jueves, 23 de enero de 2025

ERNESTO CARDENAL. MEMORIA Y VIDA

Ernesto Cardenal
(Granada, Nicaragua, 1925-Managua, Nicaragua, 2020)

 
EL POETA CÍVICO
 
Antología poética. Ernesto Cardenal
Edición, selección y prólogo de Daniel Rodríguez Moya
Valparaíso Ediciones, Granada, 2012
 
   El nítido perfil de Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925) desacraliza la figura del poeta ensimismado en el cielo azul y recrea un proceder ético en las antípodas del esteticismo: el  escritor se compromete con la Historia, ajusta plenamente itinerario biográfico y labor creadora para hacer causa común con aspiraciones colectivas. Así lo manifiesta en la atinada introducción el poeta Daniel Rodríguez Moya, el mejor conocedor del varillaje cultural nicaraguense, donde por su magisterio en las generaciones más jóvenes sobresalen dos voces: Claribel Alegría y Ernesto Cardenal, tras el fallecimiento en 1998 de Carlos Martínez Rivas.
    Esta compilación, en la que ha participado de forma manifiesta el propio autor recomendando textos de su preferencia, selecciona composiciones de una decena de libros, a los que se incorpora un inédito, “El celular”. El volumen da cuenta de la uniformidad de tono y del discurrir coherente de una veta ética, reconocida con hitos significativos como el reciente Premio Reina Sofía de Poesía iberoamericana, en 2012.
  La voz de Ernesto Cardenal es heredera directa de la poética de José Coronel Urtecho. Entronca con el verbo realista de Bertolt Brecht, César Vallejo y Pablo Neruda; asimismo tiene amplias afinidades con la denominada “antipoesía”,  etiqueta que integra, de forma amplia y con una textura verbal diferenciada, el trabajo de Jaime Sabines, Mario Benedetti, Roberto Fernández Retamar, Juan Gelman o Nicanor Parra. Es una lírica enfrentada a la verdad oficial y a los discursos del poder, que cree en la utilidad del arte y rechaza la mirada contemplativa; se define por su acento testimonial y por su inmersión en las singularidades de cada momento histórico. Su afán expansivo practica el arte de la escucha e incorpora al verso el debate, la controversia y la crítica.
   Lo confesional concreto, como expresión de un latido individual, alcanza su plenitud en el discurrir solidario de lo colectivo. De este modo, el yo verbal se torna transmisor de un canto común.  La carnalidad de las palabras acrecienta su voluntad descriptiva para poner lindes al expresionismo de lo real, sin ningún tipo de idealización. De ahí el empeño comunicativo, la confianza en la intuición, la depuración estilística y el propósito firme de despojarse de recursos expresivos secundarios. El maquillaje erudito se limita al máximo para que el mensaje llegue directo, claro, conciso para testimoniar una situación que transciende el mero destino individual.
  Los mayores riesgos de esta poesía son el prosaísmo y el aire con fervor de consigna. A veces los versos se convierten en un documento de una denuncia, exento de vuelo poético; en el poema no cabe la pureza sino una relación práctica con las convicciones. La poesía afianza su utilidad social y no precisa otras revelaciones que una manifiesta rebeldía.
   Y ese es el mayor mérito para muchos de la  poética de Ernesto Cardenal; las palabras pretenden liberarse de la opresión introspectiva del yo, su escritura hace habitable un territorio en el que se reafirma la intensidad de lo vivido, ese pan necesario cuyo molde precisa de igualdad y justicia.

 
 
 
 
 
 

martes, 21 de enero de 2025

CHARCOS (Microrrelato del libro "Fuera de guion")

Antes de la tormenta
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia



 CHARCOS 
 
   Mientras camina con despaciosa torpeza, bajo el paraguas recordó. De niña buscaba charcos para saltar sobre su transparencia. Una sonrisa se dibuja en la cara. Sigue caminando. Vislumbra un círculo de agua en medio de la calle. No duda,  pliega el paraguas y lo deja dormir unos minutos sobre la acera.
   Ensaya un primer salto; después otro, y otro y otro, antes de que le falte el aliento… Entre las punzadas de humedad se siente renacida con sus ochenta y cinco.
   Exhausta y temblorosa, recoge el paraguas y ya no lo abre. En la tarea del regreso, piensa cómo justificará ante el personal del geriátrico el aspecto desastroso de la ropa y los zapatos mojados. Da igual si no aparece la excusa. De niña creía siempre en el final feliz.

