Un abrazo, querido amigo, el haiku también para medir las horas, para ver el rastro leve de sus hilos de musgo. Qué alegría me deja siempre tu lectura. Feliz fin de semana.
Esa es la naturaleza transitoria y cambiante que cobija nuestra dermis. Así que hay que saber sacar provecho de esa condición y vivir cada instante con la intensidad de lo que no volverá a repetirse. Muchas graias por tu comentario. Es una alegría encontrar tus palabras en el blog. Feliz fin de semana.
Gracias, querida amiga, como preciso creador de inquietud es el elemento que habita en el protagonista de tu relato de hoy. Un abrazo y gracias por tu cercanía.
Sin duda, María José, por eso busco el regreso a las cosas de siempre, a ese montón de hábitos en el que me reconozco cada día. Un beso grande y un café pendiente.
En la rutina hacemos el cauce continuo que nos lleva a la nada. Por eso en cada recodo conviene sosegar el paso y mirarse en el agua para saber quién somos. Un abrazo fuerte y lleno de afecto.
Nada es igual.
ResponderEliminarSomos cuanto andamos.
Los diferentes.
Un abrazo, José Luis.
Un abrazo, querido amigo, el haiku también para medir las horas, para ver el rastro leve de sus hilos de musgo. Qué alegría me deja siempre tu lectura. Feliz fin de semana.
EliminarSoy siempre yo, pero nunca soy la misma
ResponderEliminarEsa es la naturaleza transitoria y cambiante que cobija nuestra dermis. Así que hay que saber sacar provecho de esa condición y vivir cada instante con la intensidad de lo que no volverá a repetirse. Muchas graias por tu comentario. Es una alegría encontrar tus palabras en el blog.
EliminarFeliz fin de semana.
Claro y preciso.
ResponderEliminarGracias, querida amiga, como preciso creador de inquietud es el elemento que habita en el protagonista de tu relato de hoy. Un abrazo y gracias por tu cercanía.
EliminarLa permanencia, querido amigo, hace que las semillas den sus frutos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Sin duda, María José, por eso busco el regreso a las cosas de siempre, a ese montón de hábitos en el que me reconozco cada día. Un beso grande y un café pendiente.
Eliminaren la rutina
ResponderEliminaracaece la historia
y se renueva
En la rutina hacemos el cauce continuo que nos lleva a la nada. Por eso en cada recodo conviene sosegar el paso y mirarse en el agua para saber quién somos. Un abrazo fuerte y lleno de afecto.
Eliminar