el instante: “No está muerto / tan solo dormido el árbol / blanco sin hojas”. Aunque predominan las secuencias visuales, queda sitio para la voz confidencial y meditativa, que abre una lectura simbólica: “También un día / las aguas subterráneas / encontrarán su cauce”.
   En esos apuntes del entorno que reflejan los ciclos estacionales y sus variaciones tan cercanas a los mismos cambios del transcurso vital, los haikus hilvanan argumentos sin el esquema habitual; de este modo hay haikus con un apéndice versal: “En medio de la nada / en pleno desierto / puede florecer la flor / más hermosa del mundo”; otro ejemplo: “Fusión rápida de hojas / las verdes con las marrones / las marrones con las amarillas / y las rojas con todas”, un poema que tiene el destello emotivo del haiku pero que anula sus convenciones.
    Biografía de olas Traza un claro camino entre itinerario biográfico y el discurrir del tiempo. La misma naturaleza muestra siempre la condición transitoria de sujeto y entorno en la que se articulan el amor, la esperanza y la fuerza de la memoria. Captura imágenes para que pongan color y luz en lo diario, o se apresten a escribir historias leves, sencillas, al alcance de una mano abierta, en la que se resguarda un final feliz.
 
JOSÉ LUIS MORANTE



 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.