Rivas, 28 de noviembre, 2013 fotografía de Adela Sánchez |
Invierno
Para Adela,
que miraba la nieve
en el jardín
Otra vez el invierno
varado en el alféizar
y asolando las cosas
el sonido estridente de sus afectos fríos;
de su helada sonrisa me repliego.
Sesteo en la atonía de su traje nevado,
pongo punto y seguido a la nostalgia
que me habla de ti y abro la puerta
para que nuestra casa se ilumine
y ocupen sus estancias
tu voz, tu olor, tus besos,
antes de que mis ojos se despierten
y con dolor descubran
que tu existencia es sólo presentida,
muro sin construir, tierra baldía,
fantasma en el castillo de los sueños.
( Un país lejano, DVD, Barcelona, 1998)
que preciosidad de fotito en mi tierra no nieva que pena mu bonito tambien tu poema saluditossss
ResponderEliminarEs verdad que la nieve tiene un encanto químico que fija la mirada. A mí me recuerda además los días infantiles. Soy de Ávila y allí la nieve era un elemento más del paisaje invernal. Muchas gracias por tus palabras sobre el poema. Un fuerte abrazo y ya mismo sale el sol en Rivas, como en tu tierra.
EliminarUna nevada tímida, pero suficiente para la provocación, José Luis. Lo fugaz excita.
ResponderEliminarUn abrzo.
Qué acierto verbal "una nevada tímida", Paco. me gusta la expresión; es verdad que casi todo en el presente suena a desleído y transitorio. También la nieve. Un abrazo de mediodiía, ya con sol y nieve transparente.
EliminarSiempre es gozoso contemplar la nieve, pues, como tú dices, "fija la mirada". Por aquí, que se hace de rogar y no todos los años asoma, cada vez que lo hace es casi una fiesta. Del poema no te digo nada, que luego dices que exagero (guiño cómplice).
ResponderEliminarUn abrazo.
Eres muy amable, Antonio. Soy de Ávila, lo sabes, y allí la nieve -al menos, la que yo recuerdo de los años colegiales- era una presencia tenaz y abrumadora que imponía vestimenta al paisaje. Son días de frío, de recogimiento y amistad. Tu palabra cercana así lo certifica. Abrazos.
EliminarPreciosa imagen para un no menos precioso poema. Desde el sur me conformo con ver la nieve en tu jardín. Abrazos.
ResponderEliminarHoy luce el sol, María, y hace ese calor tibio de las tierras sorianas que tú conoces tan bien. A mí me encanta la nieve, tal vez porque me deja en un paisaje del recuerdo. Un abrazo y feliz fin de semana.
EliminarBello y profundo poema José Luis, al leerlo he sentido esa serenidad que embarga el invierno con su túnica blanca. La añoranza en tiempos de recogimiento, de soledad que da la estación de la escarcha. Esa luz que desprende la nieve que ciega la realidad para convertirla en ilusiones que un instante parecen realidad. Un abrazo
ResponderEliminarAgradezco de veras la calidez de tu comentario y te doy las gracias por acercarte hasta el blog. Caminar juntos en la literatura permite abrir sendas nuevas. Seguro que nos queda mucho camino por recorrer. Un abrazo.
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