|
habitación vacía Edward Hopper |
ASCETISMO
Necesitaba
poco. Y lo poco que necesitaba, nunca lo necesitó
Su proceder fue sumando
una correcta sucesión de hábitos. Limó necesidades hasta soportar un ascetismo
extremo, de rostro sombrío, en el filo cortante de la renuncia. De noche no alteraba
costumbres. Cuando dormía vencido por el cansancio, su imaginación buscaba un
hueco propicio y en él alojaba siempre el mismo sueño.
(De Cuentos diminutos)
Más insulso que el sueño de un asceta. O ¿puede que no? Porque no se controla lo que se sueña y puede que sus pesadillas fueran opulentas.
ResponderEliminarmuchas gracias por tu lectura y un cordial saludo, con sal y afecto.
EliminarSe me antoja "cuento grande" porque es mucho lo que deja en significación y por su calidad narrativa.
ResponderEliminarGracias por tan cordiales palabras, que engrandecen el cuento con tu cercanía y tu amistad. Un abrazo fuerte desde Rivas (Madrid)
Eliminar