(Del libro de microrrelatos Fuera de guion, Lastura, 2024)




domingo, 19 de enero de 2025

ELIZABETH ROSNER. GRAVEDAD

Gravedad
Elizabeth Rosner
Traducción de Laura Miñano Mañero
BajAmar Editores
Colección Mar de Babel, Edición Bilingüe
Gijón, Asturias, 2024

 

CRÓNICA DEL ABISMO

 
   El lector habitual de poesía coincidirá conmigo que, en los últimos años y hasta la fecha, el más completo acercamiento poético abierto a la conciencia de la barbarie nazi es In nomine Auschwitz, una propuesta literaria, alentada por el poeta, traductor y editor Carlos Morales del Coso (Tarancón, Cuenca, 1959), que ocupó los estantes de bibliotecas y librerías en 2022. Las vértebras de aquella compilación poética, que atraviesa con fuerza el sufrimiento y los estragos de millones de víctimas, alzan intacta la memoria del apocalipsis auspiciado por el III Reich, en la Alemania de Adolf Hitler, durante la II Guerra Mundial. Con enfoque mucho más subjetivo y concreto, pero con ejemplar conciencia moral, la novelista, ensayista y poeta estadounidense Elizabeth Rosner sondea su identidad y reconstruye la condición de hija de supervivientes del genocidio, máxima degradación del poder totalitario, en la compleja convivencia familiar.
   Gravedad, publicado por primera vez en inglés, en 2014, se abre con una atinada aproximación de la traductora Laura Miñano Manero a las circunstancias biográficas de la escritora, nacida en Nueva York a principios de los años sesenta, y al intenso rastreo de un intervalo temporal que es memoria del abismo, oscuridad repleta de orfandad y terror. No hay olvido. Es imposible vislumbrar un paisaje de quietud que dormite bajo el sol de mediodía. El padre de Elizabeth Rosner estuvo confinado en el inmenso campo de concentración de Buchenwald, en el noroeste de Weimar, y la madre, de origen polaco, huyó del gueto y sobrevivió en el sótano de unos campesinos que la ocultaron durante mucho tiempo. Ya liberados, se encontrarían en Suecia y allí comenzarían una existencia común que hizo del pasado silencio por la necesidad de superar la condición de fugitivos y una indeclinable sensación de culpa.
   La conciencia de ser es rehén de una herida abierta también en la segunda generación; los hijos sienten en carne propia el impacto de la ignominia, la cercanía de esos miles de rostros borrosos que se fueron diluyendo entre las tinieblas de los campos de concentración. El traumático ayer es un lastre que obliga a formularse de continuo la cortante reflexión del filósofo T. Adorno: “¿Se puede escribir poesía después de Auschwitz?”. La pregunta cuestionaba de forma total la exploración estética como sondeo en el lenguaje y la existencia del género poético, tras el exterminio. La duda y su exigencia histórica anunciaban, con esa concisa densidad semántica, que, desde la subjetividad racional, solo es posible la máxima “Que Auschwitz no se repita”. Era la conclusión explícita con la que el pensador reflejaba la esencia de la moral en el sujeto libre y su solidaridad con las víctimas. Pero Adorno no supo medir el profundo impacto de la cicatriz, la magra ración de dolor esparciendo migas sobre el mantel manchado de lo cotidiano. Adentrarse en la herida abierta da continuidad a la voz de los ausentes. Se rompe la idea del ser individual hecho estancia cerrada, incapaz de concebir al otro en su latir autónomo.
   El propósito nuclear de Rosner se formula con convicción; la historia no termina allí, serpentea hasta hacerse visible en el presente: “Exponer / sacar a la luz, revelar / cada lugar roto, fisura, grieta”. Quien mira detrás descubre que los años de entonces se filtran y están ahí. Condicionan, siembran indicios, provocan itinerarios complejos y fragmentarios que el pensamiento de los descendientes recorre, anudado a la percepción del dolor existencial y, acaso, también a la búsqueda de equilibrio en la reconciliación.
   El ejercicio introspectivo de Gravedad ubica juntas dos estrategias expresivas, poesía y prosa. El poema se despoja de hermetismos para exponer con fluidez las reflexiones de una voz narrativa que profundiza en la memoria heredada. La discontinuidad del recuerdo obliga a reconstruir. Enlaza la secreta arquitectura de la imaginación con la verdad emocional de quien escribe. Pero el yo poético , aunque convulsionado, es solo un testigo indirecto cuya palabra difiere de la oquedad profunda de los padres, de los que sufrieron en cada instante la presencia de la muerte, y el azar de un destino, hecho de incertidumbres, donde encontraron una grieta de luz, la fuerza de seguir, superando la adversidad más absoluta.
   La publicación de Gravedad en los dos idiomas, inglés y castellano, permite convertir la lectura en íntimo acercamiento a la voz original y añadir los matices del español convertido en ejercicio de reanimación de los recuerdos y la posmemoria. La versión es de Laura Miñano Mañero, doctora en Lenguas, Literaturas y Culturas, en el departamento de Filología Inglesa y Alemana de la Universidad de Valencia. Allí centra sus investigaciones en la interacción entre campos idiomáticos sobre entornos complejos de la memoria histórica intergeneracional, en familiares directos y supervivientes.
   El volumen incorpora grabados y dibujos de la artista hispanoamericana Lola Fraknoi, artista peruana que también tiene una relación directa con el Holocausto como hija de supervivientes rumanos, por lo que sus trazos visuales añaden un nuevo enfoque a la interpretación del legado afectivo.   
   Gravedad es una crónica profunda y emotiva, una perspectiva ética, que trasmite el vulnerado persistir de la memoria. Recuerda, como vivencia propia, el tenebroso legado nazi y hace de la palabra una terapia, una posibilidad de esperanza balsámica. Una forma de resistencia ante la extrema deshumanización empeñada en convertir cada identidad en un cadáver viviente. Poesía y prosa que buscan el sentido transcendente del lenguaje para abordar la palabra como evocación. Escritura que alza muros firmes frente a la muerte, capaces de borrar la sensación de desvalimiento y fragilidad. Los textos reunidos despliegan una biografía ficcional; son antídoto y fuerza para seguir preservando las vivencias de todos los ausentes, la descarnada  envergadura de un pasado que sobrecoge y anula cualquier olvido.
 

