Demasiada felicidad Alice Munro Traducción de Flora Casas Debolsillo, Barcelona 2013 (4ª edición) |
HUMILDAD
La decisión del sanedrín literario sueco de conceder la antorcha del
Nobel 2013 a la canadiense Alice Munro ha prodigado en los medios de
comunicación de todo el mundo abundantes informaciones biográficas. Creció en Ontario, en el seno de una familia de granjeros, estudió en la Universidad de Western Ontario y por sus doce libros de relatos ha protagonizado una amplia trayectoria de reconocimientos en Canadá y en Estados Unidos. Pero, como recalca
la autora una y otra vez, su existencia sólo cobra sentido en la escritura,
donde no pocas veces la letra pequeña de lo autobiográfico actúa como venero
temático. Es en el cuento, un género mayor del siglo XX, donde habita lo
esencial de su contribución.
En Munro, el cuento tiende a describir historias sin épica, con el
énfasis apagado de lo cotidiano. Así sucede en su colección Demasiada felicidad, donde los trayectos
accionales requieren un desarrollo temporal
de media extensión para precisar las circunvalaciones de actitudes
vivenciales siempre de paso. Los cuentos abordan instantáneas de protagonistas
y secundarios empeñados en una carrera de fondo de metas difusas. Lo
contingente acecha, siembra estados de angustia capaces de cambiar el rumbo de
una voluntad que no se guía por ideas abstractas sino por motivaciones de
escasa relevancia, los logros habituales dictados por la convivencia social.
Ni espacio ni tiempo precisan datos exactos. De esa atemporalidad emerge
la geografía vivencial de lo doméstico.
Son mapas estrechos para supervivientes que reiteran tareas habituales en
intervalos sin sitio para la sorpresa. Y, sin embargo,
ésta reclama un espacio secreto de la intimidad individual, como si fuera
materia central de un submundo hermético.
En los cuentos de Alice Munro cobran un relieve singular los perfiles
femeninos, siempre llenos de complejos estados emocionales, en la paciente
espera de lo extraordinario. Mujeres, atentas y receptivas, crecen hacia dentro
mientras muestran su cansancio ante una realidad manipuladora y llena de
cicatrices que, de cuando en cuando, se ilumina con una relación personal, con
un deseo cumplido, con la calma resolución de un conflicto sin tregua, o con el
espejismo de una felicidad que nunca dura demasiado.
Manifiesto mi acuerdo con tus comentarios y con los que se están vertiendo sobre la autora, y todos ellos recalcan su calidad, (a pesar del Nobel, habría que significar). Ya era un referente en el género para muchos de nosotros, quizá el premio le abra espacios a un gran público, aunque dudo si eso significará algo para ella. Gracias por traerla.
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