Mostrando entradas con la etiqueta Louise Glück. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Louise Glück. Mostrar todas las entradas

miércoles, 9 de julio de 2025

LOUISE GLÜCK. POESÍA DEL YO

Louise Glück


ROMPER LO FRÁGIL

 


   La concesión del Premio Nobel de Literatura de la Academia Sueca genera en cada convocatoria una incontenible tormenta verbal. Suele ser más riñas de gatos y preferencias personales no fundamentadas que opiniones y vislumbres inteligentes. En 2020 eran candidatos transeúntes Adonis, Margaret Atwood, António Lobo Antunes, Anne Carson, Haruki Murakami y Javier Marías. Pero la ganadora anunciada el día 8 de octubre fue Louise Glück, poeta y ensayista norteamericana de reconocido palmarés cuyos libros están en el catálogo de Pre-textos desde hace casi dos décadas. Gracias al traductor de Ararat, el poeta Abraham Gragera conocí la poesía de Louise Glück (Nueva York, 1943) a finales de 2008. En una grata tertulia madrileña, donde intercambiamos libros, Gragera recalcó el ideario figurativo y el aire frágil de aquellos poemas donde lo autobiográfico se convertía en vigoroso argumento.
   Así que para introducirse en el faro de Louise Glück, formado por una decena de poemarios entre los que sobresalen Praderas, AraratAverno y El iris salvaje, es recomendable sondear elementos biográficos que tienen una simbiosis misteriosa con el material poético. Nacida en la metrópolis de Nueva York en 1943, pasó una ensimismada primera infancia en Long Island. Su niñez tuvo contornos sombríos, trazados por el fallecimiento de una hermana antes de que ella naciera, que disolvió la armonía familiar. Tejió silenciosamente una fuerte voluntad lectora, que creció en la adolescencia cuando se diagnosticó una anorexia incontrolada. La enfermedad exigiría un prolongado tratamiento de psicoanálisis y la interrupción de su formación académica en Columbia. En este tiempo es cuando aflora su poesía. El despertar poético supone una imitación de los modos poéticos de William Blake, T.S. Eliot y W. B. Yeats. La prolongada soledad y la terapia le permiten una indagación profunda en las secuencias vitales y un cuestionamiento del clima relacional. Esas dolorosa incisiones no se oculta tras nubes metafóricas, sino que la palabra se convierte en terapia objetiva, como escribe en la indagación crítica Educación del poeta o en el rescate evocativo de Ararat, cuya configuración explana las relaciones familiares, la extrañeza, la sensación de estar fuera de sitio, el proceso erosivo de lo cotidiano y el precipicio final. Son aspectos descritos, como subrayaba la comunicación de Anders Olsson, presidente del comité del premio Nobel, con austeridad minimalista. La poesía enuncia enfoques de grisura desde una ética muy exigente que busca trascender el intimismo emocional.
   Por tanto, la clave argumental de Ararat es la familia, grupo de cohesión donde los vínculos afectivos exigen una intensa relación, como parte del crecimiento personal. Pero la perspectiva de Louise Glück en estos poemas es el desasosiego, una relevante vigilia que revisa grietas y necesidades nunca cubiertas. El yo poético muestra una potente capacidad observadora que asimila y rechaza secuencias vitales. Así amanece un método reflexivo que cuestiona la realidad interna del núcleo familiar. Cada miembro ha sido expulsado del paraíso para afrontar sufrimientos y absorber sentimientos contradictorios. Así se gesta una identidad separada, un esqueje no exento de frustración que busca clarificar su experiencia emocional.
