miércoles, 24 de abril de 2024

ALGA. Revista de Literatura nº91-92, 2024

ALGA
Revista Literaria nº 91-92
Primavera de 2024
Dirección: Goya Gutiérrez
Edición: GRUPO ALGA
AYUNTAMIENTO DE CASTELLDEFELS
(Barcelona)


DESPEDIDA

Cada lunes domingo,
porque lo cotidiano
rompe en ti sus fronteras
y autoriza
ecuaciones resueltas,
con vocación de luz y mediodía.
Contigo se deshojan los eclipses
y me roza la piel
la memoria con sal de los veranos
hecha instante sin horas.

Si abre la puerta un día la intemperie
y arraiga en el cristal
ese desahuicio que llamamos olvido.
Si apuro
manuscritos de soledad, nada y ceniza,
no te despidas nunca;
haz de mi desamparo día festivo,
también cuando te vayas quédate.

                                    (Inédito)

martes, 23 de abril de 2024

ANTOINE DE SAINT EXUPÉRY: EL PRINCIPITO

23 de abril: Día del Libro

 

ANTOINE DE SAINT EXUPÉRY: EL PRINCIPITO

 A mis hijas,
que ocupan en las páginas de El Principito
el lugar exacto donde yo estuve.

  Pasé mi infancia y adolescencia sin la rosa de los vientos de El Principito. Un asunto trágico que, seguramente, sea causa directa de tanta patología y de mi incapacidad manifiesta para distinguir sombreros y elefantes, onirismo y realidad porque es sabido que lo esencial es invisible a los ojos. No hubo curiosidad intelectual ni elección clandestina. En las aulas juveniles del internado fue titulo recomendado por el profesor de francés. También puso como ejercicio complementario Antígona, por si queríamos conocer cuanto antes el planeta contrahecho de la tragedia, ese lugar donde no hay rosas ni girasoles porque es de noche. En aquel asunto de ordeno y mando del bachillerato, yo me acurruqué en el líquido amniótico de Antoine Saint Exupéy y desde hace décadas vio de alquiler en sus capítulos y en sus ilustraciones.Y no pienso salir al frescor desapacible de fuera. Alguien me ha susurrado que “los adultos son gente muy extraña”

 

(De Cuentos diminutos)

lunes, 22 de abril de 2024

SUSANA BENET. ALMA DE CARACOL

Alma de caracol
Susana Benet
Ediciones la Garúa
Colección Haiku, dirigida por Jesús Aguado y Joan de la Vega
Barcelona, 2024 

 

BROTES VERDES

 

   Prosiguiendo su sólido repliegue en la senda concisa, que comenzara hace más de veinte años, Susana Benet (Valencia, 1950), Licenciada en Psicología, pintora de acuarela, narradora y poeta con perseverante dedicación al minimalismo expresivo, tras la publicación de Espejismo (y otros relatos) (2020),  retorna a la sensibilidad de la estrofa japonesa con el libro Alma de caracol (2024).
   En la nueva entrega, sorprende la escritora al incluir en el pórtico paratextual, junto al espléndido kaiku de Kobayashi Issa, una cita de la escritora estadounidense Patricia Highsmith. Es un nombre vertical de la narrativa policiaca, cuyo magisterio estaba presente en la compilación de sus relatos: “El hombre no tiene más alma que un caracol de jardín. Lo que quiero decir es que el caracol de jardín también tiene alma”. Desde esa perspectiva igualitaria que acerca el sujeto al entorno y equipara la condición de ser de todos los integrantes del paisaje, comienza una entrega donde la observación de lo doméstico se convierte en transitado venero argumental. El haiku de Susana Benet ahonda en la mirada clásica de la tradición. Convierte el esquema versal en objetiva plasmación del instante que aloja en sus destellos el singular misterio de lo cotidiano, el frescor del asombro: “Brilla la luna / en el rastro reseco / del caracol”, “Entre hojas verdes / zigzaguea la mosca / ebria de sol”, “Tejió su tela / la araña entre mis plantas. / Nueva inquilina”.  
   El volumen Alma de caracol arranca con una serie de textos vinculada a la observación directa que propicia la cercanía y el amor a los relieves y destellos de la tierra. La naturaleza cobra una presencia fuerte. Sus elementos multiplican sensaciones e imágenes. Los sentidos escuchan y hacen de la reflexión una vigilia en la que se moldea la sensación con una fuerte contundencia: “Puede la noche / ocultar las petunias, / no su perfume”. Así llueven los haikus que en su levedad tampoco olvidan el matiz crítico y el desamparo de la naturaleza frente al incontinente desasosiego del progreso que va dejando signos desapacibles en las rastrojeras del paisaje: “El carril-bici. / Quién recuerda que allí / crecía un ciprés”, “Un niño trata / de devolver al árbol / la rama rota”.
   El día a día forcejea con la rutina; siembra esa reiteración de hábitos que convierte el sedentarismo del hogar en un refugio de evocaciones, soledad y melancolía: “Tardes ociosas. / El perro dormitando, / las nubes quietas”, “Un nuevo sábado, / el periódico trae / noticias viejas”, “Cuánto ha cambiado / el bar de aquellos tiempos. / Qué triste el vino”, “Todo cerrado / en el día festivo. / Menos el sol”.
   La lectura del contexto cercano es una forma de percibir, dentro de la soledad, el abrazo cálido de la compañía. También la mirada del tiempo, siempre dispuesta al balance vivencial del presente. Laten las horas; el discurrir apunta una variada gama de situaciones vitales. Tras el amplio abanico de la diversidad se entrecruzan el desconcierto diario, la quietud existencial del tedio y la incertidumbre generada por el entrelazado relacional donde discurre la convivencia con los demás. Mirar dentro es quedarse a solas con la conciencia, advertir los rincones de la imaginación, saber que la escritura es una manera de resistir: “Toda la noche / el tráfico incesante, / las obsesiones”, “Salir del sueño / como salir al mundo / por vez primera”.
 A los veneros del asombro y la imaginación, se une el ir y venir de las sensaciones, la vehemencia de ser un integrante más de la naturaleza, esa acuarela de cromatismo renovado que muestra su gran fuerza expresiva. Además, el oficio de vivir recrea itinerarios de memoria y olvido, de propósitos y recuerdos que diseñan la caligrafía de cada conciencia, el testimonio abierto de su introspección. A su paso, el día regala la belleza de lo inadvertido en las cosas humildes y cercanas que expanden en su contemplación la seguridad de lo conocido, una multiplicidad de espigas que conforma la tierra del recuerdo.
  Susana Benet ya es una voz clásica en nuestro entorno poético. Como se ha dicho, comenzó a utilizar la estrofa hace más de veinte años y mantiene en el tiempo una preceptiva sin virajes. La escritora practica un haiku despojado, una instantánea verbal donde sombran los adjetivos y emplea los verbos con concisión extrema. Quien contempla los ciclos estacionales de un mundo cambiante, lo hace con la empatía de quien percibe a través del asombro. La observación captura la belleza del instante. El sujeto, a su paso, anida dentro un patrimonio sensitivo que busca una inasible arquitectura, el esplendor callado de lo perdurable.


