DÍAS DE HOSPITAL
(A Elena y Paco, para compartir
un tiempo de silencio)
La frágil armazón de los cuerpos vencidos.
Esa calma del turno de noche que no alteran las velas que se apagan.
Revisiones periódicas que oscilan entre mal y peor.
En la sala de espera las visitas miran el horizonte en la pared.
Nadie parece darse cuenta que en la habitación 206 las horas gotean.
Voy mejor, voy mejor, voy mejor, voy mejor…Y mi cuerpo sin enterarse.
Aquí, donde el silencio tiene su propio idioma.
Como si la actividad alejara a la muerte, las papeleras están llenas de guantes usados.
Es tarde. Se desvanecen las palabras pendientes.
Por primera vez me faltan las palabras. Sólo puedo decir gracias....
ResponderEliminarPoema estremecedor donde el silencio y la soledad del momento, duele.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Un saludo
Querida Carmela, gracias por la generosidad de tu lectura. En ocasiones las palabras son el único modo de luchar contra la fragilidad, contra ese mecanismo atroz que convierte los cuerpos en sombra de lo que fueron.
ResponderEliminarEn la solidaridad de afectos el dolor se hace menos intenso. Abrazos.
Tiernas tus palabras, esa soledad cala y las palabras llenas la esperanza, siempre, aún en el dolor y en esas paredes. Un saludo
ResponderEliminarLas palabras pendientes
ResponderEliminarfabricaran un sueño
de más vida.
Un hermoso poema el tuyo.
Con tu permiso, José Luis, lo comparto en facebook?
ResponderEliminarSi te parece que el texto merece la pena, puedes compartirlo en facebook sin problemas con los compis del cole o con los amigos que desees; una de las esperanzas que las redes sociales conceden a la literatura es que amplían el horizonte de lectores. Así que muchas gracias por la difusión.
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