Director: Lorenzo Saval
Coordinador: Antonio Lafarque
Nº 253, Málaga, 2012
La revista Litoral, nacida en
Málaga en 1926, gracias al empeño de
Emilio Prados y Manuel Altolaguirre,
continua su itinerario como revista de arte y pensamiento, convertida en
una de las publicaciones periódicas más importantes del horizonte cultural
español. Su número 253 se dedica a conexionar dos parcelas de la
inteligencia, ciencia y poesía, aparentemente disociadas: frente al
temperamento práctico del saber científico, la razón poética muestra un
carácter ideal y aleatorio.
El monográfico, coordinado por Antonio Lafarque, cuenta con un liminar
de su director, Lorenzo Saval, que aborda la relación entre conocimiento científico
y expresión artística, un enlace fecundo cuyo resultado parece una metáfora del
corazón. También el coordinador, Antonio Lafarque, investiga ambas disciplinas y repasa su aleación, con un listado concreto de tiempos y
autores.
La estructura del número integra como punto de partida un breve ensayo
de Federico Mayor Zaragoza que formula una propuesta de interés: “las ciencias
son, en realidad, una modalidad artística, ya que se trata de crear, de
innovar, de imaginar…”, actividades intelectivas en pos de una utilidad social
que mejore las condiciones de vida y sea respetuosa con el entorno natural.
Otro trabajo de Juan Antonio González Iglesias sondea el tema en la antigüedad grecolatina. Firman otros enfoques
Francisco Fortuni, Jesús Aguado que recuerdan situaciones históricas, logros y
avances significativos.
Pero el cuerpo central de la publicación lo constituye una amplia
muestra poética de autores clásicos y contemporáneos que han empleado como eje
argumental de sus versos facetas de la ciencia como la alquimia y la medicina.
Son nombres propios con una identidad prestigiosa que abordan los más diversos
matices científicos y literarios: Leonardo de Vinci, Quevedo, Dikinson,
Kavafis… para desembocar en una mirada al horizonte estético actual.
El monográfico se completa con una mirada a la biografía creadora de
hombres de ciencia como Ch. Darwin, Curie, Freud, Newton o Eistein para
investigar los mecanismos internos de su trabajo y las motivaciones.
Los contenidos dejan sitio a la glosa de experiencias artísticas
novedosas como el arte electrónico, sustentado en la tecnología, que muestra
otra forma de percibir el mundo y depara al espectador el código visual de un
nuevo lenguaje que en no pocas ocasiones genera dudas y desconcierto hasta la
implantación definitiva de sus mensajes comunicativos.
Como es norma de la casa, el formato de Litoral convierte cada entrega en un objeto de coleccionista. En
esta salida cuenta con un amplio índice de ilustraciones y con la calidad de
diseño de siempre. Si queda claro que ciencia y poesía ocupan habitaciones
contiguas y bien comunicadas entre sí, la edición de Litoral dejan de nuevo relevantes
huellas de interés, calidad y buen gusto.
Que la ciencia es poesía no es nuevo, lo que ha pasado siempre es que se ha utilizado un lenguaje no apto para quienes no tienen los conocimientos adecuados. Lo mismo que los arcanos utilizaban un lenguaje oscuro, ahora los científicos utilizan signos, letras y puntos sin aparente coherencia, pero que cuando los conoces y te sumerges en su mundo, aquello que escriben y exponen se traduce en poesía del entendimiento... la danza de los átomos, el baile de las galaxias, la partícula de dios...
ResponderEliminarpor cierto, ¿como puedo acceder a esa revista?... un saludo
En cualquier librería de Madrid estará, hablo de las de Gran Vía, claro. Por otro lado, la revista tiene su página web y pueden informarte sin problemas. Y existe otro recurso: te presto la revista y me invitas a un café. No me dirás que no sugiero opciones. Es un placer recuperar tu voz digital en este blog después de tantos días de silencio. Un abrazo.
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