jueves, 8 de noviembre de 2012

FERNANDO LÓPEZ GUISADO. CORAZÓN Y KARMA.

La letra perdida
Fernando López Guisado
Editorial Vitruvio, Madrid, 2012

    El discurrir poético de Fernando López Guisado (Madrid, 1977) comienza en 1995, cuando sale a escena Aromas de soledad; tres años más tarde prosigue su labor literaria con El altar de los siglos para sumergirse después en un largo silencio editorial que sólo se rompe cuando el poeta se instala en Rivas-Vaciamadrid y se incorpora de inmediato al ámbito cultural que impulsan Elena Muñoz y José Guadalajara. Pero en ese paréntesis de silencio nunca perdió el pulso de escritura, como demuestra La letra perdida, un volumen de lenta gestación, cuya génesis ha explicado el autor en su blog “Buenas noches, Nueva Orleans”, donde también hay un cumplido inventario creador en otros géneros como el microrrelato, la reseña y el artículo.Fruto de un macerado proceso escritural, el poemario supone un cierre con una idea hedonista y celebratoria de lo cotidiano para adentrase en las costuras abiertas de la contradicción y los desajustes. La realidad propicia una inseguridad existencial; la convivencia está herida en la línea de flotación porque lo que prevalece de cada identidad es un personaje egocéntrico que subordina al otro desde los dictámenes de una conciencia excluyente.
  Antes de adentrarme en esta propuesta lírica me gustaría recordar que debemos al romanticismo la idea de libro orgánico: el poemario no es una acumulación de textos que genera un espacio verbal laberíntico sino un territorio listo para el cultivo que crece de forma natural, siguiendo las coordenadas que dictan la razón y el sentimiento. Este es el enfoque de La letra perdida que sitúa como pórtico de las composiciones unos párrafos de Neil Gaiman, escritor de comic, literatura fantástica y terror.
   En la naturaleza del yo poemático que deambula por las aceras de La letras perdida están los pasos de un individuo común que sobrevive al erosivo tránsito diario y reflexiona de manera directa, en ocasiones con una voz lastrada por la incertidumbre, que no logra escapar del desánimo y la desconfianza en un ideario que aglutina corazón y karma. El entorno se percibe de modo fragmentario; se combinan la descripción de ambientes y el pormenor biográfico, la indagación introspectiva y el sustrato de los sentidos.
  El libro revitaliza varias tradiciones y no se decide por una senda explícita, como si hubiese superado ya aquella vieja polémica que ilustró el fin de siglo entre lo figurativo y la abstracción. Hay narrativismo, reflexión, emociones y una habitación con vistas al callejón del pesimismo que mana del soporte cultural de una generación que cierra siglo y mira con desconfianza el frágil decorado del progreso o los valores sociales que han cimentado una sociedad en crisis. Es una generación que aporta otras constantes identitarias como el cómic que no es sino una mutación en imágenes del cantar de gesta o una nueva Iliada, digital y futurista.
   En La letra perdida, Fernando López Guisado concentra los mejores poemas hasta la fecha de su breve corpus. Su poesía combina factura formal, tejido emotivo y reflexión inteligente, activos al alza que hallarán, seguro, el cálido veredicto del lector.  
 

13 comentarios:

  1. Muchísimas gracias, José Luis, por esta reflexión respecto a la calidad de mi lírica. Muy agradecido, porque sé de corazón (por tu profesionalidad literaria, unida a mi propia insistencia en luchar contra baremo de calidad concienzudo y distanciado)que ha sido realizada desde un ojo critico exento de otros afectos salvo el del trabajo bien hecho y el rigor literario. De nuevo, gracias.

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    1. Estoy segura, amigo Fernando, que será un poemario interesantísimo... Porque conozco tu poesía y conozco a Morantes como Escritor y Crítico Literario. Me encantará leerlo. Os felicito a ambos. Un abrazo.

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    2. Gracias, Laura, es verdad que la poesía admite muchas habitaciones estéticas; pero en la casa de la poesía cabemos todos siempre que en el poema existan rigor, compromiso, talento y cultura... Un conjunto difícil de completar.
      Abrazos.

