La puerta del futuro Fotografía de Javier Caballero Valencia |
ESPAÑA
De haber nacido, haber
nacido donde estoy:
en la España sombría
y heroica de hoy
BLAS DE OTERO
En su largo
trascurso reconozco
grava suelta y arena,
el andar negligente
de un viajero cansado.
España ya no existe como tema poético,
es solo un sustantivo que dormita
en el viejo jergón
de un poeta social.
Quien se acerca al motivo desempolva
limos y arqueología,
el perfil cartográfico
de semántica triste
que rechazos y odios
confunden con espíritus tribales.
Su oratoria proclama
secesión y ruptura,
hierro firme
que punza voluntades.
Yo, sin embargo, encuentro
en las tres sílabas
esa tierra común
donde creció la culpa y la vergüenza,
pero también la luz
que desvela un principio,
una conciencia mítica,
unos itinerarios de regreso,
un bar abierto en el amanecer.
España es el ahora:
sombrío espacio y crisis;
la angustia de la grada y el aplauso
a un equipo de fútbol
de palmarés creciente y talla media;
una bandera, un himno y un idioma
para afirmar que sí.
Oculto en el poema sobrevive
el caos de un país imaginario;
un cúmulo de síntomas
que ya nadie resuelve
y en el que ya no arraiga el mediodía.
Pero guardo por dentro
el rigor de su sed y su pobreza,
el no lugar del náufrago.
JOSÉ LUIS MORANTE
(Del libro Nadar en seco, 2022)
en la España sombría
y heroica de hoy
grava suelta y arena,
el andar negligente
de un viajero cansado.
España ya no existe como tema poético,
es solo un sustantivo que dormita
en el viejo jergón
de un poeta social.
limos y arqueología,
el perfil cartográfico
de semántica triste
que rechazos y odios
confunden con espíritus tribales.
Su oratoria proclama
secesión y ruptura,
hierro firme
que punza voluntades.
en las tres sílabas
esa tierra común
donde creció la culpa y la vergüenza,
pero también la luz
que desvela un principio,
una conciencia mítica,
unos itinerarios de regreso,
un bar abierto en el amanecer.
sombrío espacio y crisis;
la angustia de la grada y el aplauso
a un equipo de fútbol
de palmarés creciente y talla media;
una bandera, un himno y un idioma
para afirmar que sí.
Oculto en el poema sobrevive
el caos de un país imaginario;
un cúmulo de síntomas
que ya nadie resuelve
y en el que ya no arraiga el mediodía.
Pero guardo por dentro
el rigor de su sed y su pobreza,
el no lugar del náufrago.
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