Edición anotada de la tristeza José Alcaraz Pre-Textos, Poesía Valencia, 2013 |
SOBRE LA TRISTEZA
El incansable cauce de la lírica actual confía en los efectos
colaterales de una convivencia de estéticas donde se incorporan, de forma
natural nombres propios a las últimas hornadas que buscan asentarse en más
reciente canon. José Alcaraz, nacido en Cartagena en 1983, consiguió con su
carta auroral, Está usted aquí, el
Premio Murcia Joven en su convocatoria de 2007. Era una colección de poemas de
enfoque realista en la que la ironía era un elemento esencial que permitía
trazar una crónica personal intimista y desenfadada. Casi un lustro después llegaba a los estantes
su segunda entrega, La tabla del uno y
la editorial Pre-Textos, tras conseguir el Premio de Poesía Joven de RNE,
publica su tercera salisa Edición anotada
de la tristeza.
En breve nota de solapa, Juan de Dios García matiza la solemne dimensión
ensayística del título: “José Alcaraz ha elegido una tristeza inteligente, rica
en matices, no aquella que se deja abatir. Y la ha elegido también por mesura,
puesto que parece que la tristeza resulta obscena actualmente en una sociedad
que persigue una felicidad sin taras”.
El poeta justifica el título de forma gráfica. Las composiciones se
presentan como notas a pie de página y el amplio espacio blanco superior solo
sugiere una indefinición, un estado afectivo o una secuencia vivencial que no
es enunciada por el yo poemático. Su significado es especulativo y solo queda
expuesto a través de la nota final. Así se desarrolla el mínimo poema
inicial que no difiere de una escueta
reflexión sobre los sitios del asombro: la vida enterró el mapa, dejó una
cartografía difusa para movernos por los rieles de lo cotidiano; ocupados en
encontrar senda es muy difícil desenterrar esperanzas, un tesoro simbólico que
habla de sentido vital en nuestros actos. El día empieza y se repiten los
gestos de la vida al paso, hace falta ponerse en movimiento, trazar
itinerarios.
Las composiciones dan albergue a un yo desdoblado que actúa como oyente
e interlocutor, como si las notas no persiguiesen la distancia objetiva de la
verosimilitud sino la contenida palabra del afecto y la confidencia: “El último hilo de luz en invierno. / Tirar de
él, / deshaciendo el suéter del aire / y la melancolía.”. La palabra busca el
viaje introspectivo, la mirada hacia dentro que lee la caligrafía ensimismada
de la conciencia, una forma de estar dubitativa en la que el paisaje es solo
una percepción exterior y ajena, como si el yo poemático habitara en el margen.
Más allá del inicial efecto sorpresa que
deja la disposición poemática de Edición
anotada de la tristeza, la poesía de José Alcaraz contiene un fuerte
sentido aforístico, una voz meditativa hecha emoción e inteligencia que sondea
el acontecer existencial con un mensaje comunicativo y despojado, en el que a
menudo salta la imagen insólita y llena de luz. Entre sujeto y tiempo la
tristeza concede cada día un espacio habitable.
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