JOSÉ LUIS MORANTE



 
 

domingo, 21 de abril de 2024

ESCRITURAS EN FLOR

Alegría
Fotografía
de Cris Aparicio

 

ESCRITURAS EN FLOR

No tengo aspiraciones transcendentes.
Sólo aspiro a ser feliz

ELLA

Escrituras en flor para sobreponerse a lo contingente. Perder el miedo y seguir. La tremenda caída en la Biblioteca Nacional es ahora una anécdota diluida; un repliegue en la sombra con significado difuso.

Ser actores de reparto en los escenarios sociales requiere sumar destrezas básicas. Hay que saber manejar los silencios y hacer de la soledad un lugar interior provisional, oscuro, donde no se sabe si hay alguien.

Me habla de la tertulia y de su amistad con admiración de epígono. Supone que su magisterio es único y con validez universal. Yo abro la mano a la opinión de estos años. Para mí es solo un capítulo cerrado. Sus críticas admiten variadas interpretaciones, pero todas con un único sustrato compartido: el plano rasante de quien busca hacer daño.

Qué pereza escuchar los mensajes de voz; que un escritor, acostumbrado al relumbre de la palabra escrita, responda con audios suscita de inmediato la sospecha de lo urgente, el punteo de una casa con goteras. 

(Apuntes desde Abril, el mes más cruel)


sábado, 20 de abril de 2024

PRIMERA LUZ

Entre la higuera
Archivo de fotos
Parmacultura


 Primera luz.
En las ramas del sueño
oigo trinar.



viernes, 19 de abril de 2024

ELOGIO DE LA BREVEDAD

Pasos a dos
Madrid, Plaza de Colón, abril, 2024
Fotografía
de
Cris Aparicio


EN TORNO AL HAIKU 

 

El haiku teje en silencio, sin dogmas; cuando la poética se aleja de la emoción se refugia en el laboratorio.

 Quien siente una arbitraria mutilación del paisaje cuando cierra los ojos, no mira hacia dentro.

 Leo a San Juan de la Cruz. Percibo en el volar del haiku las cinco condiciones del pájaro solitario: va a lo más alto, no sufre compañía, pone el pico al aire, no tiene determinado color y canta suavemente. 

 La humilde sobriedad del esquema verbal contrasta con su riqueza perceptiva y su capacidad para crear geografías imaginarias.

 El tacto de las palabras recuerda la presión indecisa que muestra la mano de un niño cuando sale a la calle. Entre agarrar y soltar.

 Cada silencio es un potente generador de sentido.

