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Antílope Cañón Arizona, USA Fotografía de Adela Sánchez Santana |
lunes, 30 de diciembre de 2024
NOCIONES DE GEOGRAFÍA
viernes, 24 de mayo de 2024
FELIX GRANDE. MEMORIA DE POETA CON LUZ
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Félix Grande (Mérida, 1937-Madrid, 2014) |
Para afrontar carencias la familia se traslada al municipio manchego de Tomelloso. Es el pueblo natal de los padres. Allí nacieron siete hijos, de los cuales mueren cuatro, y allí vivirá el poeta días infantiles, adolescencia y juventud. El ambiente rural de aquel entorno se plasma con destreza y un epitelio de idealización en La balada del abuelo Palancas, una novela concebida como crónica familiar que entrevera el recorrido de tres generaciones. En ella se expande una periferia cuajada de personajes de gran fuerza moral, frente a la deshumanización perdida en las esquinas de la urbe.
La pobreza se mitiga con una pequeña tienda de ultramarinos y algunos animales domésticos; los contados ingresos y las estrecheces obligan al padre a emigrar y a los hijos a ejercer diferentes oficios. Félix Grande será pastor, dependiente, oficinista; resuenan las dificultades para conseguir el sustento diario; la necesidad es una forma de aprendizaje.
En Tomelloso despierta el interés por los libros. Comienza con avidez la formación literaria del muchacho, alentada por el criterio de Eladio Cabañero, quien le orienta hacia los poetas del 27 y le descubre a Antonio Machado y Miguel Hernández, lecturas alejadas de los modelos inmediatos del garcilasismo oficial.
En 1957 se traslada a Madrid; cifra ilusiones en la escritura, pero subsistir exige puestos temporales, como administrativo o vendedor ambulante, hasta que en 1961 es contratado como corrector de pruebas en Cuadernos Hispanoamericanos. Trabajaría con Luis Rosales y con José Antonio Maravall, a quien sustituye, años más tarde, como director de la revista, comenzando un largo periodo al frente de la publicación que abarca desde 1983 a 1996.
En 1963 contrae matrimonio con Francisca Aguirre, hija del pintor republicano Lorenzo Aguirre, fusilado en la guerra civil. Se conocieron en el Ateneo de Madrid donde el poeta José Hierro coordinaba un ciclo de recitales en el que intervendrá un inédito Félix Grande. Al año siguiente amanece su primer libro, Las piedras, aunque sean anteriores los poemas de Taranto
Quedan para otro momento sus incursiones en la ficción, la práctica del columnismo en prensa escrita y el ensayo para explorar, como único objetivo de este acercamiento al itinerario creador, las cualidades vectoriales de su obra poética.
Taranto prologa la lírica completa de Félix Grande que la editorial Anthropos presentó en Biografía, título que reúne siete entregas. Es un homenaje a César Vallejo, fechado en 1961, que enraíza con la voz torrencial del peruano. Debe a Carlos Sahagún la admiración por el autor latinoamericano: el poeta del cincuenta se sabe de memoria composiciones deslumbrantes; algunas semejanzas biográficas, –familia numerosa, ambiente rural- y el carácter apasionado de un muchacho seducido por una estética y un lenguaje en el que cada palabra es semilla, han fomentado el magisterio de César Vallejo. En Taranto están la travesía existencial del yo y los pilares de la casa paterna, clavados con ternura y cansancio para aguantar el rigor de la pobreza.
Con un título henchido de simbolismo, Las piedras, formado por compasiones fechadas entre 1958 y 1962, fue carta de presentación. La piedra es símbolo de mansedumbre y estar, una manera de soportar el paso de los días. Las voces que resuenan en estas composiciones inciden en la meditación temporal: Quevedo, Rilke o Antonio Machado nutren el enfoque de quien sabe que el tiempo es una larga dolencia que arrastra hacia la noche tibia del olvido.
Las piedras aborda la intimidad del hablante verbal. Mantiene una cuidada expresión poética y un tono uniforme. Consiguió en 1963 el Premio Adonais. Su publicación, al año siguiente, en Rialp significó la incorporación de facto al horizonte poético nacional. La voluntad unificadora de la crítica lo adscribió en la nómina del sesenta –junto a Miguel Fernández, Ángel García López, Rafael Soto Vergés Diego Jesús Jiménez, Antonio Hernández o Manuel Ríos…- cuyos rasgos fundacionales de grupo serían: atención formal, rechazo de la comunicación denotativa, vuelta al irracionalismo y tendencia a lo real trascendido.
