Sobre la piel del
agua
Santiago Gómez
ValverdeExlibris Ediciones, Madrid, 2012
Fue en el crepúsculo de los años ochenta
cuando el madrileño Santiago Gómez Valverde (Leganés, 1957) inicia escritura
con una ópera prima celebratoria, Canciones
de tarde. Aquella amanecida tuvo continuidad en las entregas La densidad del tiempo, Amarte, Sombras paralelas, Inevitable mente, Sed de vida, Ruidos y nueces,
Sombra a sombra y Fuga de ideas. Son títulos escalonados en
los que siempre está presente la memoria afectiva, la indagación sobre la
temporalidad y una voluntad de estilo que, desde un lenguaje poético, busca
imágenes sorprendentes para construir un protagonista verbal cercano y abierto
al diálogo con el lector.
El título de Sobre la piel del agua remite de inmediato al célebre epitafio
escrito sobre la tumba de John Keats, en el cementerio protestante de Roma:
“Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en el agua”. El solemne dictum se
inspira en un poema de Catulo y alude a la voluntad del sujeto de sobreponerse
a la incertidumbre y buscar el sentido de sus actos en la razón y la serenidad.
De esa sensibilidad participa “Noches sin
fondo”, comienzo de Sobre la piel del
agua que aglutina casi cincuenta composiciones breves. En ellas el sujeto lírico
se define mediante una amplia introspección que descubre recuerdos y
contradicciones, los viajes interiores y el cansancio que dejan las preguntas
que no tienen respuesta. No hay un único tema como eje organizativo sino que se
van sumando los variados matices del devenir. Como si dejara ante los ojos del
lector una selección de escenas, se reflejan las evocaciones en los espejos del
pensamiento. Leemos en “Nieve”: “El hilo de la nada / su silencio desteje sobre
las azoteas. / El corazón del frío / late migas ingrávidas / en las eternas
sílabas de la palabra muerte. / Rezan mis labios plegarias de luz / en este
cementerio inútil de palomas / dormidas en tus ojos. “
El haiku, desde hace años, forma parte de la
tradición occidental y son muy pocos los autores contemporáneos que no han
empleado su esquema métrico. Toda la segunda parte, que podría muy bien haber
formado un volumen autónomo, se acoge a
un epígrafe de Borges, “El contador de sílabas” y hace de las diecisiete
sílabas y los tres versos un canon formal. La colección de haikus permite
dilucidar la estética de este taller de autor con un variado muestrario de
motivos. Encontramos haikus centrados en lo metaliterario y en la semántica de
las palabras para captar la esencia del entorno y abundan también las
instantáneas que alzan su leve vuelo en lo cotidiano, o los que reflejan
perfiles de una emoción causada por el recuerdo de la amada o de la madre.
Creador polifacético, Santiago Gómez
Valverde ha recorrido otras galerías como el guión teatral, ha compuesto
numerosas canciones para intérpretes de la música española y ha coordinado
diferentes proyectos que aglutinan música y poesía. En Sobre la piel del agua deja
un nutrido catálogo poético de reflexiones. El ser es consecuencia de una raíz
cuya savia acumula los signos de un paisaje interior hecho de estados emotivos
que fusionan logros y carencias. Como
escribiera Sartre: existir es la simple condición de estar ahí. Pero la
sensibilidad del poeta no permanece estática, resignada a la liturgia del
vacío; acumula sueños, intuye
posibilidades, derrama sentimientos, llena el espacio y el tiempo con la sosegada melodía
de las palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.