Nosotros los de entonces Poesía amatoria (1984-2015 JOSÉ MANUEL BENÍTEZ ARIZA La isla de Siltolá, Arrecifes Sevilla, 2015 |
ENTORNO AMOR
En el paréntesis que discurre entre 1985 y 1995 la lírica figurativa vivió su mejor época. Impulsó una etiqueta con múltiples efectos secundarios, la poesía de la experiencia, convertida en aserto crítico predilecto
de cualquier mesa literaria mientras el ideario realista se expandía sobre el
mapa poético con el trazo grueso de una autopista vertebradora. En ese tiempo
comienza itinerario creador José Manuel Benítez Ariza, incansable protagonista
de un taller abierto que aglutina
géneros como la novela, el relato, el diario, la crítica, el artículo periodístico y la poesía. Una obra amplia, donde ningún género tiene carácter
marginal. Con todo, el escritor mantiene un lúcido compromiso con la poesía que
constituye un tramo poderoso, caracterizado por su afán cognitivo y por una reconocible
razón estética.
La antología Nosotros los de
entonces es un muestrario temático que aglutina la poesía amatoria escrita
entre 1984 y 2015. El conjunto reafirma la plena vigencia de un tópico nuclear,
el amor. El precipitado semántico motiva la disquisición prologal, un atinado
acercamiento a la capacidad expansiva del tejido sentimental en la respiración del ser y a la
presencia activa de esta veta argumental en la obra poética del gaditano. Son dos
aspectos que sortean el mero carácter compilatorio de esta antología y dan a la
salida un perfil unitario que integra como pilar de escritura diecisiete
composiciones no incluidas en libros exentos. Algunas se
presentaron en las páginas de la revista Clarín.
Para entender el calado de la lírica intimista hay que conocer el riesgo
más frecuente: la proximidad implicativa, esa grieta confesional que se asoma
al patetismo ternurista y al empalago sentimental. Benítez Ariza lo sabe bien y
por eso sitúa a la identidad del personaje lírico en la media distancia, para
que hable con pulsión controlada y el tono cordial del diálogo compartido.
El verso no necesita declamaciones ni estridencias sino un interlocutor
disponible, una visita a domicilio para dejar sobre la mesa recuerdos verbales
y pensamientos.
Aquel lejano sentir prematuro de la juventud se ha convertido en álbum y
trofeo generacional y se contempla con palabra elegíaca. Los poemas recorren
la senda de un tiempo empeñado en crear los espejismos propios del aprendizaje.
De ese momento datan los versos de Las amigas, que encajan bien en las
estanterías de una época proclive a los asombros y al descubrimiento conceptual. Entonces
casi todo estaba por hacer. De ese estadio de posibilidad en el paisaje diario
participan también las composiciones de Cuento
de invierno y Malos pensamientos,
dos obras que enuncian el aprendizaje de un ego empeñado en llegar
tarde, como sucede casi siempre a cualquier yo.
Pero la educación sentimental enseña que el entorno amor, como escribió Gustavo Flaubert, se transforma en pasión inactiva. Sobre
esa casa en construcción de textura emotiva, Nosotros los de entonces deja enfoques que ya estaban en las obras
más recientes, Diario de Benaocaz y Panorama y perfil, a los que se suman los
inéditos. Son textos que aquí protagonizan una historia
secuenciada, cuyo argumento postula la esperanza de que el sol no adquiera todavía color crepuscular.
Nosotros los de entonces es un todo engarzado cuyos poemas se matizan y complementan, exploran las dimensiones de un motivo siempre revalorizado por la biblioteca que crea en el existir del sujeto un centro de radiación. El amor es un tema con variaciones, una consigna que se repite con la cadencia firme del regreso, sintiendo en la epidermis su cercanía y su distancia, su razón de vida, su principio.
Nosotros los de entonces es un todo engarzado cuyos poemas se matizan y complementan, exploran las dimensiones de un motivo siempre revalorizado por la biblioteca que crea en el existir del sujeto un centro de radiación. El amor es un tema con variaciones, una consigna que se repite con la cadencia firme del regreso, sintiendo en la epidermis su cercanía y su distancia, su razón de vida, su principio.
Amor y poesía...Quizá lo más adecuado para sobrevivir en estos tiempos de barbarie.
ResponderEliminarY de la mano de un gaditano a quien conocí cuando ejercía en Arcos de la Frontera y llevaba bajo el brazo un libro de poemas de Julio Mariscal. Un gran abrazo y seguro que disfrutarás con los poemas amorosos de José Manuel Benítez Ariza. Será la puerta a otros itinerarios del autor como la novela o el diario. Feliz domingo.
EliminarGrande Julio Mariscal. Otro de los poetas poco reconocidos. Poeta considerado maldito como se dice a veces. Me alegra pasar por aquí José Luis
EliminarHola Belén, una alegría escuchar tus palabras en estos puentes. La poesía de José Manuel Benítez Ariza comparte con la de Julio el aire confesional y el corte clásico. También la consideración del amor como centro vital, como eje giratorio de la experiencia. Pásate por los libros de José Manuel Benítez Ariza. Te encantarán: tu generación está ahí, en cada verso. Feliz jornada.
EliminarObra poética de Julio Mariscal EN EL ATENEO DE MADRID
ResponderEliminar23 nov 19:00 h.
Mesa redonda organizada/o por Sección de Literatura en: Sala Nueva Estafeta
. Intervienen: Antonio Hernández, José M.ª Vázquez-Gaztelu y Javier Lostalé. Presenta Miguel Losada. Sala Nueva Estafeta. 19.00 horas.
Una cita estupenda que habrá que aprovechar. Cuando coincidimos en la presentación de Antonio Hernández en Madrid lo pasé muy bien. Creo que la Generación de José Manuel Benítez Ariza conectó en profundidad con la poesía del Cincuenta. En ellos es posible vislumbrar la palabra diáfana de Ángel González y las afinidades entre sujeto verbal y ser biográfico de Jaime Gil de Biedma. Un gran abrazo.
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