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jueves, 19 de diciembre de 2024

JUAN GELMAN (POESÍA DE SIEMPRE)

Juan Gelman
PREMIO CERVANTES 2007
(Buenos Aires, Argentina, 1930-Colonia Condesa, Ciudad de México, 2014)
Fotografía
de
Rafael del Río

JUAN GELMAN: LA LENGUA DEL DOLOR.

 

   La poesía de Juan Gelman es incómoda para el sedentarismo y la conformidad. Sus versos descubren cicatrices, enfrentan a la conciencia del dolor y obliga a no bajar los ojos ante lo que contemplamos. En la antología Otromundo (Fondo de Cultura Económica, 2008)), realizada por el poeta mexicano Domingo Hurtado, se compila una amplia muestra de su quehacer lírico entre, 1956 y 2007. El título de esta selección se toma de un poema en prosa  que define el exilio como un otromundo diario, como un error que persiste y puede descubrir una verdad.
   Gelman no deja de preguntar en cada libro porque está marcado por la dictadura argentina y por el exilio; su trayecto vital sufrió las mordeduras de unos hechos históricos que alzaron la sinrazón de una realidad ignominiosa y asumió sin titubeos el papel de cronista y testigo que se niega a cerrar los ojos; un caminante que no pasa de largo sino que se detiene para formular su veredicto sobre lo real. Siempre quiso esclarecer el sentido de los actos humanos en una larga conversación, entrecortada y austera.
En su escritura el poeta reelabora una experiencia colectiva, busca la racionalidad de un ideal que sobrevive en el solitario, preserva sentimientos y deja un hueco para la dignidad incluso cuando caminamos a oscuras, en las tinieblas de lo cotidiano, y es necesario abrir una ventana. Hay que aprender a resistir. 

(Relecturas)


miércoles, 10 de junio de 2020

AHORA QUE ES TARDE (Notas)

Ahora que es tarde
Antología 1990-2020
José Luis Morante
Prólogo de Antonio Jiménez Millán
La Garúa Editorial poesía
Santa Coloma de Gramenet, Barcelona, 2020



EN EL AVISPERO


(Notas sobre la antología Ahora que es tarde)

Hacer poesía es un ejercicio de coraje

JUAN GELMAN


El escritor desanda las claves de su obra, esa mezcla de voluntad, memoria y posibilidades que distancia el propósito de escritura y el resultado.

La poesía es intemperie; un no lugar a cielo abierto donde hace frío.

Transito, como poeta, por una obsesión circular que dura treinta años. En ella quedan las huellas de los libros y la exactitud callada del silencio.

Cuando escribo no hay trascendencia. Imaginación y realidad conspiran, mientras se miran a los ojos.

La orquestación personal es limitada; tantea el matiz, cobija bajo su techado similares obsesiones. Existo y escribo alrededor de mí. Polifonía de un solista.

Escribir poesía es poner molde al vacío; cuando se consigue, la capacidad rebosa de inmediato.

En la respiración ondulante del poema gime un atisbo de mañana.


Ahora que es tarde
Antología 1990-2020

  

jueves, 16 de enero de 2014

JUAN GELMAN. DESPEDIDA.



JUAN GELMAN: LA LENGUA DEL DOLOR

   Ha muerto Juan Gelman y el día se despertó vestido de grisura y lluvia triste, como corresponde a las despedidas. Se han prodigado los homenajes y las elegías en un cuerpo de letra grande, ese que utilizamos para alzar la voz del agradecimiento. Recupero en esta entrada un breve texto que escribí en mi última lectura de la poesía de Juan Gelman, una obra que tiene mucho de recuento autobiográfico.
   La poesía de Juan Gelman es incómoda para el sedentarismo y la conformidad. Sus versos descubren cicatrices, enfrentan a la conciencia del dolor y obliga a no bajar los ojos ante lo que contemplamos. En la antología Otromundo, edición preparada por el poeta mexicano Eduardo Hurtado para Fondo de Cultura Económica, se compila una amplia muestra de su quehacer lírico entre, 1956 y 2007. El título de esta selección se toma de un poema en prosa  que define el exilio como un otro mundo diario, como un error que persiste y puede descubrir una verdad.
   Gelman no deja de preguntar en cada libro porque está marcado por la dictadura argentina y por el exilio; su trayecto vital sufrió las mordeduras de unos hechos históricos que alzaron la sinrazón de una realidad ignominiosa y asumió sin titubeos el papel de cronista y testigo que se niega a cerrar los ojos; un caminante que no pasa de largo sino que se detiene para formular su veredicto sobre lo real. Siempre quiso esclarecer el sentido de los actos humanos en una larga conversación, entrecortada y austera.
   En su escritura el poeta reelabora una experiencia colectiva, busca la racionalidad de un ideal que sobrevive en solitario, preserva sentimientos y deja un hueco para la dignidad, incluso cuando caminamos a oscuras, en las tinieblas de lo cotidiano, y es necesario abrir una ventana. 
   Hay que resistir, ahora también desde el silencio.