Fotografía de José Manuel Vvilaboa |
LA PUERTA CARCOMIDA
En el primer día de su ausencia
Con pulso firme el hombre
decide abrir la puerta de su tiempo.
Desde el umbral contempla,
con dolor y nostalgia, la niñez:
paredes transparentes
que un lamentable olvido acumulado
dejó casi vacías.
Hoy sostienen acaso prendas sucias,
sombra y polen de los bosques cercanos,
una esfera, tebeos...
Mira su adolescencia: dogmas rotos,
esperanzas estériles,
ventanas obturadas de verde y denso musgo.
Vislumbra las entrañas
de otras habitaciones que ilumina
una vela gastada en días grises.
Se da cuenta -lo atestigua su rostro
enarbolando una sonrisa triste-
que su tiempo le cabe
en el cuenco cerrado de la mano.
Y aceptando su sino
declinó en los postigos la falleba,
basculó en el dintel la puerta carcomida,
encadenó la verja,
y penetró con gozo en el jardín umbrío
a conversar sin tregua
con la muerte.
Rotonda con estatuas, Madrid, 1990
Cálido recorrido por una vida, con el pulso firme que alienta en tu poesía. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es el pequeño homenaje de uno de mis primeros poemas a la definitiva ausencia de mi padre. Se fue ayer. Hoy duele y quería reflexionar sobre ese tiempo que resume el recorrido de una vida. Abrazos.
EliminarLo siento mucho. Una partida dura, que duele, aunque su presencia (la del padre o la madre) siempre esté con nosotros: en el recuerdo y en los conocimientos y sentido de la vida nos han legado.
EliminarUn fuerte abrazo.
La ciudad es un paisaje sobre fondo contradictorio; sé que los recuerdos, Antonio, son parte esencial de nuestra identidad. Sé también que el itinerario continúa, ahora un poco más solo. Un abrazo.
EliminarEmocionado recuerdo y excelente poema, siempre le tendrás cerca. Un fuerte abrazo José Luis.
ResponderEliminarCreo que sí, las palabras recogen su legado que es también el mío. Hubo un tiempo común en el que fueron acumulánsode alegrías y carencias. Estará descansando, su viaje fue largo. Abrazos.
EliminarDescansando y gloriosamente activo, José Luis, su espíritu siempre acompañará a quienes quiso y le quisieron. Disculpa, desde mi respeto y cariño, este desahogo creyente de quien tiende la mano con el corazón. Un abrazo.
EliminarQuerido Jesús, vivo en ese tiempo de claroscuros, en el que mis hijas están llenas de plenitud y belleza y mis padres se van. Tras un tiempo de vela apagándose nos dejó mi padre, casi en silencio, con esa calma de lo inevitable. hay que seguir y buscar nuevos itinerarios y ellos estará siempre tu afecto.
EliminarMi más sentido pésame por la perdida de tu padre. Este poema es fiel reflejo de algo que sí sabemos a ciencia cierta, que el paso por esta vida está sujeto a un tiempo limitado y que es muy largo, pero pasa muy deprisa (esto último se lo oí decir a Alfonso Guerra en una entrevista y me chocó). Aunque me consta que es un acontecimiento que por anunciado no te ha pillado por sorpresa el dolor no es menor. Ánimo y toda la fuerza y apoyo desde mi sentimiento unido al tuyo. Un fuerte abrazo y lo dicho: Mucho ánimo.
ResponderEliminarGracias, Paco, el último mes he vivido la crónica de una despedida anunciada; sé que, como los amigos más cercanos, has estado muy cerca y has sabido respetar mi encogimiento. Muchas gracias, Paco.
EliminarEn este día para mí, es mejor acompañarte en silencio...también lo necesitas...las despedidas suelen dejarte exhaustiva.
ResponderEliminarEs verdad, Marieta, el silencio siempre ha tenido en mi vida una conversación muy fluida. Era lo mejor y seguro que cuando amanezca de nuevo tendremos ese largo paseo por la ciudad, hecho de vida y libros. Gracias, Marieta.
EliminarSupongo que entiendes, que otra vez el teclado del móvil ha tomado el mando, y quería decir "exhausto", aunque a veces sean exhaustivas las exposiciones, o sea, un peñazo...Aprovechando que mi móvil pone lo que le sale de los c...chips. Sonríe un poco.
EliminarClaro que sí, los móviles son artefactos incendiarios que nada saben de la calma sosegada del vecindario. Por eso, mi móvil estará apagado o fuera de cobertura una temporada. Después cambiaré de compañía y dejaré que me robe unos meses otra operadora... Gracias de corazón, claro que sonrío. No te quepa duda que tengo la sonrisa laborable dispuesta.
EliminarJosé Luis, siento no haber leído antes este emotivo y bellísimo poema que dedicas a tu padre.Siento su ausencia y tu ternura en el poema.
ResponderEliminar¡Con qué bellas palabras describes ese tránsito! : "penetró con gozo en el jardín umbrío"...
Un fuerte abrazo.
Gracias, Fanny, sí; hay veces que literatura y vida son vasos comunicantes. El poema es una forma de decir adiós, sin estridencias, en voz baja, con el rumor de lo inevitable. Un fuerte abrazo.
EliminarSiento mucho la pérdida, José Luis. Hermosísimas palabras para una noticia desgraciada de la que me acabo de enterar tras días bastante ajetreados. Recibe un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEra previsible, Ismael, ya te comenté que el último mes ha discurrido entre batas blancas y tardes sin palabras. Esta semana vuelve la cara ajetreada de lo cotidiano y hablamos para preparar las lecturas. La poesía es siempre una ventana que llena de aire limpio. Un fuerte abrazo y muchas gracias.
EliminarHay ausencias (tan vívidas, tan vividas) que acompañan más que la presencia. Los años, en mi caso más de ocho desde que penetró en el jardín, lo han ido confirmando. Debería bastar con permanecer junto a la puerta.
ResponderEliminarUn abrazo especial, compañero.
Hola, querido amigo, pronto tendremos ocasión de vernos y charlar un rato, preparo una nueva lectura en Madrid, ya sabes que lo mejor es seguir en el camino para buscar de nuevo un poco de luz. Muchas gracias por el afecto y la solidaridad.
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