ENCUENTRO EN MADRID:
Actitud anímica ideal para el encuentro con Giuliana Calabrese en
Madrid. Ultima datos para su tesis doctoral sobre poesía española contemporánea. Quedo con ella en la Puerta de Velázquez, en pleno Paseo del Prado. Es
puntual y su imagen, desde el primer instante, me resulta conocida y cercana,
como si los quehaceres literarios comunes de estos meses hubiesen propiciado
una amistad antigua. La sonrisa es permanente signo de su rostro, a pesar del frío matinal de un Madrid con
gesto de invierno y lluvia. Como es su primera visita a la ciudad, propongo
un largo recorrido por enclaves cercanos. Nos acercamos hasta el Retiro, que
apenas despereza sus paseantes habituales y sus terrazas de chocolate con
churros. En una de ellas intercambiamos libros y hablamos de la revista de la
Universidad de Milán y de los trabajos de la hispanista Mariarosa Scaramuzza que
ha dedicado un amplio ensayo a Clara Janés.
Proseguimos itinerario hacia la Puerta de Alcalá y más tarde hacia el
Ateneo, con las pausas visuales que captura la acumulada curiosidad de Giuliana.
Intercalamos historia urbana y estado de la poesía actual, todo a
rebato, como si fuese posible organizar un horizonte literario del ahora en
veinte o treinta minutos. Giuliana
prepara su futuro como traductora y quiere llevar al italiano a poetas
actuales del registro realista. Me pregunta por la “poesía de la
experiencia” y por la pertinencia de la
denominación. Me hace gracia que todavía existan lectores que piensen que cada
poema es una secuencia biográfica.
Junto a los edificios más representativos del recorrido, la conversación deja paso a las imágenes fotográficas. El Palace conserva
intacto su prestigio de gran hotel, y la Biblioteca del Ateneo suscita la
ávida curiosidad de cualquier ensayista, con el montante de documentos y
primeras ediciones y con esa galería de cuadros de ateneístas insignes.
Giuliana domina varios idiomas, entre ellos el catalán, así que nos
animamos a repasar los fondos bibliográficos de la librería de CaixaForum,
antes de visitar La Central y ver la exposición permanente del Reina Sofía.
Siempre la cultura es compatible con la gastronomía y acabamos en una
tabernilla de Embajadores para reponernos del intenso paseo. Llega el momento de la despedida. Giuliana
sonríe; ningún instante del encuentro ha dejado de sonreir. Por delante nos queda un largo recorrido de amistad y poesía.
PD.- La fotografía de José Luis Morante y Giuliana Calabrese está realizada por Giuliana en la librería La Central (Madrid), el domingo 20 de enero de 2013.
¡Siempre bien acompañado! ¡Un abrazo!
ResponderEliminarQuerido amigo, ya sabes que la amistad es el mejor regalo que uno recibe cada día. Mimo a mis amigos y mis amigos me miman porque la ternura no cotiza en bolsa ni se cobra en sobres azules. Simplemente da, sin pedir nada a cambio.
EliminarSeguimos cerca, Abrazos y un montón de gracias por estar.