miércoles, 5 de septiembre de 2012

RICARDO VIRTANEN COMENTA "MAPA DE RUTA"

Mapa de ruta
José Luis Morante
Maillot Amarillo, Diputación de Granada, 2010

Celebrar los veinte años de publicaciones poéticas, mostrar la coherencia de una obra  compacta y cerrar en un solo tomo una suma poética seleccionada son los distintivos de Mapa de ruta, que nos presenta el abulense, y afincado en Rivas, José Luis Morante (1956). Veinte años de producción poética que encarna siete libros: Rotonda con estatuas (1990), Enemigo Leal (1992), Población activa (1994), Causas y efectos (1997), Un país lejano (1998), Largo recorrido (2001) y La noche en blanco (2005). Quedan al margen plaquettes, aunque se suman 5 poemas inéditos al conjunto. Mapa de ruta comprende desde 1990 hasta 2009. Una fructuosa etapa llena de premios y reconocimientos. Entre las muchas cualidades que hallamos en la poesía de José Luis Morante, expondré algunas que explican  una obra coherente y equilibrada.

Poesía de la línea clara. Morante nace a la poesía con su primer título, en el año 1990. No obstante, es un autor que se forma con la generación de los ochenta, y dentro de ésta se decanta por aquella línea clara que expresó la obra poética -y crítica- de Luis Alberto de Cuenca, y próximo a poetas como García Montero o Benítez Reyes. A ello podríamos sumar la influencia de poetas de otra generación, como Ángel González, J. M. Fonollosa o Joan Margarit. A esta línea clara, cuya pretensión mayor es que se entienda el poema sin cortapisas ni abstracciones, con una estructura formal del texto y presencia de la anécdota, podríamos sumar poemas de distintas épocas como “Sabios consejos”, “Encuentro”, el autorretrato “Resaca” o “La casa de enfrente”, en los que destaca la fina ironía de su autor, así como la carga crítica que destilan sus versos. 

Poesía social. Precisamente resulta característica la adscripción a una poética que se declara en rebeldía. Junto a otros poetas, como L. F. Comendador, se imbrica dentro de  una de las tendencias poéticas de los noventa, con un acusado tono objetivo en los poemas de los cuatro primeros libros, como son el ya clásico”El arte de vivir los lunes” o “Enemigo insolvente”, y otros más descarnados, llenos de un optimismo desesperanzado, como “Tipología”, “El reino de los mansos”, “Moral de victoria”, “Chabolas”, “Francotirador” o “Extranjeros”, quizá el ejemplo más acusado.

Poesía del yo, del nosotros. El desdoblamiento poético, el juego de heterónimos, el yo divergente que asoma en los poemas del autor, y converge en el nosotros, conforma otra de las características destacadas de su poética. Éste será el motivo temático que utilice Josep M. Rodríguez a la hora de trazar el sugerente prólogo que antecede a los poemas del libro. El texto primero, “Heterónomos”, debería ser un clásico ejemplo en la literatura actual del desdoblamiento del yo, de máscara que adopta el sujeto poético, cuyo embrión se adivina en otros escritores del XX (Machado, Pound, Pessoa), y que tiene en Rimbaud su primer precedente. Poemas en este ámbito son “El otro”, “Autobiografía”, “Identidad”, “Máscara”, “Personaje literario” (que refrenda la cuestión de la identidad) o “Fortaleza”, donde leemos: he perdido el anhelo difuso de ser otro.

 Poesía que se construye desde el viaje hacia el nosotros. Una última característica que añadiríamos es la idea de viaje. Desde Un país lejano, su poesía es proclive al viaje: en sueños imagino / un país extranjero. Se inicia pues una poesía de tránsito que ocupan los libros siguientes: Largo recorrido, en que está “Equipaje”, un poema muy machadiano que une poética con viaje; o La noche en blanco, cuyo poema “Penélope” resume a la perfección esta idea de espera y viaje circular, en uno de los mejores poemas del autor. El último poema del libro, el inédito “E-mail”, resume la poética del autor:                                       

El mensaje conciso,
sin tallo emocional,
sin hojarasca
 
Una poética que alcanza los veinte años con un conjunto de poemas precisos, necesarios.

                                                                                                          Ricardo Virtanen
                                                                               

2 comentarios:

  1. Si se me permite algo de vanidad, esta entrada tiene un significado especial, pues no solo se refiere a dos grandes escritores, a los que admiro profundamente, sino a dos grandes amigos a los que quiero con igual intensidad.

    Un abrazo.

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  2. Vaya Elena, la equidistancia en los afectos siempre es más matemática que sentimental. Así que te agradezco el cálculo.
    Y naturalmente agradezco el respeto que siempre has tenido por mi trabajo literario. La entrada es necesaria para difundir otras maneras de ver la obra propia.
    Nos veremos la próxima semana en la cita de escritores del municipio, antes de que el otoño agoste los versos y las ideas.
    Un abrazo.

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