Félix Grande se considera un músico frustrado. Durante años aprendió guitarra, aunque nunca fue instrumentista profesional; sin embargo, su melomanía es constante en la titulación de sus entregas, en las tramas, en su tarea ensayística y en las relaciones personales con destacadas figuras de la música. El poemario que más subraya esta pasión por las estructuras sonoras es Música amenazada, libro que obtuvo el premio Guipúzcoa en 1965.
Sobrevuela un tiempo de tristeza en el ambiente inhóspito de la gran ciudad. Hay alusiones a los días de infancia y a ocupaciones humildes que se rememoran con temblor inocente. El sujeto poético parece instalado en la desgana y en la decepción. Consume en el insomnio sus recuerdos, rescata hábitos y sombras. En esta angustia, la música es sosiego. La partitura resulta un antídoto contra el principio de realidad, donde cada sujeto es un superviviente a la deriva.
Blanco Spiritual (1967) es un poemario innovador en lo formal que prosigue la línea de la mirada crítica del yo poético ante la cotidianidad. El lenguaje se hace creativo, se convulsiona la norma ortográfica, se resquebraja lo discursivo para introducir en el argumento materiales de acarreo que entrelazan sintaxis coloquial con resonancias literarias, términos cultos y versos remozados buscando una mayor intensidad comunicativa.
El avance del libro integra alusiones a narradores como Faulkner o Cortázar y a poetas como Cesare Pavese, CésarVallejo y Rubén Darío. Como el canto primigenio y dramático del negro espiritual, el poemario entona una queja honda y colectiva en el que el yo forma parte de una derrota que adviene de una miseria tentacular. La palabra da voz a los oprimidos; la mirada contempla con el ceño fruncido los rasgos de un espacio y un tiempo en el que llueve sobre mojado. Una conciencia social vigilante se implica en lo cotidiano.
Publicado en 1979 en Nueva estafeta, el breve poemario Film, escrito en 1967, se incorpora a la quinta edición de Biografía. La génesis del poema fue una circunstancia familiar cuyos efectos se fueron diluyendo al cabo del tiempo. El lenguaje cinematográfico presenta una historia amorosa cuya emotividad sufre la lógica de la reflexión. El acontecimiento sacude los sentidos hasta convertirse en material meditativo donde el yo se siente un Ulises que vuelve a la Itaca del ámbito doméstico, con la intención de recuperar los fragmentos de una rutina rota. La historia compartida se ha transformado en una elegía, en una parte de la memoria en la que se cobijan el miedo, la culpa y el conflicto de mirar hacia el mañana.
Es el único libro de Félix Grande escrito en prosa poética. La forma da un tono discursivo, como si cada texto encauzara un pensamiento. La composición final vuelve al verso libre y dirime el paso del reloj, manso e inadvertido que va acumulando vivencias, desde aquella primera luz de 1937 cuando el poeta viene al mundo, bajo el cielo encapotado de la guerra civil.
Horacio Martín es el otro, un sujeto escindido y diferente, con una entidad alucinatoria. Él será el protagonista de Las rubáiyátas de Horacio Martín en una zona existencial en conflicto que acoge huellas de la experiencia vital. Algunos de sus poemas se adelantaron en revistas antes de confluir en la edición definitiva de 1978 que añadiría el conjunto Cuaderno de Lovaina y, posteriormente, los textos de Aparición. El yo lírico traza un itinerario biográfico. Es pariente lejano del complementario machadiano Abel Martín. Pone fin a su vida, según relata Félix Grande en el liminar Sobre el amor y la separación, en 1991.
Carnalidad y erotismo son sustratos temáticos de un corpus que añade a los antecedentes culturales del poeta el legado oriental. La rubáiyáta es un poema conciso que celebra el gozo sensorial y fue cultivado con notable acierto por el poeta persa Omar Kheyyam, en el siglo XI.
Frente a la servidumbre de lo establecido, Horacio Martín opta por la trasgresión, rechaza el ensimismamiento y desafía los valores al uso alentando una moral libre en la que da cauce a la libertad del corazón.