   Ararat propicia una imagen autobiográfica en la que el hablante lírico intenta romper su fragilidad. Su voz revisa estereotipos sin estridencias, con un lenguaje lacónico, sin la tela cálida de los adjetivos. Como ha manifestado, al comentar su estética despojada, Louise Glück hace poesía en el páramo verbal: “Me atraen las elipsis, lo no dicho, la sugerencia, el silencio elocuente y deliberado. Lo que no se dice, para mí, ejerce un gran poder: a menudo desearía poder hacer un poema completo con este vocabulario. Es análogo a lo invisible, por ejemplo, al poder de las ruinas o las obras de arte dañadas o incompletas”.
  Poesía que hace de la humildad una aspiración mística y una cicatrización, para que las palabras encuentren su lugar y su afán de conocer. Latido humano y sangre tibia que surgen de la vida y la experiencia de un yo casi siempre ubicado en el caos, que se sabe fuera de lugar y se amarra al poema y la esperanza.
   El día 13 de octubre de 2023 fallecía Louise Glück con ochenta años de edad. Dejó como despedida particular la lectura de Marigold y Rose. Una ficción, un libro en prosa poética publicado por Visor en 2023 en su colección de poesía, con edición bilingüe y versión al castellano de Andrés Catalán.
  El planteamiento argumental del libro sorprenderá de inmediato, como sorprendió a su editor habitual en USA. Dos mellizas, todavía bebés, con un expansivo mundo interior desgranan pensamientos y acciones, como si hubiesen superado las tradicionales etapas del aprendizaje y ya estuvieran respirando en la vida adulta. Marigold, aunque no sabe leer, es una lectora brillante, y está escribiendo un libro en su pensamiento aunque no conozca todavía las palabras. Vendrán después. Mientras, Rose es un ser social que disfruta participando en actividades sociales como el baño y que goza de una hermosa presencia física. Son dos identidades muy diferenciadas y, por tanto, complementarias al asomarse al mundo.
   Cada niña percibe un entorno insólito que acentúa su soledad y su asombro, que les hace mirar al mundo adulto con ese punto de recelo de quien apenas entiende lo que sucede alrededor y de lo que, antes o después, pasará a formar parte, cuando empiece la vida oficial. Mientas constatan a cada instante la dependencia de “Madre”, el continuo refugio para estar a salvo, mientras “padre” está lejos sumando o resolviendo enigmas cotidianos. A veces las dos añoran la vida adulta por su enorme cargamento de palabras.
   De las reflexiones interiores de las dos mellizas nace la casa familiar y sus pobladores con una sensibilidad irónica en ocasiones y en otras repleta de ternura al poner silueta propia a los comportamientos de Madre y Padre o al discurrir de un tiempo que camina hacia el primer año de vida.
   En algunas entrevistas de prensa Louis Glück ha definido el libro como una novela poética dividida en breves capítulos. También ha señalado que la ficción nació a partir de los vídeos de sus nietas, grabados por el padre de las mellizas en California, y a quienes no podía visitar en 2020 por la pandemia. De las visualizaciones nacieron observaciones en torno a las bebes y su capacidad de relacionarse entre sí o con los adultos.
   El mundo interior en formación concede a la escritura de Marigold y Rose una perspectiva inédita frente al misterio del tiempo, una forma de expresión sencilla y delicada que se anticipa a las palabras y ayuda a vivir. Por eso resulta paradójico que la ausencia de Louise Gluck coincida con el retorno a la infancia de su escritura, con la vuelta a ese tiempo que abre puertas y teje amanecidas, como si confirmara la presencia continua de quien ya no está. Descansa en paz, querida poeta.

