sábado, 1 de febrero de 2020

JOAN MARGARIT. VIAJE HACIA LA SOMBRA.

Viaje hacia la sombra
Joan Margarit
Edición, introducción y selección
de
Lina Rodríguez Cacho
XXVIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana
Ediciones Universidad de Salamanca Patroimonio Cultural
Salamanca, 2019

INCERTIDUMBRES


  Frente al rocoso objetivismo de los estudios críticos que posiciona la empatía en la media distancia, Lina Rodríguez Cacho, en la introducción de Viaje hacia la sombra, muestra su plena complicidad afectiva con el itinerario poético de Joan Margarit y concreta que el magnetismo arranca desde los poemas del libro Misteriosamente feliz (2009). Al analizar el contexto histórico todavía perdura aquella conmoción en el ánimo y la cercanía a la fertilidad creadora del poeta catalán nacido en Sanaüja (Lleida), en 1939. La investigadora reivindica también el placer del texto; de modo que su estudio no está nunca lastrado por el pie de página y la nota erudita y abundan, en cambio, los poemas que clarifican  ideas o llevan a escena consideraciones biográficas.
  En palabras de Lina Rodríguez Cacho Viaje hacia la sombra es una colección de amparos –qué hermosa definición sobre el sentido catártico de la poesía- expuesta con dureza y claridad. Sobrevuela la lucidez de quien conoce los laberintos interiores, sus relieves y contraluces, sometidos a un intenso ejercicio de introspección. Así nace un quehacer que arranca en 1968, con el libro Cantos para la coral de un hombre solo, publicado cuando el poeta tenía 23 años. Todavía es un mero ejercicio de tanteo que no refleja las connotaciones plurales que alcanzará en el devenir la creación poética. Desde 1963 a 1979 suma cuatro libros, de los cuales será Crónica la entrega epifánica, un título de amanecida porque en sus poemas se oye la voz singular que anticipa los pasos siguientes, ya escritos en catalán y sometidos a severa revisión. Los poemas supervivientes se acogen en Restos de aquel naufragio y bajo ese rótulo se integrarán como versión definitiva en su obra completa.   
  Su tenacidad bilingüe cimenta un ideario estético que en Viaje hacia la sombra se organiza en seis estancias. La producción se agrupa temáticamente, superando el flujo continuo de cada poemario y su discurrir diacrónico. Las estancias son cuartos interiores, “residencias prolongadas del poeta en determinados lugares de la memoria, de los afectos, del dolor y aun de la desolación”, una crecida verbal sin ataduras preconcebidas y sin moldes divisorios. La casa conforma un completo plano de habitaciones y puntos alternativos en los que habita el hablante lírico, casi siempre en un estado de incertidumbre.
  Los espacios argumentales arrancan con “Ciudades: querencias, heridas”. Es innegable el absoluto predominio de una poesía urbana en la lírica de Margarit, pero el molde cívico resulta complejo y contradictorio; a veces es Barcelona la ciudad arquetípica; y el poema explora sus lugares más conocidos, aunque sin apuntes idealizados; otras veces la ciudad es un espacio erosivo, de soledad y decepción, o un lugar habitable que cobija esas historias de amor atemporales que sobreviven en la evocación oscurecida.
  Tras la guerra civil, en la larga etapa de la autarquía, confluyen el maltrecho deambular colectivo y la desolación personal. Es un intervalo que oculta la noche oscura de los vencidos. De su duración y desvarío hablan muchas de las composiciones acogidas en “Posguerra”. El miedo y el rencor se han acostumbrado a hablar entre líneas; en voz baja se asume la derrota. La decepción es un yo desdoblado que  sobrevive y busca sentido tras la introspección al discurrir de un tiempo que acumula hábitos y decepciones.
  Es preciso recalcar que no hay nihilismo en la poesía de Joan Margarit sino convicción de que es posible dormir bajo techo. En el apartado “Refugios” los poemas recrean aquellos conceptos que se hacen tangibles en la amanecida y dan cobijo y luz. Así nacen sendas argumentales como la música y el jazz, el amor, el patrimonio intacto del recuerdo o los lugares que fueron ampliando su hospitalidad para que las etapas vitales hallasen sitio frente a la intemperie.
 “Ellas” aglutina los perfiles plurales de identidades femeninas que fueron compañía y fortaleza porque lograron crear en la infancia, o en el azaroso camino de la madurez los itinerarios más cálidos de la verdad y el afecto, un estar carente de grietas. La abuela, que vivió los efectos abrasivos de la guerra civil, la madre solitaria de los días de posguerra, el amor de Mariola o Joana son los nombres propios del poema. 
  El expresivo lenguaje del tiempo se define en la poética de Margarit con un amplio abanico de símbolos y metáforas. Esa honda reflexión sobre el tránsito continuo busca representación en el apartado “Las enseñanzas de la edad”. Como un redoble de conciencia, los poemas constatan un pensamiento en guardia ante el implacable mordisco del tiempo.
   Por último, la escritura recuerda que el sujeto biográfico habita la casa de la palabra. Viste los versos con su experiencia existencial y los aportes culturales de su senda cognitiva. Como un espejo, la grafía versal conforma un desvelado autorretrato. Ese encuentro del yo consigo mismo encalla en los poemas recogidos en “Autorretratos”. Ellos completan el tramo final de la antología que se cierra con el poema inédito “Conciertos”.
   La poesía de Joan Margarit deja en su avance la noción de continuidad, una entidad unitaria. Esa continua fidelidad se percibe en el corpus acogido por la profesora y ensayista Lina Rodríguez Cacho en Viaje hacia la sombra, tan inseparable del contexto biográfico y del indeclinable sentido de la ética. Frente al arrastre temporal, los versos expanden una función catártica. Sus palabras reclaman oxígeno y claridad, la precisión constructiva de la palabra justa.




4 comentarios:

  1. Autor genial al que da gusto volver...
    Gracias.

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    1. Totalmente de acuerdo, Clarisa, la poesía de Joan Margarit invita a un continuo regreso. En esta edición Lina Rodríguez Cacho pauta los andenes temáticos para que el viaje cumpla una trama argumental llena de vivencias emotivas, llena de luz. Muy agradecido por tu comentario y por caminar por estos puentes de papel. Un gran abrazo

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  2. Magnifica reseña, como siempre un placer leerte.
    Gracias por esta enseñanza de los grandes.
    Un abrazo grande.

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    1. Gracias entrañables por tu amistad, Faustino Lobato, y un placer nuestro encuentro en Cáceres en todos los sentidos; es hermoso sentir la buena compañía en cada itinerario personal. Feliz jornada.

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