 JOSÉ LUIS MORANTE




sábado, 18 de enero de 2025

VENTANA CON CARÁMBANOS

Iglesia de San Pedro
Mercado Grande, Ávila
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

AFORISMOS  DE FRÍO
 
Nosotros; un techo a dos aguas.
 
Cuando asciende, el humo se descubre sólido y permanente.
 
En la decepción, letras sin voz hacen legible el tiempo.
 
Perturba la caricia una lisura fría, de cristal.
 
La buena literatura necesita el románico; los atributos de la tradición: raíces, autoridad, pasado.
 
Escribir cada línea con la morosidad del aprendiz

(Días a solas)


 
 
 

viernes, 17 de enero de 2025

Entrevista a SILVIA BARDELÁS

Silvia Bardelás
Archivo personal de la autora

 

Entrevista a SILVIA BARDELÁS

 

Gallega, nacida en Vigo en 1967, Silvia Bardelás alumbra un perfil poliédrico que aglutina narraciones, ensayos, traducción y docencia, como profesora de creación literaria en la UNED. Además, es directora de publicaciones de la editorial De Conatus e impulsora del blog literario “El lector perdido”.

 ¿Qué circunstancias despiertan una práctica literaria tan fértil, capaz de recorrer tantas facetas expresivas?

Siempre me ha encantado pensar y leer o escuchar historias. En mi familia había esas dos ramas: los que pensaban y lo que contaban muy bien. Era natural quedarnos horas de sobremesa. En seguida me hice muy lectora y estudié Filosofía para escribir Literatura. Ahora, por ejemplo, creo que mi voz es más de pensamiento que también cuenta historias. No tenemos que ponernos límites. Todo es una búsqueda constante.

 El afianzamiento de las bitácoras permite impulsar un espacio personal de reflexión y debate, de privilegiado testigo de la actualidad cultural. ¿Qué coordenadas ubican su blog “El lector perdido”?

Creo que lo más interesante de un blog es la libertad a la hora de escribir. Escribes lo que crees necesario en ese momento. Si alguien lo lee y conecta es estupendo. Como abrí el blog hace años, ha ido evolucionando a la vez que ha evolucionado mi punto de vista. Acabé integrándolo en la web de la editorial porque mi labor de editora se convirtió en muy importante para mí.

 ¿Queda espacio para el pensamiento crítico, para enlazar compromiso intelectual y debate público?

Es muy difícil la crítica ahora mismo. El sistema es capaz de engullir cualquier crítica. Creo que empezamos una nueva era donde va a tener más importancia la experiencia, el pensamiento en positivo, la invención de nuevos puntos de vista sobre las formas de vida. La potencia del nuevo pensamiento saltará por encima del racionalismo autónomo que nos consume.

 De Conatus es una editorial muy joven, con un nítido empuje vanguardista. ¿Cómo nace y qué objetivos persigue su catálogo?