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  2. Una de las mayores alegrías que propicia el trabajo crítico es mirar el libro con ese sosiego necesario que permite escuchar su latido.
    Así que conversar con tus poemas ha sido un verdadero diálogo. Que tengas mucha suerte en la presentación y que tus pasos y los míos coincidan en una senda común de amistad y poesía.

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  3. Muy bellas palabras que hacen referencia a otras palabras bellas. Me queda el listón muy alto para el día 23, día de la presentación del libro en el Café Comercial.He pensado que es un buen día para mi reseña. Abrazos.

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  4. Querido Adolfo, un placer encontrarte en estas páginas que viven la literatura con la intensidad de quien sabe que vida y libros son la misma cosa. Agradezco también que te apuntes al blog; las entradas necesitan el respaldo de los amigos y la palmada cómplice del afecto. Un abrazo.

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  5. Una crítica espléndida de otro gran poeta. Si me permites, lo enlazo el viernes en "El ballet de las palabras". Estaba esperando para hacer mi reseña, pero coincido con Adolfo, el listón queda demasiado alto ;)

    Un abrazo fuerte.

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    1. Será un placer que la reseña viaje hasta tu blog, Patry. En crítica no hay listones sino enfoques diferenciados; tu lectura es una forma de manifestar tu sensibilidad y tu bagaje lector, por eso será diferente a la mía. Pero seguro que entre todos haremos que el libro de Fernando encuentre en las librerías un asiento propio. Gracias Patry, por tu comentario. Y un abrazo grande.

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  6. Aún no he tenido la oportunidad de leer La letra perdida de Fernando López Guisado, pero conozco parte de su obra: poesía, relatos, artículos, y he de decir que su lectura no deja indiferente al lector.
    Su poesía está fuertemente impregnada por el lenguaje del inconsciente, transmitiendo mensajes que son reconducidos por el autor de una forma inteligente para provocar unos efectos psicológicos determinados en el lector.

    Hay riqueza en su vocabulario, en las metáforas empleadas, propio de una mente que rebosa de ideas con una amplia y variada información y una habilidad extraordinaria para comunicar.

    Sabe expresar con amargo realismo los estados contradictorios del ser humano: el abismo de sus sombras y el resurgir de sus luces. Y desde la cruda realidad, sabe transportarte a mundos desconocidos que nos muestran con claridad su capacidad creadora de artista: una capacidad de auto-regenerarse a través de nuevas realidades surgidas en su imaginación.
    Es un poeta joven que tiene una trayectoria literaria muy prometedora. Le deseo mucho éxito.

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  7. La fuerza creativa y la pasión estética de Fernando López hallan cima en La letra perdida. José Luis Morante, con fina sutileza, lo ha expresado con una precisa cirugía verbal: "Su poesía combina factura formal, tejido emotivo y reflexión inteligente".

    El poemario es espléndido, rebosante de ingenio y metáforas, de aguas irisadas que chapotean por los espejos de la sugestión y que nos devuelven una imagen semejante a un "aplauso de hojas" o a un "susurro de cipreses".

    Felicito a José Luis Morante por esta reseña de inteligente factura; felicito a Fernando López por una letra, no perdida, sino arraigada en el corazón de uno de sus lectores.

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  8. Me siento encantada de verme rodeada de excelentes poetas y de escritores de gran sensibilidad poética. Y quiero dejarle constancia a Fernando López que sus letras perdidas también están arraigadas, por resonancia, en mi corazón.

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    1. Es verdad, Candela, que va tomando cuerpo alrededor una comunidad de letras que hace más fácil el camino de la creación. Pero los autores no serían nada sin lectores activos y cómplices como tú.
      Querida Candela, desde esta doble condición de funcionario y poeta, un abrazo fuerte y mi gratitud.

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  9. Hay autores que te cautivan, y en mi caso, uno de ellos es Fernando. Estoy impaciente por leer "La letra perdida" y será un placer asistir a su presentación en el Centro Social de Covibar el próximo jueves 13 de diciembre.

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