Querida Isabel, cualquier existencia está repleta de pérdidas, de pequeños indicios que el tiempo transforma en algas y limo. Mirar lo que fuimos es entender mejor lo que ahora somos. Qué grato sentir tu presencia cercana en estos puentes. Feliz jornada.
Son días de ahora en los que es necesario respirar. Sin más. Buscando ese paisaje despejado de la línea de costa. Un fuerte abrazo y muchas gracias por tu compañía.
Así es María; no se puede renunciar a lo vivido porque allí están los ejes cardinales de nuestro existir. pero a veces ese pasado deja un olor agrio, y es necesario abrir ventanas o respirar en otro sitio. Un gran abrazo.
Interesante y dolorosa reflexión, José Luis. El pasado, como la vida, difuso...
ResponderEliminarQuerida Isabel, cualquier existencia está repleta de pérdidas, de pequeños indicios que el tiempo transforma en algas y limo. Mirar lo que fuimos es entender mejor lo que ahora somos. Qué grato sentir tu presencia cercana en estos puentes. Feliz jornada.
EliminarPrecioso!!!!
ResponderEliminarSon días de ahora en los que es necesario respirar. Sin más. Buscando ese paisaje despejado de la línea de costa. Un fuerte abrazo y muchas gracias por tu compañía.
EliminarEse pasado difuso, de una forma u otra, nos ha traído a lo que en este instante somos. Besos.
ResponderEliminarAsí es María; no se puede renunciar a lo vivido porque allí están los ejes cardinales de nuestro existir. pero a veces ese pasado deja un olor agrio, y es necesario abrir ventanas o respirar en otro sitio. Un gran abrazo.
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