Nació de una amistad. Beatriz González y yo somos amigas de la playa desde los nueve años. Echábamos de menos lecturas de voces nuevas y decidimos buscarlas y publicarlas. Nuestro objetivo siempre ha sido ser independientes de verdad, publicar al margen del mercado, pensar en el lector como artista, enfocarnos sobre todo en los textos.

 El sello editorial ya tiene un andén incontestable: Jon Fosse, cuya obra ha sido reconocida con el Premio Nobel de Literatura 2023. ¿Qué ha supuesto para la editorial este espaldarazo?

Jon Fosse es uno de nuestros primeros autores. Publicarlo ha sido muy difícil porque nadie quería venderlo ni reseñarlo. La Septología, su gran obra, teníamos que sacarla en tomos año tras año. Así que el premio fue muy emocionante por todo el trabajo que habíamos hecho. Lo que nos ha dado es visibilidad, que es lo que necesita una editorial nueva.

 Sin duda, el Nobel subraya también su excelente criterio lector.  ¿Cuándo comienza a leer al escritor noruego y qué zonas prefiere de su taller literario? ¿Existe un sustrato integrador en su amplia producción?

Lo leí antes de fundar la editorial. Me encantó su estilo, aunque la obra no me pareció redonda. Cuando pregunté por sus derechos había escrito Trilogía. Me di cuenta de que ya dominaba aquel estilo. Después escribió Septología. Ahí está todo Fosse. No me cansaré de recomendarla. Está ese personaje oscuro que busca la luz, dispuesto a verse en su incapacidad de relación. Está el amor, el miedo, el arte, la infancia, la juventud. Es una obra de arte.

   ¿Hay otros autores de la editorial capaces de generar expectativas tan altas?

Sí. Ahora mismo Percival Everett es un autor aclamado en Estados Unidos. Tiene un estilo opuesto a Fosse. Utiliza el humor inteligente para llegar a una profundidad enorme. Es muy humano y también tiene mucha obra. Su estilo es único. Ha ganado el National Book Award este año con James. Hay gente que cree que también puede ser Nobel. En cualquier caso, a la gente le encanta. Es genial encontrarnos con lectores que parece que se inflan cuando hablan de Everett.

  Toda su actividad diaria define la lectura como un microcosmos autónomo y con una incansable capacidad expansiva. Y sin embargo, la defensa de la lectura requiere una reivindicación permanente. ¿Cómo explicar esta paradoja?

Creo que a la gente le falta sentir la lectura. Es un momento de conexión tan íntima con uno mismo y con el mundo a la vez que el que lo prueba no lo deja. Pero eso sólo sucede con libros capaces de provocarlo, es decir, libros de voces auténticas que no buscan el entretenimiento. Y la gente tiene pudor o miedo hacia libros que le puede descolocar. Sería genial que entendiéramos que se aprende a leer. Es una actividad creativa como tocar un instrumento, por ejemplo. Y si el comienzo de un libro cuesta posiblemente es que estemos ante un buen libro. 

Desde hace muchos años, su labor investigadora mantiene un fuerte compromiso con la lengua materna. Qué relación de convivencia percibe entre ambas lenguas, castellano y gallego, en este momento.

En los últimos años la literatura gallega ha ganado muchos premios nacionales y gracias a eso ha sido muy traducida al castellano. Está genial que un libro surja de la sensibilidad que crea la lengua gallega y que después se pueda traducir. Es una forma estupenda de que las distintas culturas de este país se conozcan, a través de sus literaturas.

Todo itinerario creador es una invitación al viaje. ¿Qué nuevos andenes están sobre la mesa de su creación?

 Acabo de terminar un ensayo sobre inteligencia estética, nuestra capacidad de relacionarnos buscando belleza, aumentando nuestra energía, convirtiéndonos en sujetos en lugar de individuos. Me ha encantado escribirlo. También estoy escribiendo una novela y un libreto de ópera. A ver qué sale de ahí.

 No me gustaría cerrar esta conversación sin conocer un poco mejor tu taller literario: ¿Qué lecturas prefieres y qué autores son los que más valoras?

 Mis lecturas son muy variadas. Últimamente estoy leyendo Filosofía y nuevas formas de pensamiento que no conocía. En Literatura también leo autores que no están publicados en español, claro, buscando nuevas voces. Este año pasado me gustó mucho leer a Labatut y un autor alemán que no está traducido todavía. Pero justo ha sido un año más centrado en el pensamiento. He descubierto algunas editoriales muy interesantes como Caja Negra.

