Con voz de lluvia |
NUBES
La lluvia recurrente
conforma una viñeta melancólica
que cela ventanucos y portones
y justifica ociosas voluntades.
Inquisitivas sábanas me cubren
de tedio y soledad.
Empujan los desvelos hacia el alba.
Rememorar es grato
si la secuencia informa
que no somos estelas todavía,
una colmada sucesión de fraudes.
Al cuerpo que interroga
dicta el tiempo agresivo
preceptos irritables.
La vigilia se quiebra mientras miro
un rebaño de nubes
donde nunca rozamos.
(De La noche en blanco, DVD, Barcelona, 2006)
Cada vez que leo un poema tuyo, como éste que mo conocía, me doy cuenta de cuánto me queda por aprender de la belleza de tu palabra. A veces siento tanto haber llegado tarde a algunos poemarios, que ahora no puedo conseguir... Un abrazo, José Luis y gracias por todo lo que das.
ResponderEliminarUna de las razones del poema es el intento de crear un puente afectivo con el lector, querida María, una pasarela que lleve la palabra al corazón. Contigo, siempre. Un abrazo.
EliminarEstoy harta de nubes, de lluvia ininterrumpida, de obscuridad...
ResponderEliminarEsta vez diferimos, Tracy, mis disculpas; la nieve acaba de anular nuestro viaje a Ávila, pero es tan hermosa y necesaria como la lluvia, así que siempre es bienvenida. Abrazos con paraguas.
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