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Playa de la Concha Oropesa del Mar, Castellón Fotografía de Oficina de Información Turística |
LA
ESCRITURA Y SUS DEMONIOS
MARIA
PAZ G. SANTANA.
La biografía profesional de José Luis
Morante (El Bohodón, Ávila, 1956) integra casi cuatro décadas de dedicación a
la docencia y una prolija cosecha literaria que multiplica géneros y
publicaciones. Con el poeta abulense hablamos en su retiro de Oropesa del Mar,
en Castellón, donde continúa con los hábitos de siempre: lecturas, reseñas
críticas y creación personal, mientras completa sus compromisos literarios de
otoño.
¿El
escritor vive de espaldas a lo diario?
Lo cotidiano es el gran escaparate que
surte la despensa creadora del escritor. Por tanto, congeniar con lo
contingente es una tarea ineludible, que no admite excusas. Quien habita el
taller literario no es un misterioso ectoplasma, es una presencia que está
dentro de lo real y lo doméstico constituye su medio natural, su casa.
¿Qué
impulsa a escribir?
Se me disculpará esta enumeración caótica.
Vivencias, lecturas, emociones, imágenes, audiciones musicales, obsesiones,
carencias y estados de ánimo. Un semillero tan fértil que a diario multiplica su onda expansiva.
¿Hay
cárceles de tinta?
Claro, la literatura también tiene sus
callejones sin salida. Hay que saber escapar de la prepotencia intelectual, a
la que nos tienen tan acostumbrados los erasmus del dogmatismo y los
multipredicadores domésticos; y hay que buscar salidas de urgencia al plagio y
al autoplagio, que es una forma extrema y lastimosa de la reiteración. La
crecida digital ha multiplicado otras trampas: la manipulación ideológica,
la desinformación laberíntica y la codificación de un pensamiento único,
uniforme, aséptico, de digestión apresurada.
¿Qué
queda por aprender, tras una trayectoria tan poblada?
Casi todo, no se debe renunciar jamás al
aula abierta del aprendizaje; la realidad está llena de recovecos inexplorados
y guarda dentro un paisaje transcendido que integra otros itinerarios
insólitos. Así que el nomadismo es condición natural de quien escribe.
¿Indicios
de nuevos proyectos?
El tiempo de otoño añade una nutrida
página de novedades; hay algunas ediciones a punto de salir, en noviembre sale
un nuevo poemario en Puerto Rico y conspiro para que una antología vea pronto
estación de llegada en una editorial madrileña. En fin, el sosiego de los
termómetros otoñales será necesario para afrontar tantas tareas pendientes.
Gracias
por buscar un hueco a mis preguntas en este lugar que solo invita a mirar las
olas
El diálogo con el mar siempre es
compatible con las palabras. El tiempo vacacional cambia las localizaciones,
pero preserva los hábitos y yo, como afirmara G. K. Chesterton, “Nunca he
tomado en serio mis libros, pero tomo muy en serio mis opiniones”. Muchas
gracias por la buena salud de las preguntas.
Muy agradecido a la periodista y profesora María Paz G. Santana por esta entrevista y mis disculpas por la demora; prefiero siempre responder por escrito; creo que son más meditadas las respuestas, lejos del paso improvisado de la conversación telefónica. Un placer volver la mirada al quehacer literario de tantos años.
ResponderEliminarUna muy Interesante entrevista tan cerca del mar que siempre nos inspira, además de refrescarnos. Me encantas tus respuestas. Abrazo desde Granada la bella.
ResponderEliminarGracias por tu afecto literario y por compartir las incertidumbres diarias de la escritura; creo que somos afortunados al escribir; es una tarea que nos invita a recorrer caminos de belleza, zonas de luz. Feliz verano, querida poeta.
Eliminar👏👏👏
ResponderEliminarMuchas gracias por tu apoyo lector y por cruzar juntos por las palabras de la escritura, al cabo no son sino puentes de complicidad y alegría. Gracias de nuevo.
EliminarQué motivador, eso de "no se debe renunciar jamás al aula abierta del aprendizaje". Comparto esa ilusión, también considero que sin ese ánimo de ser nuevo en cada hoja blanca, la escritura pierde su encanto. O mejor dicho, el escritor pierde el encanto de descubrir nuevos mundos de palabras.
ResponderEliminarGracias.
Querida amiga, creo que la docencia es una vocación perenne que no concluye cuando la jubilación nos aleja del aula; por eso siempre encuentro en las tareas del blog una continuidad natural para seguir dialogando con las palabras y con gente entrañable como tú. Te agradezco muchísimo tu reflexión sobre la entrevista.
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