Félix Grande justifica el devenir imaginario de Horacio Martín en una carta prólogo que incide en lecturas, hastíos, heterónimos ajenos y esa personalidad escindida en la que se yuxtaponen perfiles desconocidos. La prosa descubre los singulares rasgos de un carácter desconcertante, alude a las inquietudes de Horacio y a ese constante diálogo con la carne que se plasmará en los poemas. Los versos de la sección “Cuaderno de Lovaina” hablan de huida, angustia y soledad porque el esfuerzo de olvidar resulta baldío. En la nostalgia de los cuerpos amados hay una sensación de frío; sobre la piel se siente el abandono de la felicidad.
Otra carta, fechada en Madrid, en julio de 1976, cierra el periplo de Horacio Martín. La destinataria es Doina, esposa del heterónomo, bautizada con un sustantivo que define una música popular rumana. El añadido de “Aparición” quiebra el sosiego de Horacio que vuelve a encuadrarse en el gremio de amantes desvelados que buscan una fuerza motriz para dar cumplimiento a su destino.
La noria clausura, en apariencia, la producción poética de Félix Grande. Es una colección que resalta la diversidad de motivos por el dilatado tiempo de escritura. Está el intimismo, la veta amorosa y un florilegio de homenajes.
Figura como preludio una poética; el asunto metaliterario utiliza una prosa discursiva que permite un alejamiento de las vicisitudes del yo biográfico y un tono ensayístico de objetividad. “Mágico abuelo” rescata la sombra de Antonio Machado, arquetipo de sabiduría moldeado por el pasar de los años; el roce de su palabra se convierte en voz de compañía y remedio contra la soledad.
Se mencionan artistas plásticos, como el pintor figurativo Antonio López, junto a cantaores flamencos y poetas. En el recuerdo están Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Carlos Edmundo de Ory, o la innominada presencia de Luis Rosales en el trasfondo de “Nocturno”.
La progresiva depuración de ornatos y el tono coloquial de la nana o la canción se emparentan con algunos poemas escritos con un lenguaje preciso y directo.
El cauce expresivo es polimorfo y hay composiciones que nacen como ejercicios miméticos: “Las nanas de la cebolla” de Miguel Hernández inspira “Las nanas de la metralla” y una situación semejante se produce respecto a las odas elementales de Pablo Neruda. Otra poética, esta vez en verso, más existencial que lingüística.
Tras más de tres décadas de silencio poético, ha sido una sorpresa que la obra reunida en Biografía se prolongara, en la edición auspiciada por Galaxia/Gutenberg, con el poemario de casi mil versos La cabellera de la Shoá. El largo aliento de la composición tiene como detonante concreto la visita del poeta al campo de exterminio nazi de Auschwitz. Allí descubre horrorizado casi dos toneladas de pelo de mujer que son la prueba tétrica del más repulsivo horror y la barbarie. Esa percepción convulsiona la quietud de las palabras que vuelven a aflorar, integradas en una cadencia de letanía solemne y versicular.
Un año después cierra la obra lírica del escritor Libro de familia. En él toma cuerpo la voz evocativa. Con insoportable claridad, regresan desde el pasado las cicatrices frescas de los días, esas fotografías en blanco y negro del desamparo que pueblan los corredores de los días de infancia, que nunca fue ese espacio áureo de la inocencia ilusa sino el cauce en estiaje de vivir a la contra. La poesía de Félix Grande alienta un protagonista poemático implicado en las circunstancias históricas. Su palabra se torna rebeldía contra la condición de ser, impregnada de temporalidad. En su poesía está la palabra necesaria, la trama de vivencias, fracasos y logros que teje la existencia, una existencia que el 30 de enero de 2014 cumplía el brusco abatimiento del final.
jueves, 11 de enero de 2024
NOCIONES DE GEOGRAFÍA
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Cartografía del corazón |
NOCIONES DE GEOGRAFÍA
Mientras la noche se abre en las esquinas
FRANCISCA AGUIRRE
Los más reputados cartógrafos de
A ubicaron el paraíso en B. Mientras, afamados estudiosos de B precisaban en A
la ubicación exacta del paraíso. En C nunca hubo nociones geográficas unánimes:
unos se inclinaban por ubicarlo en A, no faltaban los que insistían en señalar
las coordenadas en B y ganaba adeptos un tercer grupo que prefería no
decantarse porque alimentaba la sospecha de que el paraíso no estaba en
ninguna parte.