 La percepción poética es una forma de conocimiento. En la lenta conquista del aprendizaje meditación, lectura, sosiego y piel. 

(Anotaciones del libro A punto de ver, Polibea, 2019)




jueves, 18 de abril de 2024

JON FOSSE. POESÍA COMPLETA (Volumen I)

Poesía completa
(Volumen I)
Jon Fosse
Traducción de Cristina Gómez-Bagggetthun
Editorial Sexto Piso / Poesía
Ciudad de México, Madrid, 2023


CUATRO PASOS EN LA POESÍA DE JON FOSSSE

 
   La geografía creadora de Jon Fosse (Haugesund, Noruega, 1959) condensa un territorio plural que integra de forma simultánea literatura infantil, ensayo, teatro y poesía. Su obra transita decenas de idiomas y ha sido reconocida con numerosos premios que culminan con la concesión por parte de la Academia Sueca del Premio Nobel 2023. Pese a la solidez de su trayecto, el autor  sigue siendo en nuestro idioma una línea de sombra. Celebramos el oportuno entusiasmo editorial de Sexto Piso que acoge toda la cosecha lírica del escritor en dos volúmenes traducidos por Cristina Gómez-Baggethum, licenciada en Filosofía, doctora en Historia del teatro y Crítica Teatral, con una amplia estela de traslaciones al castellano de escritores nórdicos.
   Desde la soledad esencial de la lectura emprendo mis primeros cuatro pasos en la poesía de Jon Fosse. El volumen I reúne las tres entregas iniciales: Ángel con agua en los ojos (1986), Los movimientos del perro (1990) y Perro y ángel (1992). La andadura del poeta comienza con una poesía intimista, aunque con un cierto aire de objetividad y distancia. Los poemas vislumbran lo que somos y hacemos, la letra caduca que conforma la lluvia de soledad en un entorno que marca con su presencia el discurrir existencial. Lo vivido en su persistente oscuridad enlaza evocación e instantes del presente. Los poemas marcan las pautas de un itinerario ficcional cercano a la perspectiva realista con situaciones aparentemente domésticas, aunque siempre atento a sorprender el lado onírico de lo real. Los espacios poéticos dejan la sensación de ideas fragmentadas, como si las certezas sensoriales necesitaran el refrendo de la reflexión. En otros momentos se convierten en reescrituras y variaciones de magisterios cercanos como Georg Trakl, o dejan la calidez sensorial del deseo en un erotismo que prefiere la sugerencia del reflejo y el merodeo visual de una escena onírica a la descripción. El tono cortante del relato poético sugiere la mirada paciencia del espectador que anuncia lo que ve o se imagina con un ritmo cortado, repleto de pausas, hasta que otra vez las voces, con el denso peso de lo alucinatorio, emergen desde el silencio.
  Prosigue itinerario Los movimientos del perro en cuyos poemas se acrecienta la fragmentación visual y el hermetismo. La idea del poema conforma comparaciones que enlazan estratos semánticos distintos. Los temas van y vuelven mudando la significación, como si se agitaran por dentro. Los versos crean una atmósfera de incertidumbre y despojamiento, se hacen con escuetos materiales, como si nacieran desgajados y esenciales desde el interior, presentes e incomprensibles.
  El personaje verbal del niño chico suscita composiciones en forma de cantares infantiles, en los que la rima pone un aire popular y engarzado con la tradición oral. Pero pronto se suman, desde la reiteración de un supuesto motivo circular, al tema orbital de las composiciones donde el perro se transforma en elemento simbólico, como el ángel en la primera entrega.
   Perro y ángel (1992) ocupa el tramo final de este primer volumen compilatorio. El título enlaza dos sustantivos que determinan los poemas anteriores, como si el escritor quisiera resaltan que su geografía poética se construye a partir de motivos recurrentes. También la presentación formal de los textos permanece. El yo poético mira alrededor para anotar con los sentidos el cromatismo del entorno. La mirada se desplaza y da razón de vida al pensamiento. El poema se hace testimonio de una instantánea visual. Todo aparenta la calma de un día cualquiera. Y desde ese sosiego retorna el paisaje de la evocación en el que se entremezclan sensaciones y lecturas. La voz de Jon Fosse nunca es ajena al fluir de la tradición; como sucediera en otros libros, aquí rescribe ideas y poemas de Hölderlin, como escritura  que se reflejara en un cristal.
 Las palabras acogen lo paradójico, la presencia de lo ausente, la luz de la oscuridad, el viaje al mar de una barca que se dirige hacia la negrura; son desplazamientos de los significados que en ocasiones solapan la línea argumental y dan pie a interpretaciones más complejas. El yo que escribe es un yo cambiante que hace del tiempo un presente continuo y una persistente desaparición de la identidad porque cada texto cobija a quien lo escribe. Se hace un cuarto perdido en algún sitio con la luz prendida.
 
JOSÉ LUIS MORANTE