Sonetos W. Shakespeare Edición bilingüe del Instituto Shakespeare Preparada por Jenaro Talens y Richard Waswo Cátedra, Letras Universales, Madrid, 2014 |
SONETOS
Lo escribió con acierto inteligente Harold Bloom: un clásico es el
libro que mantiene en el transcurso del tiempo una vigencia inalterable. La definición cuadra bien con los sonetos de William
Shakespeare; nunca malgastan su incontestable magisterio. Ahora regresan a la
mesa de novedades en edición bilingüe, con traducción del poeta Jenaro Talens y prólogo de Richard Waswo,
también responsable del aparato crítico complementario.
El prólogo recuerda el devenir histórico de la estrofa hasta el
asentamiento como formato central a mediados del siglo XVI. En esa época se
convierte en estructura ideal en casi todos los países europeos gracias a la
pericia de algunos maestros italianos que pulieron, con mínimo detalle, las
posibilidades de metro y rima. El esquema llega a Inglaterra en la década de
1580 con una mutación: aquí, el endecasílabo italiano se transforma en
alejandrino.
William Shakespeare, volcado en una
convulsa deriva vital y en una incansable labor teatral, no interviene
directamente en la compilación del centón largo de sonetos. Solo se limitó a
distribuir los elogiados manuscritos entre un reducido círculo de allegados.
Sería Thomas Torpe quien emprende el viaje a la imprenta en 1609,
aunque se desconocen qué circunstancias recorren los manuscritos hasta los días
de la publicación. Sobre aquella primera salida se suceden las especulaciones
que, de forma tenaz, se suman a las dubitaciones creadas por el texto.
Nada sabemos todavía de la misteriosa identidad que figura en
la dedicatoria y hay muchas lagunas en
poner rostro y nombre a los personajes que protagonizan los argumentos. Al
cabo, cada época busca su propia investigación, aunque es el periodo
romántico el que más se empeña en fusionar autobiografía y escritura.
Perduran estos interrogantes en el tiempo. William Shakespeare no señala
fechas, ni describe lugares ni anuncia intenciones éticas en el cauce del verso.
Solo hace del amor y sus variables un eje central, un monolítico
asunto literario cuya psicología admite un profundo sondeo.
La introducción expande también aclaraciones sobre las características
formales, la complejidad de los argumentos verbales y analiza los
enfoques y perspectivas que ocupa la voz poemática al abordar cada soneto.
La traducción de Jenaro Talens no mantiene
la rima porque busca sobre todo una versión fiel de las cualidades semánticas. Sí en cambio mantiene el aire lírico de cada pieza que llega al
lector con la calidad de una sugerente sintaxis. Es lo
esencial de la traducción: que mantenga el espíritu de quien trazó los
renglones escriturales, que sobreviva al tiempo y deje las líneas
maestras de calidad y belleza que tuvo en su edición original. Y aquí se logra plenamente. Volver a W. Shakespeare es regresar con paso firme
a lo mejor de la literatura.
Aquí me has dado. No puedo decir más.
ResponderEliminarThanks.
Gracias, Sofía, yo tampoco puedo decirte más por tu ánimo y por tu apoyo a un trabajo siempre árdido, como la crítica de poesía. Es un libro delicioso, yo no salgo de los poemas, a pesar de que hay traducciones modélicas. Una gozada, como un fin de semana con lluvia y lumbre puesta. Besos.
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