FIGURACIONES Y CERTEZAS
Viajo mucho a ciudades distintas
y lejanas, pero casi nunca abandono la habitación del hotel donde me alojo. Es
una costumbre arraigada. Nació el día en que encontré en el espejo de mi cuarto de baño el rostro del
huésped anterior. Fue él, con gesto tranquilo, quien me desveló su identidad y
quien, tras una larga charla cuajada de interés, me facilitó el contacto con
huéspedes encerrados en otros espejos. Todos resultan interlocutores amenos,
que buscan el aire fresco de la confidencia.
Sigo en ruta. También la soledad
en los espejos es una calle que espera transeúntes.
(De Cuentos diminutos)
Quién no ha charlado ante un espejo. Luego, si alguien nos ve, decimos que hablábamos solos. Un abrazo.
ResponderEliminarEl alquiler en la lísura mansa del espejo no sigue las leyes del mercado ni requiere monedas de uso, así que hay que acostumbrarse a visitar sus espacios interiores con más frecuencia. Un gran abrazo.
EliminarInquietante mirada interior. Un abrazo José Luis.
ResponderEliminarSí, las miradas al yo requieren profundidad y perspectiva; son la mejor manera de encontrar dentro afinidades y disonancias. Un gran abrazo, poeta.
EliminarMe ha pillado, me he quedado con ganas de más, pero claro si hubiera más, no sería "diminuto"
ResponderEliminarHabrá que ensanchar las lindes del próximo relato, querida Tracy, en la literatura el lector siempre tiene razón y una lectora como tú dicta cualquier sugerencia. Ya me aplico con un gran abrazo anticipado.
EliminarEl que fuimos ayer nos reclama, el que seremos mañana nos predice y el espejo es nuestro universo... Precioso microrelato. Feliz domingo.
ResponderEliminarHola Jesús, los espejos son un elemento continuo en la tradición literaria y yo me siento bien en el frío de sus incertidumbres. Mil gracias por tan sugerente comentario.
EliminarQué bonito relato. Siempre con ese deje inmaterial en el que nos arrastras a un mundo interior, que nos ofreces sin más. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarHola Paco, ya sabes que la literatura tiende al matiz, a prolongar el interés del lector más allá de lo previsible. Un gran abrazo y muchas gracias por tu compañía.
EliminarNunca somos la misma persona,la vida nos va cambiando... Sería interesante que el espejo nos permitiera charlar con nuestros yos pasados.
ResponderEliminarMaravilloso , José Luis.
Feliz semana para ti.
Sandra.
Hola Sandra, qué tal va todo; el domingo clausura su camino y casi siento al lunes, así que entre espejos un gran abrazo y el mismo afecto de siempre.
EliminarPercibo en este relato conciso e inquietante, la huella del gran autor argentino Jorge Luis Borges. Me gusta y mucho.
ResponderEliminarBesos
(Llevo unos días que quiero poner en mi blog una entrada con tu poema "El arte de vivir los lunes", supongo que no tendrás inconveniente. Si es así me lo dices y lo retiro)
Hola, Luz, gracias por percibir en el relato un eco de Borges. Magisterios así no hacen sino llenarme de alegría. Lo mismo sucede por tu interés con el poema. Es un privilegio. Y estoy muy agradecido por tu inciativa. Así que una vez más solo darte las gracias. Te avisaré de la presentación del nuevo libro por si te animas a venir a Rivas. Besos.
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