José Luis Morante



    

miércoles, 8 de enero de 2025

LOUISE GLÜCK. QUEBRAR LO FRÁGIL

Louise Glück
22 de abril, 1943, Nueva York- 13 de octubre 2023, Cambridge
PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2020

ROMPER LO FRÁGIL


   La concesión del Premio Nobel de Literatura de la Academia Sueca genera en cada convocatoria una incontenible tormenta verbal que suele ser más riñas de gatos y preferencias personales no fundamentadas que opiniones y vislumbres inteligentes. En 2020 eran candidatos transeúntes Adonis, Margaret Atwood, António Lobo Antunes, Anne Carson, Haruki Murakami o Javier Marías. Pero la ganadora anunciada el día 8 de octubre fue Louise Glück, poeta y ensayista norteamericana de reconocido palmarés cuyos libros están en el catálogo de Pre-textos desde hace casi dos décadas. Gracias al traductor de Ararat, el poeta Abraham Gragera conocí la poesía de Louise Glück (Nueva York, 1943) a finales de 2008. En una grata tertulia madrileña, donde intercambiamos libros, Gragera recalcó el ideario figurativo y el aire frágil de aquellos poemas donde lo autobiográfico se convertía en vigoroso argumento.
   Así que para introducirse en el faro de Louise Glück, formado por una decena de poemarios entre los que sobresalen Praderas, AraratAverno y El iris salvaje, es recomendable sondear elementos biográficos que tienen una simbiosis misteriosa con el material poético. Nacida en la metrópolis, pasó una ensimismada primera infancia en Long Island de contornos sombríos, trazados por el fallecimiento de una hermana antes de que ella naciera, que disolvió la armonía familiar. Tejió silenciosamente una fuerte voluntad lectora, que creció en la adolescencia cuando se diagnosticó una anorexia incontrolada. La enfermedad exigiría un prolongado tratamiento de psicoanálisis y la interrupción de su formación académica en Columbia. En este tiempo es cuando aflora su poesía,. cuyo despertar poético supone una imitación de los modos poéticos de William Blake, T.S. Eliot y W. B. Yeats. La prolongada soledad y la terapia le permiten una indagación profunda en las secuencias vitales y un cuestionamiento del clima relacional. Esas dolorosa incisiones no se oculta tras nubes metafóricas, sino que la palabra se convierte en terapia objetiva, como escribe en la indagación crítica Educación del poeta o en el rescate evocativo de Ararat, cuya configuración explana las relaciones familiares, la extrañeza, la sensación de estar fuera de sitio, el proceso erosivo de lo cotidiano y el precipicio final. Son aspectos descritos, como subrayaba la comunicación de Anders Olsson, presidente del comité del premio Nobel, con austeridad minimalista, que enuncian enfoques de grisura desde una ética muy exigente que busca trascender el intimismo emocional.
   Por tanto, la clave argumental de Ararat es la familia, grupo de cohesión donde los vínculos afectivos exigen una intensa relación, como parte del crecimiento personal. Pero la perspectiva de Louise Glück en estos poemas es el desasosiego, una relevante vigilia que revisa grietas y necesidades nunca cubiertas. El yo poético muestra una potente capacidad observadora que asimila y rechaza secuencias vitales. Así amanece un método reflexivo que cuestiona la realidad interna del núcleo familiar. Cada miembro ha sido expulsado del paraíso para afrontar sufrimientos y absorber sentimientos contradictorios. Así se gesta una identidad separada, un esqueje no exento de frustración que busca clarificar su experiencia emocional.
