INDAGACIÓN SOBRE EL VIAJE
Sara
Ulate 21/12/2013 , Cuadernos del Sur, Diario Córdoba.
No es
la trayectoria de José Luis Morante un ejemplo de azar y casuística. La
sucesión de entregas poéticas ha dejado entrever a un autor que percibe la
escritura como un compromiso vital al que no está dispuesto a darle la espalda.
Si
hubiera que resaltar algo imprescindible y que ocupa el primer plano de la
poética de este autor, es esa disección de una realidad que bajo la mirada del
sujeto poético nos envuelve. Se ha convertido en un sello de Morante, algo que
define su escritura y que la hace reconocible. El ser humano frente a su pequeñez,
en estado efímero sobre una tierra, un momento, consciente de ese dolor y esa
alegría de estar vivo, aunque lo que se reciba no sea siempre dulce:
"también la muerte cumple / jornada laboral / en vacaciones". Los
seres queridos --en Patologías con la figura del padre-- ocupan con su
presencia, honda e intensa, la atención de la voz, que nos sumerge en esa
angustia vital de la impotencia de cambiar el sino, y plantea ese ir
disolviéndonos como azucarillos.
Pero la
mirada que plasma, disecciona y escudriña, no oculta una esperanza continua por
vivir los días, como se palpa a lo largo de toda la segunda parte (Deshielo ).
Lo cotidiano es trascendido hasta un punto en el que quedamos sumergidos bajo
los estados de ánimo --el desconcierto predomina como motor que suma y mueve--,
la mirada persistente, que apunta siempre, y en última instancia, hacia un
destino desconocido pero intuible. En la tercera parte, Piedra caliza ,
una serie de epitafios nos muestran a esta voz bajo una concisión y
sincretismo, pensamientos en los que el derroche no tiene cabida. El yo sale a
su propio encuentro, en plena desnudez, y nos devuelve esa amalgama de reflejos
en los que lo efímero trata de apresar la belleza.
La
cuarta y última parte, Y todo lo demás , cambia un poco el tono. Surge
la ironía, la mordacidad, y la voz se posiciona con un lenguaje claro, directo,
incisivo, pero también la ternura y la conciencia del instante afloran con
fuerza en las dos últimas piezas, como cerrando una especie de círculo, que,
aunque aparenta no llevar a ninguna parte, halla en ese deambular de la
conciencia la excusa perfecta para no dejar de indagar sobre el propio
trayecto.
'Ninguna parte'. Autor: José Luis Morante. Edita: La Isla de
Siltolá. Sevilla, 2013
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