Entrada (Provincia de Angkor, Camboya, 2017) Fotografía de Adela Sánchez Santana |
Aforismos desde el laberinto
Entre las raíces, una entrada franquea el paso al laberinto. Las sombras diluyen los trazos del sendero. Rumbo incierto.
Me gustan las noches de doble
fondo, en las que caben vigilia y sueño.
Esa manía de la memoria de
revisar apuntes atrasados, de dar a la inquietud un respiro asistido.
Cada instante de vida,
firmo con la escritura discreta del aprendizaje.
La verdad no es un área
reservada para soledades ariscas. La duda, sí.
Cuando avanzo hacia ti te
desvaneces.
Consumo la relación incierta
del autista y su temporada en el invierno.
En mis ojos una hipérbole consoladora: “Un grano de poesía
sazona un siglo” (José Martí)
Sístole y diástole,
sismología del corazón. Raíces de vida.
(variaciones de Motivos personales)
El segundo me parece genial. A mí también me gustan las noches de doble fondo.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya me dirás si aquel ficus gigante no merecía unos aforismos; todo en la selva es desbordante, como si la naturaleza a cada paso se empeñase en recordarnos nuestra fragilidad. Un fuerte abrazo de regreso.
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ResponderEliminarLa memoria, el aprendizaje y la duda. Tan entrelazados. Tú, querido poeta, le encuentras lugares que obligan a detenerse ante el hallazgo. Un abrazo
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