   Ararat propicia una imagen autobiográfica en la que el hablante lírico intenta romper su fragilidad. Su voz revisa estereotipos sin estridencias, con un lenguaje lacónico, sin la tela cálida de los adjetivos. Como ha manifestado, al comentar su estética despojada, Louise Glück hace poesía en el páramo verbal: “Me atraen las elipsis, lo no dicho, la sugerencia, el silencio elocuente y deliberado. Lo que no se dice, para mí, ejerce un gran poder: a menudo desearía poder hacer un poema completo con este vocabulario. Es análogo a lo invisible, por ejemplo, al poder de las ruinas o las obras de arte dañadas o incompletas”.
  Poesía que hace de la humildad una aspiración mística y una cicatrización, para que las palabras encuentren su lugar y su afán de conocer. Latido humano y sangre tibia que surgen de la vida y la experiencia de un yo casi siempre ubicado en el caos, que se sabe fuera de lugar y se amarra al poema y la esperanza.
   El día 13 de octubre de 2023 fallecía lLouise Glück con ochenta años de edad y dejo en mi despedida particular la lectura de Marigold y Rose. Una ficción, un libro en prosa poética publicado por Visor este año en su colección de poesía  en edición bilingüe y con versión al castellano de Andrés Catalán.
  El planteamiento argumental del libro sorprenderá de inmediato, como sorprendió a su editor habitual en USA. Dos mellizas, todavía bebés, con un expansivo mundo interior desgranan pensamientos y acciones, como si hubiesen superado las tradicionales etapas del aprendizaje y ya estuvieran respirando en la vida adulta. Marigold, aunque no sabe leer, es una lectora brillante, y está escribiendo un libro en su pensamiento aunque no conozca todavía las palabras. Vendrán después. Mientras Rose es un ser social que disfruta participando en actividades sociales como el baño y que goza de una hermosa presencia física. Son dos identidades muy diferenciadas y, por tanto, complementarias al asomarse al mundo.
   Cada niña percibe un entorno insólito que acentúa su soledad y su asombro, que les hace mirar al mundo adulto con ese punto de recelo de quien apenas entiende lo que sucede alrededor y de lo que, antes o después, pasará a formar parte, cuando empiece la vida oficial. Mientas constatan a cada instante la dependencia de “Madre”, el continuo refugio para estar a salvo, mientras “padre” está lejos sumando o resolviendo enigmas cotidianos. A veces las dos añoran la vida adulta por su enorme cargamento de palabras.
   De las reflexiones interiores de las dos mellizas nace la casa familiar y sus pobladores con una sensibilidad irónica en ocasiones y en otras repleta de ternura al poner silueta propia a los comportamientos de Madre y Padre o al discurrir de un tiempo que camina hacia el primer año de vida.
   En algunas entrevistas de prensa Louise Glück ha definido el libro como una novela poética dividida en breves capítulos. También ha señalado que la ficción nació a partir de los vídeos de sus nietas, grabados por el padre de las mellizas en California, y a quienes no podía visitar en 2020 por la pandemia. De las visualizaciones nacieron observaciones en torno a las bebes y su capacidad de relacionarse entre sí o con los adultos.
   El mundo interior en formación concede a la escritura de Marigold y Rose una perspectiva inédita frente al misterio del tiempo, una forma de expresión sencilla y delicada que se anticipa a las palabras y ayuda a vivir. Por eso resulta paradójico que la ausencia de Louise Glück coincida con el retorno a la infancia de su escritura, con la vuelta a ese tiempo que abre puertas y teje amanecidas, como si confirmara la presencia continua de quien ya no está. Descansa en paz, querida poeta; tu poesía intacta, conmigo, rompiendo lo frágil.

