jueves, 4 de agosto de 2022

LECTURAS DE VERANO (Entrevista)

Desayunos en la hierba
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

Una conversación con  José Luis Morante

Tasio Luna

 Agosto comienza senda en este verano de normalidad y regreso a los hábitos de siempre, tras el paréntesis pandémico, y el móvil permite una conversación sosegada con el poeta y crítico abulense que pasa unos días familiares junto al mar, aunque mantiene activo su blog “Puentes de papel” ese escaparate de novedades al paso.

  ¿Cómo vive este tiempo de desasosiego general, con derecho a queja continua?
 
La idea de Jorge Manrique sigue en alza. Parece que cualquier tiempo pasado fue mejor; pero problematizar la realidad solo lleva a la saturación informativa y a la intemperie de la depresión; en lo personal, aunque no soy ajeno a las contingencias que zarandean nuestro presente, siempre procuro percibir el entorno con retina optimista, que aloje unos hilos de luz.
 
 
 Sin embargo, los titulares informativos descabezan cualquier optimismo, son empeños diarios en dibujar sombras.
 
Hay secuencias reiterativas que son de obligatorio consumo: la guerra de Ucrania por la infame voluntad expansiva del dictador ruso, los incendios forestales, que son sumas de ineficacia en la gestión ambiental y en la prevención a largo plazo y que tienen un incomprensible componente humano en los pirómanos, esos seres abyectos de cerebro enfermo. Pero el fluir existencial también arrastra claridad y transparencia, esas aguas de la convivencia sentimental, la cultura y el ocio. Hay que seguir nadando, incluso a contracorriente.
 
Hace poco leía un aforismo suyo en “Puentes de papel” que me encantó. Percibía el tiempo como una pautada transición entre sombrillas y paraguas…
 
Muy agradecido por ese recuerdo; esa imagen nació de una de mis lecturas de verano, del libro Diario de K. 2010-2022, de Karmelo C. Iribarren; es un poeta excelente y además un gran pensador desde la estela mínima del aforismo; en sus poemas el paraguas es un elemento de uso común, como lo son el mar, la lluvia, la soledad o la mesa del bar frente a un café que actúa como aquella magdalena de Proust que invita a la recuperación del tiempo perdido.
 
¿Qué otras lecturas comparten sitio a pie de mar?
 
Por un trabajo profesional pendiente, me acompaña una selecta colección de libros de la poesía más joven, la que se editó en 2021. Desde mis primeros años de crítico literario, me ha parecido una tarea fundamental oír la respiración poética del presente, ver cómo se renueva la creación incorporando rupturas y matices; así que  el menú principal son los poemarios más recientes y sus actores de reparto.
 
 
¿Sólo poesía a diario?

Aunque así fuera, no sería ninguna monotonía ni abriría callejones de sombra al aburrimiento; leer poesía es el sustrato natural de mis tareas desde hace más de treinta años. Pero también he traído algunas revistas literarias (Turia, Paraíso y 143), cuyo paisaje plural fortalece el conocimiento de otros géneros. La literatura tiene una identidad múltiple y es una suma de protagonistas y secundarios.
 
Los que suponen la inutilidad de la poesía, critican en las redes sociales su condición elitista y minoritaria, incapaz de conectar con los intereses del público. Asocian las preocupaciones literarias al elitismo intelectual o, sin más, al postureo vanidoso. Algo que decir al respecto…
 
Claro que sí. Hay demasiada gente empeñada en decirnos cómo debemos pensar, cómo debemos ser, qué temas son prioritarios. Y a mí el gregarismo del grupo y el asentimiento a sus voceros me parece la razón más sólida para hacer exactamente lo contrario, lo que me dicta mi forma de estar en lo diario, Así que pleno empeño en ser yo, una labor difícil que exige no perder ni dos segundos en demostrar nada a nadie, salvo a la buena gente que entiende la poesía al modo de Fernando Pessoa: como una manera de estar solo.  
 
Tasio Luna
 
Oropesa del Mar, Castellón, agosto de 2022
 

 

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