(De Cuentos diminutos)
domingo, 1 de octubre de 2023
GEOGRAFÍA ELEMENTAL
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Cartografía antigua Yucatán, 1500 d.c. |
NOCIONES DE GEOGRAFÍA
Mientras la noche se abre en las esquinas
FRANCISCA AGUIRRE
Los más reputados cartógrafos de
A ubicaron el paraíso en B. Mientras los afamados estudiosos de B precisaban en A
la ubicación exacta del paraíso. En C nunca hubo nociones geográficas unánimes:
unos se inclinaban por ubicarlo en A, no faltaban los que insistían en señalar
las coordenadas en B y ganaba adeptos un tercer grupo que prefería no
decantarse porque alimentaba la sospecha de que el paraíso no estaba en
ninguna parte.
(De Cuentos diminutos)
miércoles, 24 de mayo de 2023
ROSANA ACQUARONI. 18 CIERVAS
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18 ciervas Rosana Acquaroni Bartleby Editores / Poesía Madrid, 2023 |
MÁS ALLÁ DEL REGRESO
viernes, 24 de junio de 2022
NOCIONES GEOGRÁFICAS
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Tierras de Nippur Cartografía Antigua |
martes, 14 de diciembre de 2021
NOCIONES DE GEOGRAFÍA
Itinerarios Imagen del archivo Istockphoto |
sábado, 23 de enero de 2021
FRANCISCA AGUIRRE. ÍTACA INTERIOR
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Francisca Aguirre (1930-2019) |
Aquel libro nos dejaba elementos perdurables en la poesía de Francisca Aguirre -intimismo, autobiografía, indagación existencial, sentimientos y relaciones entre el otro y el yo- y sobre todo marcaba las coordenadas de un perfil creativo que en arranque del siglo XXI podemos abarcar en toda su dimensión, cuando se publica Ensayo General, una compilación de trayecto que acoge la poesía escrita entre 1966 y 2000. La sobria edición de Calambur se abre con un extenso trabajo de Emilio Miró titulado “Mester de vida” que analiza este largo tránsito creativo.
Ítaca está impregnado de simbolismo. La patria de Ulises es isla refugio y espacio de regreso, pero también encierro y soledad para una Penélope condenada a una larga espera. Comprimida por un anillo de agua, Ítaca es desolación que conserva los ecos y ha perdido las voces, un gran mirador para otear el horizonte o mirar la estela de los náufragos. En esa latitud del abandono, Penélope, alter ego de la autora, nos traza su panorama existencial desde la memoria y desde las paredes de ese vacío cotidiano que nos deja la ausencia de verdades. Cierra este libro umbral una colección de aforismos que condensan toda la meditación existencial abordada en las composiciones. Al ser reeditado en 2017, Ítaca incorpora un prólogo firmado por Marta Agudo en el que se resalta el tono angustiado del hablante poético y la actitud de espera. Quien aguarda es el sujeto paciente, encerrado en sí mismo en una Ítaca interior, que borra cualquier decepción para dar sentido al regreso.
También florecen en el libro la mirada social-una perspectiva condicionada por la ausencia del padre y la durísima posguerra- y la preocupación metapoética. Oficio de tinieblas denomina Francisca Aguirre al recado de escribir y se nos expone otra convicción: es imposible escribir una poética que no sea aquella que nos ayude a calcular la zona de vacío que discurre entre la vida y la muerte.
La música, recibida como una lluvia germinadora, es el motivo central de la tercera colección, escrita entre 1970 y 1974, titulada La otra música. Ritmo y vida se emparejan a través de imágenes y metáforas que reconstruyen el clandestino pentagrama del azar cotidiano: la soledad, el miedo, los reencuentros y las despedidas.
En Ensayo general -premiado con el Esquío de poesía- asistimos a los pormenores de una representación teatral en la que primero se nos presentan en clarificadores monólogos dramáticos los personajes que pueblan el escenario -sombras clásicas como Casandra, Cronos o el coro...- y en la segunda parte, en boca de la troyana, se recorre un argumento nucleado sobre la relación de pareja.
El libro que ha servido a la autora para denominar a su obra completa presenta destacables novedades formales: los poemas de la primera parte están escritos en prosa poética, mientras que en la segunda es el soneto la estrofa utilizada, hasta el epílogo.
