miércoles, 20 de noviembre de 2019

PATOLOGÍAS DEL PODER

Artes y oficios
Fotografía
de
Javier Cabañero


PATOLOGÍAS DEL PODER

(Prosa política)

 En la definición del poder cabe todo. Y es un error considerar cerrado el concepto con rasgos únicos; simplemente las características se yuxtaponen sin lindes excluyentes.


  El alevoso president, tras una libación gastronómica a base de judías, desconoce con qué abertura corporal responderá al tribunal que juzga sus desafueros amarillos, durante la campaña electoral. Supongo que en él es un hábito confundir la fetidez de aliento con la pestilencia intestinal. Hay inteligencias con olor a pocilga.

  Leo en la Biblioteca Nacional Breve historia de la misoginia (Ariel, 2019), de Anna Caballé. No siempre estoy de acuerdo con sus aseveraciones, pero me parece un ensayo riguroso y veraz para fomentar relaciones basadas en el respeto mutuo y contener a los nuevos practicantes del patriarcado antropológico.

 Toda ideología proyecta anhelos y frustraciones; plantea la elección o el rechazo de valores éticos.

 La escritura necesita libertad creadora para materializar sus creaciones. No sé qué necesita el poder.

 Hay ideologías que precisan rehacerse. Deben pasar por el quirófano para hacerse liposucciones mentales.

 El poder es un guionista prolífico. Nunca gobierna. Solo se dedica a buscar tramas argumentales, construcciones teóricas, árboles que no dejan ver el bosque, graffitis sobre el muro.

(Apuntes de prosa política)





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