JOSÉ LUIS MORANTE



    

viernes, 3 de noviembre de 2023

LOUISE GLÜCK. DESPEDIDA

Louise Glück
(Nueva York, 1943-Cambridge, Massachussets, 2023)

 

ROMPER LO FRÁGIL

  
   La concesión del Premio Nobel de Literatura de la Academia Sueca genera en cada convocatoria una incontenible tormenta verbal que suele ser más riñas de gatos y preferencias personales no fundamentadas que opiniones y vislumbres inteligentes. En 2020 eran candidatos transeúntes Adonis, Margaret Atwood, António Lobo Antunes, Anne Carson, Haruki Murakami o Javier Marías. Pero la ganadora anunciada el día 8 de octubre fue Louise Glück, poeta y ensayista norteamericana de reconocido palmarés cuyos libros están en el catálogo de Pre-textos desde hace casi dos décadas. Gracias al traductor de Ararat, el poeta Abraham Gragera conocí la poesía de Louise Glück (Nueva York, 1943) a finales de 2008. En una grata tertulia madrileña, donde intercambiamos libros, Gragera recalcó el ideario figurativo y el aire frágil de aquellos poemas donde lo autobiográfico se convertía en vigoroso argumento.
   Así que para introducirse en el faro de Louise Glück, formado por una decena de poemarios entre los que sobresalen Praderas, AraratAverno y El iris salvaje, es recomendable sondear elementos biográficos que tienen una simbiosis misteriosa con el material poético. Nacida en la metrópolis, pasó una ensimismada primera infancia en Long Island de contornos sombríos, trazados por el fallecimiento de una hermana antes de que ella naciera, que disolvió la armonía familiar. Tejió silenciosamente una fuerte voluntad lectora, que creció en la adolescencia cuando se diagnosticó una anorexia incontrolada. La enfermedad exigiría un prolongado tratamiento de psicoanálisis y la interrupción de su formación académica en Columbia. En este tiempo es cuando aflora su poesía,. cuyo despertar poético supone una imitación de los modos poéticos de William Blake, T.S. Eliot y W. B. Yeats. La prolongada soledad y la terapia le permiten una indagación profunda en las secuencias vitales y un cuestionamiento del clima relacional. Esas dolorosa incisiones no se oculta tras nubes metafóricas, sino que la palabra se convierte en terapia objetiva, como escribe en la indagación crítica Educación del poeta o en el rescate evocativo de Ararat, cuya configuración explana las relaciones familiares, la extrañeza, la sensación de estar fuera de sitio, el proceso erosivo de lo cotidiano y el precipicio final. Son aspectos descritos, como subrayaba la comunicación de Anders Olsson, presidente del comité del premio Nobel, con austeridad minimalista, que enuncian enfoques de grisura desde una ética muy exigente que busca trascender el intimismo emocional.
   Por tanto, la clave argumental de Ararat es la familia, grupo de cohesión donde los vínculos afectivos exigen una intensa relación, como parte del crecimiento personal. Pero la perspectiva de Louise Glück en estos poemas es el desasosiego, una relevante vigilia que revisa grietas y necesidades nunca cubiertas. El yo poético muestra una potente capacidad observadora que asimila y rechaza secuencias vitales. Así amanece un método reflexivo que cuestiona la realidad interna del núcleo familiar. Cada miembro ha sido expulsado del paraíso para afrontar sufrimientos y absorber sentimientos contradictorios. Así se gesta una identidad separada, un esqueje no exento de frustración que busca clarificar su experiencia emocional.
   Ararat propicia una imagen autobiográfica en la que el hablante lírico intenta romper su fragilidad. Su voz revisa estereotipos sin estridencias, con un lenguaje lacónico, sin la tela cálida de los adjetivos. Como ha manifestado, al comentar su estética despojada, Louise Glück hace poesía en el páramo verbal: “Me atraen las elipsis, lo no dicho, la sugerencia, el silencio elocuente y deliberado. Lo que no se dice, para mí, ejerce un gran poder: a menudo desearía poder hacer un poema completo con este vocabulario. Es análogo a lo invisible, por ejemplo, al poder de las ruinas o las obras de arte dañadas o incompletas”.
  Poesía que hace de la humildad una aspiración mística y una cicatrización, para que las palabras encuentren su lugar y su afán de conocer. Latido humano y sangre tibia que surgen de la vida y la experiencia de un yo casi siempre ubicado en el caos, que se sabe fuera de lugar y se amarra al poema y la esperanza.
   El día 13 de octubre de 2023 fallecía Louise Glück con ochenta años de edad y dejo en mi despedida particular la lectura de Marigold y Rose. Una ficción, un libro en prosa poética publicado por Visor este año en su colección de poesía  en edición bilingüe y con versión al castellano de Andrés Catalán.
  El planteamiento argumental del libro sorprenderá de inmediato, como sorprendió a su editor habitual en USA. Dos mellizas, todavía bebés, con un expansivo mundo interior desgranan pensamientos y acciones, como si hubiesen superado las tradicionales etapas del aprendizaje y ya estuvieran respirando en la vida adulta. Marigold, aunque no sabe leer, es una lectora brillante, y está escribiendo un libro en su pensamiento aunque no conozca todavía las palabras. Vendrán después. Mientras Rose es un ser social que disfruta participando en actividades sociales como el baño y que goza de una hermosa presencia física. Son dos identidades muy diferenciadas y, por tanto, complementarias al asomarse al mundo.
   Cada niña percibe un entorno insólito que acentúa su soledad y su asombro, que les hace mirar al mundo adulto con ese punto de recelo de quien apenas entiende lo que sucede alrededor y de lo que, antes o después, pasará a formar parte, cuando empiece la vida oficial. Mientas constatan a cada instante la dependencia de “Madre”, el continuo refugio para estar a salvo, mientras “padre” está lejos sumando o resolviendo enigmas cotidianos. A veces las dos añoran la vida adulta por su enorme cargamento de palabras.
   De las reflexiones interiores de las dos mellizas nace la casa familiar y sus pobladores con una sensibilidad irónica en ocasiones y en otras repleta de ternura al poner silueta propia a los comportamientos de Madre y Padre o al discurrir de un tiempo que camina hacia el primer año de vida.
   En algunas entrevistas de prensa Louis Glück ha definido el libro como una novela poética dividida en breves capítulos. También ha señalado que la ficción nació a partir de los vídeos de sus nietas, grabados por el padre de las mellizas en California, y a quienes no podía visitar en 2020 por la pandemia. De las visualizaciones nacieron observaciones en torno a las bebes y su capacidad de relacionarse entre sí o con los adultos.
   El mundo interior en formación concede a la escritura de Marigold y Rose una perspectiva inédita frente al misterio del tiempo, una forma de expresión sencilla y delicada que se anticipa a las palabras y ayuda a vivir. Por eso resulta paradójico que la ausencia de Louise Glück coincida con el retorno a la infancia de su escritura, con la vuelta a ese tiempo que abre puertas y teje amanecidas, como si confirmara la presencia continua de quien ya no está. Descansa en paz, querida poeta.

