Rompo una carta nunca escrita
Contigo
De la carta que no escribiera nunca
rescataría este párrafo
por su notoria fijación sedante,
que me hace invulnerable al desaliento:
Pienso en ti casi siempre.
Las otras veces pienso en ti.
(De
Rotonda con estatuas, Madrid, 1990)
Siempre me sorprendes -para bien- breve, bueno y muy bonito. Me encanta.
ResponderEliminarUn abrazo.