Como bien dice Rafael, "precioso recuerdo", y, añadiría, "preciso", pues la imagen es impactante y acerca el momento como si de un fotograma se tratase. Una vez más, maestro, chapó.
Como somos de la misma generación, entenderás muy bien aquel tiempo de escuelas y jilgueros, de pinos y gorriones, de acacias y tardes rurales. Un gran abrazo.
Hola Carmela, gracias siempre por ese estar cerquita, llena de afecto. Los días de niñez siempre guardan una apariencia de asombro y ternura. Un abrazo de nuevo.
Muy agradecido por tu comentario, Gabriela; el haiku es un elemento poético con apariencia humilde que acepta bien los recuerdos, sin alzar la voz. Un gran abrazo.
Los recuerdos son ese patrimonio afectivo que nos hace sentirnos dueños del tiempo. Siempre son hermosos, incluso cuando son leves estelas que apenas tienen contornos. Un fuerte abrazo.
Es un haikurecuerdo muy bonito José Luis!
ResponderEliminarUn abrazo,
Sandra
Un fuerte abrazo, Sandra, llega un tiempo en el que pasado y ahora son tiempos complementarios, raíz y fronda. Un saludo desde el mar.
EliminarPrecioso recuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Son elementos machadianos, mínimos, necesarios,llenos de luz... Gracias por tus palabras, querido amigo.
EliminarComo bien dice Rafael, "precioso recuerdo", y, añadiría, "preciso", pues la imagen es impactante y acerca el momento como si de un fotograma se tratase. Una vez más, maestro, chapó.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Como somos de la misma generación, entenderás muy bien aquel tiempo de escuelas y jilgueros, de pinos y gorriones, de acacias y tardes rurales. Un gran abrazo.
EliminarSe suele decir que somos lo que comemos, pero yo añadiría que también somos lo que recordamos. Un fuerte abrazo veraniego.
ResponderEliminarEl recuerdo es un mapa preciso de la identidad, querido Paco, y sus itinerarios una continua fuente de gozo. Abrazos.
EliminarNos marcan siempre los recuerdos José Luis. Hermoso haiku. Un abrazo salado de mar.
ResponderEliminarHola Carmela, gracias siempre por ese estar cerquita, llena de afecto. Los días de niñez siempre guardan una apariencia de asombro y ternura. Un abrazo de nuevo.
EliminarHermoso. Abrazos, poeta.
ResponderEliminarMuy agradecido por tu comentario, Gabriela; el haiku es un elemento poético con apariencia humilde que acepta bien los recuerdos, sin alzar la voz. Un gran abrazo.
ResponderEliminarTus recuerdos no levantan la voz, la acarician. Gracias por la belleza. Un abrazo, José Luis.
ResponderEliminarLos recuerdos son ese patrimonio afectivo que nos hace sentirnos dueños del tiempo. Siempre son hermosos, incluso cuando son leves estelas que apenas tienen contornos. Un fuerte abrazo.
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