José Luis Morante


   

miércoles, 18 de noviembre de 2020

HUMILDAD

Ser y estar
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

El palabrerío incontinente y la inteligencia usan zapatillas desparejas.

Sin compasión, con la chispa encendida por Andrés Trapiello, incansable valedor de Pre-Textos, las redes han llevado al cadalso a la agencia literaria de Louise Glück, última Premio Nobel de Literatura. La norteamericana, tras el reconocimiento de la academia sueca, no renueva contrato con Manuel Borrás. Pre-Textos ha publicado casi la totalidad de su poesía en España, asumido gastos de traducción y comercialización, e impulsado una obra minoritaria que apenas ha vendido ejemplares. La poeta no necesita más riqueza, la dotación es cuantiosa, ejerce en la universidad y ha recibido otros premios importantes. Su racanería (consciente o permisiva) es enfermiza y merece página completa en algún libro de la infamia. 

Por cierto, muchos de los humillados y ofendidos por el talante avaro de la poeta jamás han leído sus poemas. El ofuscamiento no disimula su indigencia lectora.

Más Premios para nombres encajados en una larga relación lectora y afectiva: Premio Nacional de las Letras para Luis Mateo Díez y Premio Cervantes para Francisco Brines. Ecuánime aplauso para los dos.

El enanismo literario tiene en la red un altavoz potente. Un poeta que confunde sonetos y castañuelas y cuyo valor literario no llega a chico de los recados,  puede decir sin más que Margarit no está a la altura del Cervantes o que García Montero más que escribir conspira. Y de inmediato hay un entusiasmo coral para refrendar su estupidez. Lástima que en ese barullo de necios participen también algunos amigos que muestran sin pudor el talón de su criterio estético. 

Hay lectores tan susceptibles que solo retiran la denuncia en la guardia civil si salvas al mirlo que canta en el poema.

(Apuntes para el diario)



miércoles, 14 de octubre de 2020

LOUISE GLÜCK. ARARAT

Ararat
Louise Glück
Traducción de Abraham Gragera
Editorial Pre-Textos, Colección Cruz del Sur
Valencia, 2008

 

ROMPER LO FRÁGIL

  

