Disculpa, querido amigo, el tono personal de esta entrada, Estamos de aniversario y son muchas las vivencias comunes, la suma de pasos en el mismo camino. Abrazos y mil gracias.
Y tus palabras un poco de luz en la acuarela de diciembre. Gracias, Susana; Adela ha estado conmigo tantos años (teníamos diecisiete cuando empezamos a salir, estudiando en Ávila) que no entiendo la vida sin su presencia al lado. Abrazos.
Hola Sofía, buenos días. Cada vez entiendo mejor aquellas palabras de Jaime Gil de Biedma: hace de casi todo veinte años. Las mías van un pelín más lejos: "hace veinte años de aquellos veinte años de casi todo". Toda la vida. El tiempo lo sabe, Sofía, ella tenía diecisiete años. Yo también. A veces sueño que tenemos aquella edad todavía. Un beso y gracias por tanto afecto.
Hola, querido Chisme; ya ves que uno empieza a cumplir años y nunca sabe cuántas canas acogerá bajo el sombrero. De verdad, agradecemos tus palabras. Un montón.
Pues que llegue prontito; no pensaba que tu edición estaba tan adelantada. Y ahí tenemos un enlace más. No sabría vivir la literatura sin la presencia de Luis Felipe Comendador. Enhorabuena por el libro y un abrazo. Acuso recibo cuando llegue.
Gracias, querido Paco, nos ha tocado celebrar el largo trecho juntos sin nuestras hijas. Las dos están lejos, pero que cerquita han estado en nuestro día. Igual sucede con los buenos amigos, como tú. Un fuerte abrazo y muchas gracias por tus palabras.
Lo importante es caminar juntos, sentir que otros ojos miran el hermoso arco iris que conlleva también el paso del tiempo a tu lado. Me gusta la fotografía y el inspirador reloj. Un abrazo
Es una calle de Berna, con ese reloj presidiendo lo cotidiano. Fuimos hace unos años por una invitación literaria de la Universidad. Y Adela me acompañó para visitar algunas ciudades suizas. casi siempre hemos estado cerca, en los mismos sitios, con los mismos ojos, con similares luces y sombras. Gracias por el afecto, querida amiga.
Para vosotros son multicolores esas miradas del tiempo. Enhorabuena por tantos años de complicidad. <3 <3
ResponderEliminarDisculpa, querido amigo, el tono personal de esta entrada, Estamos de aniversario y son muchas las vivencias comunes, la suma de pasos en el mismo camino. Abrazos y mil gracias.
EliminarEse reloj dorado es como una estrella sobre vuestras cabezas. Enhorabuena.
ResponderEliminarY tus palabras un poco de luz en la acuarela de diciembre. Gracias, Susana; Adela ha estado conmigo tantos años (teníamos diecisiete cuando empezamos a salir, estudiando en Ávila) que no entiendo la vida sin su presencia al lado. Abrazos.
EliminarMe encanta el color que le has dado a los ojos del tiempo, vuestro compañero. :)
ResponderEliminarUn abrazo, querido José Luis
Hola Sofía, buenos días. Cada vez entiendo mejor aquellas palabras de Jaime Gil de Biedma: hace de casi todo veinte años. Las mías van un pelín más lejos: "hace veinte años de aquellos veinte años de casi todo". Toda la vida. El tiempo lo sabe, Sofía, ella tenía diecisiete años. Yo también. A veces sueño que tenemos aquella edad todavía. Un beso y gracias por tanto afecto.
Eliminar¡¡ Muchas Felicidades chavales!!
ResponderEliminarHola, querido Chisme; ya ves que uno empieza a cumplir años y nunca sabe cuántas canas acogerá bajo el sombrero. De verdad, agradecemos tus palabras. Un montón.
EliminarMi enhorabuena, José Luis.
ResponderEliminarPor cierto, acabo de volver a casa, tras dejar en Correos "mi" regalo.
Un abrazo.
Pues que llegue prontito; no pensaba que tu edición estaba tan adelantada. Y ahí tenemos un enlace más. No sabría vivir la literatura sin la presencia de Luis Felipe Comendador. Enhorabuena por el libro y un abrazo. Acuso recibo cuando llegue.
EliminarFelicidades, por un día no coincidimos, aunque no en el año. Lo dicho felicidades.
ResponderEliminarGracias, querido Paco, nos ha tocado celebrar el largo trecho juntos sin nuestras hijas. Las dos están lejos, pero que cerquita han estado en nuestro día. Igual sucede con los buenos amigos, como tú. Un fuerte abrazo y muchas gracias por tus palabras.
EliminarLo importante es caminar juntos, sentir que otros ojos miran el hermoso arco iris que conlleva también el paso del tiempo a tu lado. Me gusta la fotografía y el inspirador reloj. Un abrazo
ResponderEliminarEs una calle de Berna, con ese reloj presidiendo lo cotidiano. Fuimos hace unos años por una invitación literaria de la Universidad. Y Adela me acompañó para visitar algunas ciudades suizas. casi siempre hemos estado cerca, en los mismos sitios, con los mismos ojos, con similares luces y sombras. Gracias por el afecto, querida amiga.
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