Pavana para el desasosiego rastrea la historia que hay detrás del tiempo. En él la escritura se convierte en un inventario de apariciones porque la palabra es restitución. Detrás de los espejos, al borde de la música, las cosas que se han ido todavía nos hablan en un suceder previsible en el que sólo el amor nos desasosiega y nos somete al ritmo lento y pautado de una pavana.
Toda recopilación es un balance de resultados. Por tanto su lectura tiene el sesgo crepuscular del trayecto cumplido. Ante la obra de Francisca Aguirre el lector tiene la idea de que el ayer es herencia viva, un río cotidiano cuyas aguas nos mojan a cada instante. El otro gran legado de su poesía es la mansedumbre de la música, fondo sonoro que aviva la inquietud de la memoria.
Prosigue senda en 2006 con La herida absurda, cuya semántica nocturnal es evidente. Existir es un continuo ejercicio de respirar dolor, un gesto asmático que tiene el regusto de la sangre. No hay corazón indemne; todos habitamos la ausencia. Son pocos los poemas exentos de esta impresión tenebrista: “Al parecer sólo se alcanza el paraíso / tras haber habitado una gran temporada en el infierno “. La existencia niega y duele, es un extraño sitio donde las ilusiones nunca se cumplieron. Paul Celan abría un resquicio a la esperanza recordando que queda algo de lenguaje y algo de destino; de ese modo “Transparencias”, tramo final del poemario, argumenta en torno a la evocación, la reivindicación de la inocencia en los ojos de un niño o la ciega esperanza del sosiego: “Definitivamente amo / el escándalo deslumbrante de la vida: / muy pocos paraísos comparables / al asombro que nos regala la existencia…”
Con Nanas para dormir desperdicios consiguió en 2008 el Premio Valencia de Poesía. En este poemario se hace evidente un cierto tono irónico. Concede a los textos un tono evocativo y distanciado que permite la objetivación frente a la contemplación de lo real. Si la temporalidad es tránsito y terco caminar hacia la nada, la existencia apenas deja entre los dedos una estela gastada de desechos, una incisión leve que solo es posible recuperar mediante la palabra. de este modo, el poema se hace cántico para que la música redima y dé amparo a tanto escombro. Al cabo, el desperdicio mayor es la pérdida, ese incontinente diluirse en la nada como si lo vivido fuera un sueño cuyo tacto apenas nos rozó.
La poeta abre un nuevo estrato argumental en Conversaciones con mi animal de compañía (2013), donde la vertebradura autobiográfica se mitiga para mantener un diálogo socrático con el gato. Apacible y manso, ejemplo de sosiego y ternura, el gato despierta un largo viaje a las reflexiones del devenir. Pero el empeño no es tan sombrío como en otros textos, la caricia y la piel tan cálidas y cercanas en el estar diario dan paso al humor y a un mediodía en el ánimo más dispuesto a la confidencia y al disfrute de las pequeñas cosas del entorno.
El mismo año ve la luz la antología Detrás de los espejos (1973-2010), un recuento parcial, y algunos de sus poemarios se traducen a ámbitos cercanos como el francés o el italiano, lo que difunde un viaje singular a la palabra que siempre acerca a la condición humana.
El cauce poético de Francisca Aguirre, compilado en enero de 2018 por la editorial Calambur en el volumen Ensayo general. Poesía reunida 1966-2017 avanza con un empeño indagatorio. El yo mira tras los cristales del destino; percibe en los trazos del entorno los signos de un discurrir maltratado por la decepción y el desamparo. El poema entonces se hace vigilia, regresa a la memoria, tantea en los rincones de la incertidumbre hasta mostrar su carne mortal, el nido frágil de una urgente esperanza.
viernes, 7 de junio de 2019
CARTOGRAFÍA DEL PARAÍSO
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Map of the province of Sounth Carolina James Cook, 1775 (Archivo cartográfico de La Biblioteca Nacional, España) |
domingo, 14 de abril de 2019
FRANCISCA AGUIRRE. HOMENAJE
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Francisca Aguirre (1930-2019) (Madrid, imagen de La Razón |
miércoles, 2 de enero de 2019
GEOGRAFÍA AÉREA
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Equidistancias Fotografía de Javier Cabañero Valencia |
miércoles, 21 de noviembre de 2018
FRANCISCA AGUIRRE: PREMIO NACIONAL DE LAS LETRAS 2018
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Francisca Aguirre (Alicante, 1930) |