Los cisnes negros Rolando Kattan XX Premio Casa de América de Poesía Americana Editorial Visor, Colección Visor de Poesía Madrid, 2021 |
PERTÍCULAS DEL YO
Los senderos creadores de Rolando Kattan (Tegucigalpa, Honduras, 1979)
diversifican una voluntad fuerte que aglutina itinerarios contiguos por la
bibliofilia, la gestión cultural y la edición. Pero el bagaje más valioso es la
labor poética, que compendia los títulos Animal
no identificado (2013), El árbol de
la piña (2016), Acto textual (2016),
Luciérnaga de otoño (2018) y Un país en la fronda (2018), con
versiones a una decena de idiomas.
El poeta es reconocido ahora con el XX Premio Casa de América de Poesía Americana
por su entrega Los cisnes negros. Con
sensibilidad contenida, el libro se analiza muy brevemente en el liminar del
poeta Joan Margarit, Premio Cervantes 2019, cuyo magisterio a pesar de la
ausencia persiste intacto. Tras las solemnes citas de Juvenal, Rubén Darío y
Jorge Luis Borges, así define Joan Margarit el tacto escritural del hondureño:
“Rolando venía desde ese misterio mucho más profundo que es el ser poético, que
lo que explora incansablemente no solo es el mundo físico y sus ciudades, sino
la vastedad de la propia vida, por la que él transitaba apasionadamente
acompañado por todas sus lecturas, de Virgilio a Neruda”.
Al buscar la carne metafísica del título, tan próximo al verso de
Juvenal, que asocia el animal con una rara
avis, es inevitable recordar, de ahí la pertinencia de la cita, la silueta
del cisne y su eclosión de belleza con la etapa modernista de Rubén Darío; en
su estética, la majestuosa figura se convierte en plenitud e idea del arte nuevo;
es renacimiento y vitalismo existencial, cruce de luz y armonía. En los versos de
Borges el pensamiento asocia el cisne negro con lo imposible, según la creencia
clásica, pero añade, con deje lúdico, “en Australia no había otra cosa que
cisnes negros”, un proceso consciente de construcción de lo posible, de
normalidad y esperanza. Con estos
elementos, Rolando Kattan elabora una entidad propia al ave en el poema “Animal
no identificado”; los cisnes negros no tuvieron sitio en el arca de Noé, cuando
el diluvio, y mudaron en evanescencia “porque no fueron creados por Dios sino
por un poeta”. Una hermosa teoría que convierte a Los cisnes negros en seres extraños y paradójicos que concentran un
punto de belleza singular, distinta, insoslayable.
Rolando Kattan abre itinerario con el poema “Ovejas versus cisnes” y hace de la ironía una estrategia de acercamiento a
la sensibilidad del otro. El poema concentra sugerentes imágenes en las que el
cisne negro es “un manso ángel que no interroga ni responde: en silencio y
junto a ellos, somos nosotros la pregunta…”. El poeta no duda en convertir el
avance del libro en genealogía y experiencia interior; en puente hacia la
evocación y el devenir del tiempo.
Las partículas del yo se diseminan entre la fuerte caligrafía
introspectiva. Se recupera el pasado con una voz profunda, empapada de lirismo.
Retornan con emoción esas instantáneas que ya son animales imaginarios,
ausencias que el fluir temporal va diluyendo en la memoria. Su retorno se
convierte en razón de escritura, en esa inútil búsqueda de respuestas. Lo
ratifica el poema “Dress code”:
“Esconderse en las páginas de un libro, / detrás de la palabra, y memorizar el
ojo / que se acomoda, se entrecierra y guiña. / Pedir prestado un sombrero de copa
/ y así burlar la muerte prematura. / Vestir la cola de un pavo real / y no
mirar la bala que te sigue…”
En la
identidad verbal de Rolando Kattan dibujada en Los cisnes negros la experiencia vital es una constante. Inicia
líneas de pensamiento en las que la memoria adquiere una contundente
configuración. Quien habla desde sí mismo ofrece poderosas imágenes; en la
textura del sujeto interior está la contradicción, los cantos de despedida y
esperanza, y están las huellas de un largo periplo personal, con un mudable
contexto afectivo y con el desvelo de una incisión indagatoria, empeñada en la
urgente búsqueda de lo imposible.
JOSÉ LUIS MORANTE
Con ganas de bucear en él después de leer tu reseña. Salud y Felices Fiestas. Un gran abrazo.
ResponderEliminarEs un poemario muy sugerente, querida poeta, que despliega un mundo simbólico pleno de belleza; Kattan es uno de los nombres propios de más entidad de su generación. Gracias siempre por tu complicidad lectora y te toca disfrutar de tu hermoso premio. Felices fiestas.
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