Complejo histórico de Ayutthaya, Thailand Arroyo de los nenúfares Fotografía de Adela Sánchez Santana |
Con los que oímos mal, (Y cada vez peor, como es mi caso), se pueden mantener dos actitudes: esgrimir con la voz prepotente de la hartura el “que no te enteras”, “ya te lo he dicho”, “a ver…”, “yo no hablo a voces…” y dejar en el rostro la mugre entumecida de la estupidez; o sencillamente repetir de nuevo e improvisar una explicación, porque las palabras nunca necesitan agrandar carencias sino conformar rincones afectivos. Ambas conductas, más que erosionar en el ánimo de las cicatrices auditivas, definen a quien las esgrime. Los malos gestos son espejos fangosos de nuestra identidad.
Los contagios se suceden y esa es una de las cualidades de la nueva cepa
vírica; su increíble propagación, aunque son menos dolosos sus efectos
secundarios. Se hace verdad común que seguimos sin saber casi nada del virus,
lo que lleva a la política autonómica y nacional a ser perpetuas improvisaciones. Ahí estamos; a ver qué pasa.
Desde el cristal limpio de la responsabilidad individual también se puede colaborar al bien común: hay que seguir las recomendaciones del personal sanitario al pie de la letra. Son extraordinarios. Eso no coarta ninguna libertad individual; el negacionismo como ideología es desnudez mental.
No desiste a diario el sentido temblor de
la ausencia. Los que faltan son un hueco que no desiste en mantener su sitio.
Conjeturas aéreas de cirros, nimbos, cúmulos y estratos. El tiempo y su desolución de nubes afectivas. Vivir para contarlo, para apagar la luz si salgo el último.
(Diario)
Y ser el primero en encenderla por si quieres volver a entrar, o para que otros lo hagan por ti.
ResponderEliminarYo también lo estoy perdiendo, y llegará un día en que los sonidos solo sean recuerdos. Por eso, cada noche antes de dormir oigo música y leo poemas en alto.
¿Sabes? yo no entiendo a los negacionistas y tampoco puedo discutir con ellos. Esto se ha convertido en algo que va más allá de la salud física. La mental y el "tú/yo más" sufren la gran escalada.
Un abrazo grande, querido amigo.
Feliz año nuevo, querida amiga, lo diario está lleno de preguntas que casi nunca permiten ser respondidas; queda ese afán intacto de seguir haciendo semilleros de sueños e ilusiones; es siempre una tarea maravillosa. Gracias por tu incansable amistad.
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