   La concesión del Premio Nobel de Literatura de la Academia Sueca genera una incontenible tormenta verbal que suele ser más riñas de gatos que opiniones y vislumbres inteligentes. Eran candidatos transeúntes Adonis, Margaret Atwood, António Lobo Antunes, Anne Carson, Haruki Murakami o Javier Marías. Pero la ganadora anunciada el día 8 de octubre de 2020 fue Louise Glück, poeta y ensayista norteamericana de reconocido palmarés cuyos libros están en el catálogo de Pre-textos desde hace casi dos décadas. Gracias al traductor de Ararat, el poeta Abraham Gragera conocí la poesía de Louise Glück (Nueva York, 1943) a finales de 2008. En una grata tertulia madrileña, donde intercambiamos libros, Gragera recalcó el ideario figurativo y el aire frágil de aquellos poemas donde lo autobiográfico se convertía en vigoroso argumento. Así que para introducirse en el faro de Louise Glück, formado por una decena de poemarios, entre los que sobresalen Praderas, AraratAverno y El iris salvaje, es recomendable sondear en elementos biográficos que tienen una simbiosis misteriosa con el material poético. Nacida en la metrópolis, pasó una ensimismada primera infancia en Long Island de contornos sombríos, trazados por el fallecimiento de una hermana antes de que ella naciera, que disolvió la armonía familiar. Tejió silenciosamente una fuerte voluntad lectora, que creció en la adolescencia cuando se diagnosticó una anorexia incontrolada. La enfermedad exigiría un prolongado tratamiento de psicoanálisis y la interrupción de su formación académica en Columbia. En este tiempo es cuando aflora su poesía,. cuyo despertar poético supone una imitación de los modos poéticos de William Blake, T.S. Eliot y W. B. Yeats. La prolongada soledad y la terapia le permiten una indagación profunda en las secuencias vitales y un cuestionamiento del clima relacional. Esas dolorosa incisiones no se oculta tras nubes metafóricas, sino que la palabra se convierte en terapia objetiva, como escribe en la indagación crítica Educación del poeta o en el rescate evocativo de Ararat, cuya configuración explana las relaciones familiares, la extrañeza, la sensación de estar fuera de sitio, el proceso erosivo de lo cotidiano y el precipicio final. Son aspectos descritos, como subrayaba la comunicación de Anders Olsson, presidente del comité del premio Nobel, con austeridad minimalista, que enuncian enfoques de grisura desde una ética muy exigente que busca trascender el intimismo emocional. Por tanto, la clave argumental de Ararat es la familia, grupo de cohesión donde los vínculos afectivos exigen una intensa relación, como parte del crecimiento personal. Pero la perspectiva de Louise Glück en estos poemas es el desasosiego, una relevante vigilia que revisa grietas y necesidades nunca cubiertas. El yo poético muestra una potente capacidad observadora que asimila y rechaza secuencias vitales. Así amanece un método reflexivo que cuestiona la realidad interna del núcleo familiar. Cada miembro ha sido expulsado del paraíso para afrontar sufrimientos y absorber sentimientos contradictorios. Así se gesta una identidad separada, un esqueje no exento de frustración que busca clarificar su experiencia emocional. Ararat propicia una imagen autobiográfica en la que el hablante lírico intenta romper su fragilidad. Su voz revisa estereotipos sin estridencias, con un lenguaje lacónico, sin la tela cálida de los adjetivos. Como ha manifestado, al comentar su estética despojada, Louise Glück hace poesía en el páramo verbal: “Me atraen las elipsis, lo no dicho, la sugerencia, el silencio elocuente y deliberado. Lo que no se dice, para mí, ejerce un gran poder: a menudo desearía poder hacer un poema completo con este vocabulario. Es análogo a lo invisible, por ejemplo, al poder de las ruinas o las obras de arte dañadas o incompletas”. Poesía que hace de la humildad una aspiración mística y una cicatrización, para que las palabras encuentren su lugar y su afán de conocer. Latido humano y sangre tibia que surgen de la vida y la experiencia de un yo ubicado en el caos, que se sabe fuera de lugar y se amarra al poema y la esperanza.




sábado, 16 de abril de 2011

LOUISE GLÜCK: EL PACTO AUTOBIOGRÁFICO

Ararat
Louise Glück
Traducción de Abraham Gragera
Pre-Textos, Valencia.

   Como un ejercicio de introspección intimista se define Ararat, una entrega de la poeta y ensayista norteamericana Louise Glück, aparecida en Pre-Textos con formato bilingüe y versión al castellano de Abraham Gragera.
    Las composiciones se afanan por recuperar la autenticidad, por captar el aire natural de la vida inmediata entre la inmovilidad y el cambio; una biografía verista que enmarca el decurso temporal del presente en el entorno familiar.
   Se habla en voz baja de variables afectivas que proporciona la propia experiencia de la realidad: la relación entre padres e hijos, los días de la niñez y el aprendizaje; los desajustes de la convivencia… Una galería de estampas que dibuja el discurrir de una subjetividad que pocas veces se libra de una tenaz angustia crepuscular porque la inmovilidad de la rutina activa en la conciencia de cada sujeto reacciones inesperadas. Esa imagen coherente de los roles familiares establecidos se desmorona porque coarta y limita el ser individual.
   Los versos se formulan en un lenguaje sutil y clarificador, directo y matizado, que amplifica el caudal emotivo del poema: "En parejas así / donde el acuerdo consiste / en hacer cosas juntos, / siempre la parte activa / es la que hace concesiones, la que da. / No se puede visitar museos / con alguien que se niega / a abrir los ojos."
   Ararat constituye un alegato metaliterario contra la ampulosidad y el rebuscado manierismo. En él la sencillez se convierte en marca referencial.