 Alguna orientación sobre tus trabajos actuales y sobre tus nuevos proyectos…

Como ya he dicho, el ensayo que acabo de terminar me ha abierto un mundo. Hay muchos temas dentro que tengo que seguir pensando y me encantaría que desde esa teoría, esa observación que hago sobre una nueva conciencia sensible pudieran surgir proyectos relacionados con la cultura y la educación.


José Luis Morante

Enero, 2025




jueves, 16 de enero de 2025

LOS CAÑOS DEL PUEBLO


 

 

LOS CAÑOS

 
    Como ayer, todavía
se zambulle en los caños
la frágil convicción
de dar molde a las piedras.
Despereza muy cerca
el lejano revuelo
de  la casa sin nadie,
las nubes, sus azares,
el frontón, las esquilas,
el rastrojal con bozo
y los pinares…
 
Son auroras del viaje
que completa
el pautado cumplir de los regresos;
el escenario intacto
del niño que no sabe
que a cada cual su cielo y su repliegue.
 
Hoy me nombra de nuevo
la clara voz del agua
dormida en su angostura.
Sobre la sed ferrosa pongo el labio,
sorbo zumo en el borde
y es un cuenco repleto de nostalgia.
Si arracimo las gotas
y su vuelo de pájaros,
un niño en soledad
bebe conmigo.
 
 
    (Del libro Nadar en seco, 2022)



 

miércoles, 15 de enero de 2025

LECTURA PERSONAL DE PULSACIONES

Pulsaciones
(Antología poética 1990 -2017)
José Luis Morante
Prólogo de Rosario Troncoso
Takara Editorial
Colección Wasabi
Sevilla, 2017 

CARTOGRAFÍA DE LA MADUREZ

  

Envejecí de golpe y cayeron las piedras

                    OSWALDO FLORES

 
   El poeta de Aguilar de la Frontera Vicente Núñez, tan aficionado al sofisma, escribió: “Cualquier lectura de un texto es válida. Excepto la de su autor”. Es una afirmación contundente que en mi caso invita al desconcierto. Defiendo exactamente la postura contraria: “El poeta es el primer lector de su poesía. Conoce la raíz de cada verso y las observaciones particulares de su contingencia”. Como admiro la obra del cordobés, mi disentimiento busca de inmediato entre ambas opiniones polares un ecuador conceptual, un eje de simetría en el centro: “Cada lectura es válida en sí misma; aporta una respuesta más, un reflejo, una certidumbre”
   Quien recorra los poemas de Pulsaciones percibirá que esta recopilación, respetuosa con la cronología editorial de mis libros, se apoya en unos pocos núcleos de fuerza. Recalca, con acierto, esta opción el prólogo de Rosario Troncoso, poeta y editora de la antología. La concepción existencial del sujeto poético muestra vínculos con el discurso de viva voz del tipo humano que protagoniza el andar biográfico. No hay despersonalización de la trayectoria vital; cultivo la dinámica continua de un aprendizaje que ha superado esa confrontación romántica entre escritura y vida. La identidad no es una aleación momentánea. Tampoco es un sendero lineal la expansión hacia el otro.
   Desde el título, las composiciones de Enemigo leal cobijan una ironía sutil que desaloja afirmaciones serias y literales; escribí ese libro en un momento de desencanto. En ese marco buscó sitio una relación social apelmazada que, poco a poco, fue encontrando su estación final. Quité sentimentalismo de aquella fractura afectiva y acepté que la amistad tiene una naturaleza efímera y tiende a diluirse en el tiempo.
   Me gusta pensar que el tipo humano que habita mis poemas se inserta en un paisaje cultural; forma parte de una tradición de valores que debe perdurar en la degradación. Abundan las composiciones que sondean la cualidad ética de la escritura. El poeta está inserto en un marco histórico y sus enunciados definen un paréntesis cronológico; adquieren, por ello, el carácter de una representación.
   Toda antología personal supone un deslizamiento de onda variable. En esta superficie de abarcable diversidad el motivo amoroso constituye un núcleo central. El amor es un cristal- transparente o con niebla- que deja a descubierto el lenguaje contradictorio de la realidad. Entre la plenitud y la ausencia han ido escribiéndose  los poemas de la noche en blanco y Ninguna parte.
   Los poemas finales acogen una poesía de madurez que tiene un carácter más intimista y simbólico. Ellos ponen materia a un ideario estético que no es sino un puñado de certezas con límites difusos. Mis poemas hablan de mí; son textos domésticos, si los dejo en la calle vuelven solos a casa. Buscan sitio en el lugar de siempre, ese rincón llamado yo.
 
(Palabras ante el espejo)