lunes, 24 de junio de 2013

SOMBRA (Serie Negra)

Sal de Plata
SOMBRA
 
                                                  A Almudena Arellano,
                                                 por los años de afecto.
 
   Me angustia la certeza de que algo no va bien. Hay detalles raros. Hasta ahora mi sombra asumía el estar juntos, callada y diligente. Desde hace días escucho sus quejas; la noto cansada, abstraída, distinta, cuando se proyecta sobre el pavimento. Con frecuencia se pierde al cruzar los semáforos o en deshabitados callejones, y aparece después recubierta de polen, pétalos, rizomas, hojarasca... Sus ausencias me obligan a vigilar la espalda de continuo, a multiplicar trayectos que no llevan a ninguna parte.
   Hace un instante miré atrás, intuí ojos de luz, en el difuso encuadre de la cabeza. Lo entiendo; tiene una decisión tomada. El recelo me da la respuesta; fundida en la silueta de su mano percibo una pistola. Se alza detrás, con lentitud autoritaria. Quiere asesinarme.
  Echo a correr. Lo urgente es escapar de un acto impune. La policía no sospecha que mi sombra dispara.
 

8 comentarios:

  1. Estupendo relato, José Luis. Te dejo un poema.



    YO Y MI SOMBRA

    Uno no tiene que estar
    encerrado en una habitación
    para sentirse aterrado.
    En el cerebro existen laberintos
    que no son materiales
    y es mucho más seguro
    luchar con un fantasma
    entrevisto a medianoche
    que mirar cara a cara a ese extraño
    oculto en nuestro interior.
    Es mucho más fácil escapar aterrado
    de las ruinas de una lóbrega abadía
    que enfrentarse a uno mismo
    en plena soledad.
    Sería menor el pánico
    si un asesino oculto en nuestra casa
    nos obligara a escondernos
    dentro de nosotros mismos,
    cuando nuestro cuerpo empuña un revólver
    y dispara hacia la puerta
    apuntando a una sombra apenas atisbada.


    Emily Dickinson


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    1. Me quedo con el poema, querida Herme, Emily es una debilidad; mi relato un ejercicio de taller que debía urgente a Almudena.
      Besos y ya mismo tenemos el trabajo común que nos pondrá en contacto .
      Más besos.

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  2. Te parecerá raro pero estoy trabajando sobre un poema cuyo tema versa sobre
    "la sombra". Tu relato es fantástico espero que desarmes a tu sombra antes
    de que pueda dispararte . . .
    Un fuerte abrazo.

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    1. Te escribo herido, querido Paco, mi sombra me alcanzó en el hombro; sólo puede salvarme el beso de la chica o tu poema.
      Un abrazo fuerte.

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  3. Coincido con mis predecesores comentaristas, José Luis: excelente retrato. ¡Ay, de las sombras! Es cierto que hay que tener cuidado con ellas: las carga el diablo.

    Fuerte abrazo.

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    1. He puesto en el correo tu librito Antonio, por favor acusa recibo cuando llegue; disculpa mi tardanza, ya sabes lo complejo que es el fin de curso.
      Una vez más mi gratitud por tu continuo apoyo a mi escritura. La sombra tiene una naturaleza muy amplia, desde la luz a la noche.
      Un fuerte abrazo.

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  4. Pues ten cuidado con las balas de sombra, matan la oscuridad y te dejan agujeros de luz... fatal para domir...

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    1. Ah, qué alegría me das querido Chisme, pensé que estabas entre los juveniles talentos que habían puesto nuevo sitio en Alemania.
      Así que tenerte otra vez cerquita, me anima y me alegra la mañana. Muchas gracias por el regreso.
      Abrazos.

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