Salón principal |
HÁBITOS
Atribuyó la extraña familiaridad
con recodos y habitaciones a los muchos años de práctica; al hábito crecido
en el perfil laborable. Fue desvalijando armarios, consolas, cajones y la caja fuerte del
salón. Consiguió un botín considerable y un estar cansado que lo
depositó en el sofá. Solo entonces cayó en la cuenta de que había saqueado su
propia casa.
Tenaz y vanidoso, consideró innecesario
reconocer el error. Lo definió como un simple ejercicio práctico. En cambio
evaluó con recelo la seguridad del inmueble. Instaló un cerrojo nuevo tras la puerta
principal y adquirió una llave maestra de gran envergadura. Además pretende prolongar el sedentarismo doméstico para ahuyentar la competencia.
¡Qué bueno!
ResponderEliminarHola Tracy, es una alegría que te acerques a casa en la tarde del lunes, en esta incertidumbre tenaz de lo laborable que me ha dejado este cuentecillo entre las manos. Un gran abrazo y que tengas una buena semana.
ResponderEliminarMe encantan los microrrelatos que como este, saben situarte en un marco extraño y diferente. Como siempre me sorprende el vocabulario empleado. Un abrazo
ResponderEliminarTengo cierto lío con los géneros, Carmela, es evidente; no sé por qué en mis microrrelatos se cuela siempre un aire de poema que les hace más líricos... Como decía Ángel no se si son poemas, prosas o prosemas... Bueno, ahí están, esperando una vez más la complicidad afectiva del lector. Feliz tarde.
EliminarMuy bien, al fin y al cabo todo es parte de uno...
ResponderEliminarAhí lo deja usted, al amparo del lector
Saludos.
Ese extravío no es, querida Marián, más que una metáfora de la incertidumbre. Me alegra mucho tu presencia en estos puentes y espero de corazón que encuentres algún instante de felicidad lectora. Un abrazo.
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