"Cuanto fui, cuanto no fui, todo eso soy", que decía Pessoa. También, como apunta Caballero Bonald: "Somos el tiempo que nos queda". A raíz del tiempo, escribí (con tu permiso):
Somos el tiempo que nos queda
J. M. Caballero Bonald
Somos el tiempo que nos queda, pero, al mismo tiempo, somos lo que fuimos, lo que ganamos y lo que perdimos; lo que fuimos haciendo del sendero.
Somos lo que ofrecimos con sincero afán de compartir; lo que sentimos ante el amor o el odio; lo que vimos, lo que olvidamos; lo total, el cero.
Somos, en una vida, muchas vidas. Muchos sueños que, acaso, malogramos. Alguno, que alcanzamos con firmeza.
Somos la cicatriz de mil heridas. Lo que nos dieron y lo que entregamos. Lo que, con nuestro adiós, después, empieza.
Disculpa la osadía de asaltar tu espacio; me pareció que venía a cuento.
Una de las alegrías diarias que dejan estos puentes digitales es la posibilidad de un diálogo abierto con sensibilidades y miradas distintas. Tus palabras siempre son un regalo. Tu poesía también. Muchas gracias, con Caballero Bonald: "somos el tiempo que nos queda". Somos.
Sí, ha sido un fin de semana tan intenso que se han quedado en la pupila muchas imágenes y muchas horas llenas de contradicciones. El pasado perdura, y el futuro emigra a ninguna parte... Ese es el tiempo que nos queda. Un fuerte abrazo, amigo
Si estuvieses lejos este blog sería otro, querida amiga. Es verdad que en ese largo viaje que cada vida traza se van consumiendo etapas, se van trazando sendas y las que vienen están por descubrir. pero seguro que el camino nos dejará que tengamos siempre los lugares de encuentro de la amistad. Feliz día, Dolores.
Iba yo a citar los versos de Caballero Bonald, pero veo que alguien se me adelantó. Creo que somos pasado y" lo que nos queda por vivir".
Muy evocadora de lo que fuimos es la foto.Fuimos alegría, curiosidad, inocencia; fuimos juego, canciones,fantasía, ternura...Y ahora, todo eso con música distinta; a veces, algo desafinada por tantos inviernos.
Ya sabes que los días de infancia se asocian a ese tiempo de ojos limpios que no veía al sol ninguna nube. No sé cuánto de utopía hay en esa consideración de la niñez, pero aquellos días siguen inalterables en el recuerdo. Un fuerte abrazo.
Y sin embargo me gusta pensar que soy presente, aunque la nostalgia muchas veces me traicione. Seguimos viviendo que es lo que importa en medio de lo que todos llamamos "tiempo". Un abrazo , un gusto leerte.
Querida Susana, es verdad, los estados del tiempo se solapan; se entremezclan vivencias del ahora, recuerdos e ilusiones futuras y en ese estar nos vamos construyendo. Una alegría sentir tu presencia aquí. Un abrazo cordial.
A estas edades en que ya se tiene más pasado que futuro, se cambian de lugar las cosas que antes te parecían importantes y "expones y sacas brillo" a aquellas que de verdad siempre han importado: Una charla amena, una brisa de aire, un atardecer, el olor de una taza de café... una sonrisa de los tuyos.
Querido amigo, el lunes volveremos al café de la costumbre y a esas palabras que pretenden arreglar desaguisados, aunque esperen alrededor tantos molinos. Un fuerte abrazo, amigo, estaremos juntos en el regreso.
"Cuanto fui, cuanto no fui, todo eso soy", que decía Pessoa. También, como apunta Caballero Bonald: "Somos el tiempo que nos queda". A raíz del tiempo, escribí (con tu permiso):
ResponderEliminarSomos el tiempo que nos queda
J. M. Caballero Bonald
Somos el tiempo que nos queda, pero,
al mismo tiempo, somos lo que fuimos,
lo que ganamos y lo que perdimos;
lo que fuimos haciendo del sendero.
Somos lo que ofrecimos con sincero
afán de compartir; lo que sentimos
ante el amor o el odio; lo que vimos,
lo que olvidamos; lo total, el cero.
Somos, en una vida, muchas vidas.
Muchos sueños que, acaso, malogramos.
Alguno, que alcanzamos con firmeza.
Somos la cicatriz de mil heridas.
Lo que nos dieron y lo que entregamos.
Lo que, con nuestro adiós, después, empieza.
Disculpa la osadía de asaltar tu espacio; me pareció que venía a cuento.
Un abrazo.
Una de las alegrías diarias que dejan estos puentes digitales es la posibilidad de un diálogo abierto con sensibilidades y miradas distintas. Tus palabras siempre son un regalo. Tu poesía también. Muchas gracias, con Caballero Bonald: "somos el tiempo que nos queda". Somos.
EliminarY éramos quienes somos. Y más somos mientras más caemos en la cuenta de ello. De nosotros mismos...
ResponderEliminarHermosa la columna de Rivas el sábado, dijeron.
Un abrazo...
Sí, ha sido un fin de semana tan intenso que se han quedado en la pupila muchas imágenes y muchas horas llenas de contradicciones. El pasado perdura, y el futuro emigra a ninguna parte... Ese es el tiempo que nos queda. Un fuerte abrazo, amigo
EliminarTambién lo que seremos.
ResponderEliminarBuenos días José Luis :D
Si estuvieses lejos este blog sería otro, querida amiga. Es verdad que en ese largo viaje que cada vida traza se van consumiendo etapas, se van trazando sendas y las que vienen están por descubrir. pero seguro que el camino nos dejará que tengamos siempre los lugares de encuentro de la amistad. Feliz día, Dolores.
EliminarIba yo a citar los versos de Caballero Bonald, pero veo que alguien se me adelantó.
ResponderEliminarCreo que somos pasado y" lo que nos queda por vivir".
Muy evocadora de lo que fuimos es la foto.Fuimos alegría, curiosidad, inocencia; fuimos juego, canciones,fantasía, ternura...Y ahora, todo eso con música distinta; a veces, algo desafinada por tantos inviernos.
Me gustó mucho.
Un abrazo.
Ya sabes que los días de infancia se asocian a ese tiempo de ojos limpios que no veía al sol ninguna nube. No sé cuánto de utopía hay en esa consideración de la niñez, pero aquellos días siguen inalterables en el recuerdo. Un fuerte abrazo.
EliminarY sin embargo me gusta pensar que soy presente, aunque la nostalgia muchas veces me traicione.
ResponderEliminarSeguimos viviendo que es lo que importa en medio de lo que todos llamamos "tiempo".
Un abrazo , un gusto leerte.
Querida Susana, es verdad, los estados del tiempo se solapan; se entremezclan vivencias del ahora, recuerdos e ilusiones futuras y en ese estar nos vamos construyendo. Una alegría sentir tu presencia aquí. Un abrazo cordial.
EliminarA estas edades en que ya se tiene más pasado que futuro, se cambian de lugar las cosas que antes te parecían importantes y "expones y sacas brillo" a aquellas que de verdad siempre han importado: Una charla amena, una brisa de aire, un atardecer, el olor de una taza de café... una sonrisa de los tuyos.
ResponderEliminarQuerido amigo, el lunes volveremos al café de la costumbre y a esas palabras que pretenden arreglar desaguisados, aunque esperen alrededor tantos molinos. Un fuerte abrazo, amigo, estaremos juntos en el regreso.
EliminarEl presente pasa muy rapidamente y enseguida se convierte en pasado y el futuro es una entelequia, ¿Que somos pues?. No lo se.
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