Escrito en la pared (Imagen de internet) |
RUIDO DE FONDO
Incapaz de resolver la patología optó por convertir su pensamiento en un andén desierto. Su existencia enfermó entonces de nadería expresiva y fueron muchos los que lamentaron el soplo de aquel acantilado ante el vacío.
Una tarde ocasional, satinada de lluvia, descubrieron mis ojos su mirar cansado. Él nada advirtió, como esas monedas que guardan un oscuro brillo entre la arena. Había anidado en su retina un alfiler frío, un punto ciego, una pared oscura que llevaba su nombre.
(De Cuentos diminutos)
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