jueves, 31 de enero de 2019

REMEDIOS SÁNCHEZ. ASÍ QUE PASEN TREINTA AÑOS...

Así que pasen treinta años...
Historia interna de la poesía española contemporánea
(1950-2017)
Remedios Sánchez
Ediciones Akal
Madrid, 2018


HISTORIA INTERNA DE LA POESÍA


   Profesora titular de la Universidad de Granada, impulsora de los estudios Juan Valera en la encrucijada (2013), Humanismo Solidario. Poesía y compromiso en la sociedad contemporánea (2014), El canon abierto. Última poesía en español (2015), Palabra heredada en el tiempo. Tendencias y estéticas en la poesía española contemporánea (2016), coordinadora del balance Nuevas poéticas y redes sociales (2018), autora de prólogos, e impulsora de la revista en papel EntreRíos, Remedios Sánchez (Barcelona, 1975) ha hecho del cauce lírico contemporáneo y su historiografía un persistente núcleo reflexivo.
  Retorna exploración en el volumen Así que pasen treinta años… que aporta subtítulo clarificador: Historia interna de la poesía española contemporánea (1950-2017). El sondeo comienza con la segunda generación de posguerra, cuyos creadores, “los niños de la guerra”, soportaron en sus biografías las drásticas vivencias de la contienda fratricida y los contundentes efectos secundarios: la dictadura, el exilio, los desgarros afectivos y la fragmentación del clima cultural. El periodo acotado abarca hasta el ahora, un estar marcado por la eclosión tecnológica y la imposición de internet que crea un espacio visual normalizado de brotes digitales.
   Remedios Sánchez opta por organizar su estudio en puntos de fuga, con autonomía de contenidos. De este modo, el índice general recoge en los asuntos conceptuales el concepto de canon, el inacabable debate sobre las generaciones literarias y la idea del compromiso, junto a miradas sobre la temporalidad poética, con hitos básicos como la poesía social, la epifanía de los novísimos, la irrupción de la otra sentimentalidad, el belicismo literarias por ocupar planos de la escena lírica y los estratos creadores de las generaciones del siglo XXI. Además inserta una  bibliografía notable, aunque faltan algunos títulos de estudios básicos para conocer el legado intersecular.
   No hay sorpresas en el enfoque. La investigadora busca una exposición didáctica y razonada, sobre el trazado básico y canónico. Por ello, el libro adquiere un valor aclaratorio que define los parámetros de nuestra poesía en el tiempo con sus protagonistas más cualificados. En la presentación, la autora subraya el decisivo aporte del profesor Juan Carlos Rodríguez: el discurso literario nace como fruto de condicionantes ideológicos y contextuales; expresa la identidad personal y el modo del pensamiento en íntima textura con el devenir histórico. La realidad se impone en la escena creativa y la mirada crítica, si quiere ser objetiva y clarificadora, ha de integrarla siempre en su panorámica.
  El dibujo general del entorno poético no se puede desvincular del concepto de canon. Es el punto de partida estético que define una época y el que sirve de norte para delimitar una selección representativa. Hay que asumir que los valores poéticos son cambiantes y relativos, fluctúan y tienen una vigencia transitoria. Sin embargo, son útiles para construir las generaciones literarias, las fotos corales que permiten agrupamientos colectivos, desgajados después en individualidades.
  Para abordar la generación del 50, junto a otras fuentes complementarias como las páginas autobiográficas de Barral, Caballero Bonald y Jaime Gil de Biedma, es insustituible la vía de acceso creada por Carme Riera. A ella recurre la ensayista para abordar las contingencias y el desarrollo orgánico del núcleo generador de la Escuela de Barcelona, con la incorporación al mismo de  Ángel González y José Manuel Caballero Bonald. Recuerda además el efecto discursivo en los idearios estéticos abierto por la cuestión definitoria de la poesía como conocimiento o comunicación. Se investiga también la ascendencia de sus cabezas principales en las promociones más jóvenes, en las que resaltan los magisterios de Jaime Gil de Biedma y Ángel González en la Otra sentimentalidad y en la estela de la poesía de la experiencia.
