domingo, 10 de noviembre de 2013

POETAS DE BOTELLÓN

Monasterio de Uclés, noviembre, 2013

POETAS DE BOTELLÓN
 
Un renglón preliminar, de replanteo: hay poetas de obra y poetas de congreso. Los primeros son, los segundos están. Aquellos ocupan el sitio exacto de sus libros y estos habitan ciclos literarios, ateneos y cacharrerías, campus –donde  pax pacem las adolescentes con minifalda y móvil…- congresos locales, autonómicos, nacionales y cosmopoéticos, jalean homenajes incluso a Luis Cernuda (que siempre detestó los homenajes) y recorren, con la sonrisa en flor y la clave de acceso a sitios restringidos, el laberinto impreso de las editoriales.
  Los poetas de obra impulsan el silencio sosegado y la reflexión filosófica; los poetas de congreso  el humor negro y verbenero.
  El lector ideal –hypocrite lecteur, mon semblable, mon frère- debe elegir siempre los segundos: facilitan una visión perfecta del ahora, un sitio vecinal con basura expandida por el suelo, proclive al botellón.

10 comentarios:

  1. Lectura muy crítica del panorama literario actual y por ello certera.

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    1. Disculpa el pesimismo. Seguro que mis ojos miopes han equivocado el enfoque y solo percibieron un rincón umbrío. Por otra parte, en el trayecto histórico de la literatura ha habido siempre "riñas de gatos".
      Un abrazo abstemio, sin botellón.

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  2. Jajaja, ¡Tu humor avilés será parco en la expresión pero cómo haces sonreír!
    ahora el que quiera que se de por aludido y recoja el testigo. Un fuerte abrazo dominguero.

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    1. Es una reflexión conceptual, querido Paco, sobre el ser y el estar. No hay alusiones; la entrada se mueve -con amor y humor- en el mundo de las ideas.
      Abrazos largos y expandidos.

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  3. Qué decir, sino que estamos de acuerdo.

    Un abrazo.

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    1. Pues a caminar juntos, Antonio, que el arte es largo y además no importa. Abrazos machadianos.

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  4. ¡Qué va a ser pesimismo! Es solo no aceptar anteojeras de burro de noria. Yo llamo a esos poetas -que se mueven siempre apiñados, que se menean, se celebran y concelebran en infinitos recitales y antojolías, que recitan en piña de a cien mil hijos de san Rimbaud, o san Gil de las Calzas Biedmas, o san Bukowski bendito- "el cardumen". Son tantos que parecen mucho, pero de uno en uno no llegan a boquerón. Lamentablemente también a la poesía, y hace tiempo, han llegado los criterios de la publicidad y las leyes de mercado, aunque sea el del hambre y la egolatría (no siempre con juventud); todos los paños deben exhibirse fuera del arca. Los poetas meditabundos, digo meditativos, querido José Luis, se apolillan en sus desvanes.

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    1. Té con pastas por tanta afinidad, querida Pilar. Todos sabemos cómo está el patio, y se pueden hacer dos cosas: cerrar los ojos y seguir; o la segunda opción: seguir y cerrar los ojos. Seguimos. Besos grandotes.

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  5. Poetas callados, poetas vocingleros. De la quietud, de la verbena. Del trazo íntimo o de la calle andada. Los que oyen, los que anhelan ser oídos. Los que son ocupados, los que ocupan. ¿Las dos tinajas? Dónde lo mixto.

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    1. De lo mixto hablaré pronto, querido Paco. Lo intermedio es anfibio y vive en varios espacios literarios al mismo tiempo.
      Enhorabuena por el premio. Un fuerte abrazo.

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