Pisadas Fotografía de Adela Sánchez Santana |
TAPIZ DE ARENA
Nada tiene sentido pues el gozo
está en el mismo gozo y no en su idea
FERNANDO PESSOA
Soy tan raro que para reconocerme
mi conciencia me pide el DNI.
Hay relaciones personales que
tienen la duración de un aforismo y menos contenido.
En la madurez los sentimientos
exigen estructuras elaboradas, escenarios con luz natural y narradores
distanciados, como pájaros inadvertidos sobre un tapiz de arena.
Se quedó solo. Ahora recupera
minerales en la galería de los desafectos.
El pudor convierte a la
confidencia en un movimiento de ajedrez.
Presencias como reglas
ortográficas; compañeros de viaje que son comas, puntos finales y puntos
suspensivos.
Quemó todas las
naves. Mientras duró el incendio percibió su calor.
Un presente incierto. Pienso en
la escritura en zapatillas y sin afeitar; sólo mis gafas mantienen una pose
aceptable.
La voluntad del cínico prefiere
ideologías de alquiler.
Futuro; esa aspirina diluida en
el agua fresca del fracaso.
Para hablar de ti, empleo un
silencio en cursiva.
Andar extraviado tanto tiempo me
deja ante tu puerta. Llamo al timbre. Espero.
(Selección propia)
Qué hermosas y qué sabias tus palabras, querido José Luis. Son poesía. Un abrazo
ResponderEliminarYa sabes que me encanta perderme, también, en tus aforismos: Tus movimientos de ajedrez, los silencios en cursiva, ese "torpe aliño indumentario" donde sólo tus gafas mantienen el tipo... Un mundo, en defintiva, que me deja formar parte de los instantes definidos en tu quehacer diario. Gracias, siempre y mi afecto.
ResponderEliminarGracias a ti, querida María, por formar parte activa de los ríos diarios, de ese cauce continuo que busca una costa habitable. Muchas gracias.
EliminarLos dos primeros me han hecho sonreír y las presencias como reglas ortográficas también.
ResponderEliminar"Para hablar de ti, empleo un silencio en cursiva" ¡qué bonito!
las palabras del aforismo no admiten mucha retórica, Tracy, solo el decir justo para que se quede entre las manos su estela reflexiva. Un gran abrazo.
EliminarMe quedo con el calor del incendio José Luis. Prefiero pensar que la vida siempre tiene más naves que ofrecerte, y tú más calor por recibir. Un abrazo
ResponderEliminarPues acepto encantado esa elección, Carmela; no soy de los que rechazan la amistad. Cada cual tiene su gusto, su incendio personal, su nube. Un abrazo.
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