   El pensamiento teórico de Castellet, en giro sorprendente, ya que había sido un tenaz defensor del realismo y el crítico por excelencia de La Escuela de Barcelona, visualizó la generación veneciana a través de la antología Nueve novísimos poetas españoles que, en muy poco tiempo, se convirtió en epicentro del clima poético de los setenta, inaugurando un verdadero monopolio estético. De sus efectos mana una incontable epigonía que solo a mediados de los años ochenta encuentra deltas nuevos.
   Entre ambas estelas, Remedios Sánchez aborda el legado de la generación del 60, un grupo intermedio cuya presencia en los estudios literarios, a pesar del aporte de dos de sus nombres más conocidos: Félix Grande y Antonio Hernández, suele ser muy poco estudiada. Casi el efecto contrario se produce con los integrantes del grupo granadino de La Otra Sentimentalidad, cuyos primeros frutos poéticos han dado pie a notables ensayos en estudios y revistas, antes de integrarse en la corriente mayor de la poesía de la experiencia, etiqueta crítica esencial para estudiar las décadas finales del siglo XX. Son décadas que apuestan por la diversidad, que siembran incansables polémicas y que establecen trayectos singulares que parten de etiquetas globales como la poesía de la experiencia, la poesía del silencio, los poetas de la Diferencia o aventuras estéticas de menor calado como el Sensismo o la Poesía de la conciencia. En cualquier caso, la ensayista afronta un amplio despegue en sus indagaciones y clarifica el sentido transitorio de algunas premisas conceptuales que solos se hacen fuertes en el poema. Ahí quedan episodios como el perfil revolucionario de Alicia Bajo Cero y su confrontación directa con las líneas de poder de la poesía de la experiencia, o la mirada a “Voces del extremo” en cuya nómina se olvida de nuevo a Luis Felipe Comendador, cuya labor ha sido esencial en el colectivo por su papel de editor y por su propia poesía, un ejemplo de realismo descarnado y crítico, con un amplio conjunto de libros publicados.   
  Los años noventa exigen una reinvención de estéticas agotadas; así lo vaticinan sondeos críticos que constatan el agotamiento de estrategias figurativas y la necesidad de trascender el enfoque realista, inaugurando perspectivas epifánicas. La tendencia vertebradora de la poesía de la experiencia se fragmenta. Nacen otros modos de afrontar el poema; es un tiempo plural, con trasversalidad expresiva y argumental. Y así se escribe en los recuentos críticos. Lo mismo se percibe en el inicio del siglo XXI en que abre campo una visión plural en caminos transitables heterogéneos, con estéticas alternativas, con una concepción dialéctica de la realidad, que insta a encontrar los límites y las posibilidades expresivas del discurrir lírico.
 Se hace un verdadero hincapié en la nómina integrada en Poesía ante la incertidumbre, cuya repercusión ha sido mucho más sísmica en Latinoamérica que en las estanterías foráneas, donde no ha pasado de ser un fenómeno promocional, y se aborda de forma muy tangencial el discurso crítico de los integrados por Rafael Morales Barba en las poéticas del malestar
 Es un hecho lógico; cada generación postula una presencia fragmentada, en la que yuxtaponen fórmulas dispares al marcar los códigos escriturales del nuevo siglo. De esa primera colectividad digital dio cuenta la antología Re-generación, -de la misma no hay rastros en los contenidos ni en la bibliografía- un compendio de veinticuatro nombres que conforma la vanguardia lírica más sólida. Entre los protagonistas del primer lustro del siglo XXI se recogía a Diego Álvarez Miguel, a quien la ensayista convierte en acicate fuerte de la tradición canónica frente al impulso del mercado de poetas urgentes que convierten la red en un altavoz de creaciones y ventas, con una extensa legión de seguidores. Más allá de propiciar un cauce de ganancias contables, a la crítica en general no les interesan lo más mínimos, porque la poesía o es poesía o no es, aunque venda y gestiones un respiro económico saludable. 
  Analizar con sensibilidad crítica en un periodo temporal tan amplio requiere estudio, rigor e independencia. Son premisas que cumple con acierto Remedios Sánchez, al abordar el paisaje polifónico de las últimas décadas. El resultado en un volumen ágil, de avance natural, que sistematiza y define la herencia en el tiempo de la lírica contemporánea en castellano. Así que pasen treinta años... reivindica una cronología creativa que hace del canon un rescoldo vitalista y cambiante, un proyecto babélico, complejo, en construcción.




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